Así lo definió el secretario de Organización de la CTA de los Trabajadores del Chaco, Raúl Toto Galván, al referirse a la reforma laboral que quiere imponer el gobierno en el marco del anunciado acuerdo con Estados Unidos.
Días atrás las dos CTA hicieron público su rechazo al anunciado acuerdo comercial entre el gobierno de Javier Milei y Estados Unidos, por medio de un comunicado conjunto en el que advierten que los términos que se conocen de tal arreglo “afectan gravemente la soberanía nacional, el desarrollo económico, el empleo y los derechos laborales”.
Además de hacer hincapié en que tal acuerdo debe pasar por el Congreso, dijeron que resulta preciso que se convoque a audiencias públicas con la presencia de sindicatos, Pymes y organizaciones sociales, ya que tal entendimiento implicaría que Argentina brinde acceso preferencial a un amplio abanico de productos estadounidenses como medicamentos, maquinaria, automotores, bienes agrícolas y tecnología. En este sentido, coincidieron en recalcar que si avanza lo acordado por Milei, se va a profundizar una relación económica y tecnológica asimétrica “que condena a Argentina a un rol subordinado”. Y puntualizaron que “todo acuerdo que no ponga en el centro el desarrollo productivo nacional y los derechos laborales y ambientales termina sacrificando al país en beneficio de intereses externos”.
Al respecto, el secretario de Organización de la CTA de los Trabajadores chaqueña y titular de la central en Roque Sáenz Peña, Raúl Toto Galván, hizo referencia a que no se puede desligar ese acuerdo del intento de la Presidencia Milei de avanzar en una reforma laboral regresiva y añadió que lo que se está poniendo en peligro es la soberanía. “Estas cuestiones van de la mano”, sostuvo y lamentó que “al parecer el gobierno ya consiguió consensos con buena parte de la ‘oposición’ para su reforma laboral y por eso los que realmente nos oponemos debemos movilizar para defender la soberanía que también es atacada con esta reforma regresiva que quieren imponer”.
Sin dudarlo insistió con que “las centrales y los trabajadores en su conjunto, desde abajo, debemos ganar la calle para enfrentar a estas medidas y defendernos como clase”, ya que “hay una oposición política que se ve golpeada y callada, que no atina a reaccionar respecto a todo lo que está pasando en el país y por eso somos la clase obrera y nuestras centrales quienes debemos dar una respuesta acorde a las circunstancias”.
Desde el gobierno confían en que con las bancas que el oficialismo sumó en octubre y alguna ayuda proveniente de otros bloques, puedan sacar adelante su reforma laboral antes de fin de año o en sesiones extraordinarias durante el verano. Pero saben que para eso también pueden contar con la predisposición del triunvirato cegetista “renovado” con Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello. Apenas asumidos, los triunviros mostraron un poco los dientes pero acto seguido aclararon que aceptarían una convocatoria del ejecutivo “para debatir modificaciones en tanto y en cuanto beneficien al trabajador y la generación de empleo”. Y como para refrendar sus “buenas intenciones”, ya se confirmó que el inefable Gerardo Martínez va a continuar en el Consejo de Mayo, espacio dialoguista creado para llevar adelante el ajuste y la entrega previstos en el Pacto de Mayo que Milei selló en 2024 con gobernadores de trato amable.
“De la CGT no se puede esperar mucho, solo que se sienten a rosquear la reforma laboral con el gobierno, en contra de los trabajadores y de la inmensa mayoría de nuestro pueblo” dijo Galván. Por lo que, insistió, “no hay nada que esperar: debemos organizarnos, salir a las calles y articular las luchas porque las que venimos librando de manera aislada queda demostrado que no alcanzan”. Así que “tiene que haber una coordinación en las luchas, junto con una propuesta desde las centrales y el resto del movimiento obrero organizado, para salir a enfrentar a este gobierno que se viene con todo”.