Sus trabajadores protagonizaron en Plaza de Mayo un abrazo con quienes pugnan para que se implemente la Ley de Emergencia en Discapacidad. “Para comprar aviones de guerra viejos hay plata, pero para los hospitales, la salud de los pibes y para atender las necesidades de las personas con discapacidad siguen diciendo que no tienen un peso”, lamentó el trabajador del nosocomio y militante de la CoNAT Víctor Pichihua.
Entre quienes movilizaron ayer jueves hacia Plaza de Mayo estaban los trabajadores del Hospital Garrahan junto al colectivo que viene exigiendo que se cumpla con la Ley de Emergencia en Discapacidad, quien un día antes había recibido un nuevo embate de parte de la Presidencia Milei cuando, entre gallos y medianoche, apareció en el capítulo 11 del Proyecto de Presupuesto 2026 un artículo por el que se pretendía derogar esta norma, cuya sanción el Congreso dejó firme en octubre pasado, después de haber recibido el veto presidencial.
Finalmente, ese artículo y aquel que intentaba hacer lo propio con la Ley de Financiamiento Universitario, fueron apartados del texto que de todas maneras obtuvo media sanción en Diputados y avanzó hacia la Cámara Alta, aunque el propio Javier Milei ya anticipó que, en represalia a este revés para su gobierno porque el presupuesto “así no sirve”, podría volver a gobernar otro año más sin la considerada “Ley de leyes”, tal como lo hizo en 2025 y 2024, acentuando el carácter autoritario de su administración y debilitando aún más esta democracia restringida.
Tanto trabajadores del Garrahan como miembros del colectivo que demanda el cumplimiento efectivo de la Ley de Emergencia en Discapacidad, también habían movilizado la semana pasada hacia el mismo escenario. Frente a La Rosada protagonizaron un abrazo simbólico al que se sumaron familiares de pacientes del nosocomio pediátrico que demandaron “un 2026 sin emergencia” y en el que todos los participantes coincidieron en denunciar el brutal ajuste que lleva a cabo el gobierno nacional. Mientras que los trabajadores del Garrahan señalaron puntualmente que “tenemos los mismos pacientes y el mismo enemigo: el ajuste de Milei”.
Precisamente, durante el año que acaba, ellos fueron actores centrales de la resistencia contra las políticas que impone el gobierno nacional, que vetó la Ley de Emergencia Pediátrica, pero al que después no le quedó más remedio que promulgarla, tal como ocurrió con la de Emergencia en Discapacidad, a raíz de que el Congreso con el impulso de una lucha sostenida en las calles volvió a avalar ambas normas.
Sin embargo, en los dos casos evitó asignar fondos para que puedan ser implementadas las leyes, aunque en el del Garrahan buscó descomprimir la situación, obligado por las circunstancias, mediante el otorgamiento de una recomposición parcial que encima no alcanza a todos los sectores de este hospital modelo.
“Movilizamos en unidad y en la Plaza hicimos ese abrazo porque familiares de pacientes, trabajadores del hospital y el colectivo de personas con discapacidad reclamamos la implementación de las dos leyes y para eso el gobierno les tiene que asignar urgentemente un presupuesto”, señaló Víctor Pichihua, quien es técnico auxiliar en anatomía patológica del Garrahan, estudiante de medicina de la UBA y forma parte de la CoNAT.
Al respecto, rechazó el
“argumento” que la Presidencia Milei esgrime para no hacerlo. “Dicen que no saben de dónde van a sacar la plata, aunque parece que hay plata para comprar aviones de guerra F16 viejos pero para los hospitales, para la salud de los pibes y para atender las necesidades de las personas con discapacidad siguen diciendo que no tienen un peso”.
Sobre esta doble vara, denunció que “todo esto se trata de un nuevo despropósito de este gobierno nacional, que ya no sabe cómo justificar su política que siempre se caracteriza por la falta de atención y de empatía con quienes más lo necesitan”, por lo que “sólo saben apelar a lo que mejor hacen, que es ejercer la crueldad”.
El 2025 fue un año que estuvo atravesado por la construcción de estas leyes que fueron vetadas dos veces por Javier Milei, pero también por la organización de la resistencia y la movilización a favor de su sanción y su implementación concreta. “El balance que deja 2025 es la lucha dentro del hospital y el apoyo recibido, porque si bien hubo momentos en que pudimos profundizarla y otros en los que no, fue un año positivo para nuestra lucha y algo conseguimos, aunque todavía queda mucho por hacer porque entre otras cosas debemos continuar, por ejemplo, reclamando para que pasen a planta todos los trabajadores del Garrahan y por la situación de los compañeros que fueron sumariados por adherirse y convocar a los paros y las marchas de este año”, subrayó Pichihua.
Por otra parte, tras recalcar que la “situación continúa sendo muy precaria”, puntualizó que “las leyes están aprobadas y lo que falta es que hacerlas cumplir”, de ahí que “lo importante es que aunque a veces no coincidamos en todas las ideas, tengamos en claro que la lucha que tiene más probabilidades de vencer es la que se lleva a cabo en conjunto, tal como se mostró este año”. En tanto que añadió que “estas fiestas que se avecinan serían mucho más tristes si no se hubiera luchado”. Y anticipó otro año “de nuevas y más recrudecidas luchas, porque el gobierno está envalentonado y quiere disfrazar como progreso a las regresiones que intenta imponer, como la ley de reforma laboral, por eso este jueves volvimos a estar en la Plaza en unidad”.