Va ser mañana martes para rechazar la reforma laboral que impulsa Javier Milei y también para exigir la inmediata reapertura de paritarias con una recomposición salarial de emergencia. Mientras tanto, la cúpula de la CGT se muestra dispuesta a negociar la profundización del recorte de derechos laborales para la juventud que quiere imponer el gobierno a través de esta reforma antiobrera.
Convocado por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), mañana martes se va a llevar a cabo un paro nacional acompañado por una movilización al Congreso para rechazar la reforma laboral que impulsa Javier Milei y para exigir la inmediata reapertura de paritarias con una recomposición salarial de emergencia. En este marco, los estatales también manifestarán su rechazo a una nueva ola de despidos en distintas dependencias de la órbita nacional anticipada por el gobierno.
Cabe recordar que la semana pasada La Rosada hizo saber que para 2026 la motosierra seguirá pasándole por encima al sector público y, en tal sentido, ya anticipó que pretende recortar un diez por ciento más de su plantilla. De concretarse el anuncio, representaría el inicio del segundo capítulo del desguace que viene aplicándose en diversas áreas desde diciembre de 2023 y que ya dejó a más de 60 mil trabajadores en la calle, con lo que la planta del Estado Nacional se achicó en un porcentaje cercano al 20 por ciento.
Este plan de “modernización del Estado” que coordinan el Jefe de Gabinete Manuel Adorni y el ministro desregulador, Federico Sturzenegger, se basa en no renovar contratos y ordenar reestructuraciones internas para avanzar con más despidos y menos funciones para responder a las disintas y crecientes demandas de la sociedad.
De acuerdo a lo denunciado por ATE, entre las áreas apuntadas por la Presidencia Milei en esta oportunidad aparecen la Oficina Anticorrupción, el Indec, el Conicet, la Coneau, el Arca, el Archivo General de la Nación, la Anses, el Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad, el Enargas, el Enre, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial y el Ente Nacional de Comunicaciones.
Por otra parte, en simultáneo con su participación en el Consejo de Mayo, la CGT dejó trascender que trabaja en un proyecto de reforma laboral que estaría dispuesto a negociar con el ministro de Desregulación. Se trata de una iniciativa destinada a jóvenes menores de treinta años, que contempla un régimen de primer empleo diferenciado del que en la actualidad rige formalmente para trabajadores en relación de dependencia y mediante el cual se recortarían más derechos y que no contempla la realización de aportes al sistema previsional.
Tamara Nenda es militante de la Fede, responsable Sindical del Partido Comunista de la ciudad de La Plata y Secretaria Gremial de la Junta Interna de ATE del Ministerio de Gobierno de la provincia de Buenos Aires. En diálogo con Nuestra Propuesta recalcó que resulta preciso impulsar la medida de fuerza convocada por el gremio estatal para que enfrentar un proyecto como el de esta reforma laboral tenga “la participación que se requiere”. Al respecto, puntualizó que la propuesta regresiva del gobierno representa “la institucionalización de la flexibilización laboral que avanza y que pretende quitarnos derechos a todos los trabajadores, desarticulando los convenios colectivos” y señaló que para eso “busca que los sindicatos tengan menos peso”.
Al mismo tiempo, la dirigente sindical platense de 27 años fustigó la postura de la CGT “que negocia por derecha como para que el gobierno nacional pueda pasar con más tranquilidad una reforma con una idea que, claramente, perjudica a las juventudes trabajadoras”. Por lo cual sostuvo que “es algo terrible que una central negocie la precarización en lugar de ponerse al frente de la lucha”. E hizo hincapié en que “las juventudes siempre hemos sido uno de los sectores de los trabajadores más perjudicados y ahora con esa reforma sub-30 quieren institucionalizar la precarización en la que ya se encuentran aquellos que no tienen un trabajo digno”.
Asimismo, reflexionó que se vuelve difícil plantear estos temas dentro de un escenario en el que el precariado es moneda corriente, sobre todo, entre los trabajadores jóvenes. “Se les habla de defender derechos a trabajadores que, hoy en día, ya no los tienen”, por lo que “a veces son sectores permeables a esos discursos que prometen mentirosamente algún tipo de beneficio pero que sólo regularizan la precarización y el recorte de derechos”.
Sobre esta historia de coqueteos entre el gobierno nacional y la cúpula cegetista, en la que quieren que los jóvenes terminen siendo el pato de la boda, Tamara Nenda resaltó la importancia de “oponerse a las posturas entreguistas y defender el derecho a tener una vida digna con un trabajo que permita vivir y proyectar”.