El abogado laboralista Hugo Mir analizó el debate que se abrió con la idea del Gobierno de avanzar en una reforma laboral. Una historia de conquistas y retrocesos en el mundo del trabajo, el presente y los desafíos.
El proyecto de “Promoción de Inversiones y Empleo”, impulsado por la diputada libertaria Romina Diez y acompañado por otros legisladores de La Libertad Avanza, volvió a escena tras el triunfo electoral del oficialismo. El propio presidente Javier Milei, envalentonado por los resultados del domingo, se refirió a la reforma laboral como una prioridad de su nueva etapa de gobierno.
En Informe de Pájaros, por Radio con Aguante, el abogado laboralista Hugo Mir analizó las implicancias de este debate, las raíces históricas del modelo laboral argentino y los riesgos que implican las políticas impulsadas desde el oficialismo. “No sabemos si este será el proyecto final del gobierno, pero el criterio que lo atraviesa es esclavista”, sostuvo Mir, al señalar que el Ejecutivo busca aprovechar un clima político favorable para avanzar con reformas “laborales, previsionales y tributarias que apuntan directamente contra los derechos conquistados”.
El especialista recordó que la Ley de Contrato de Trabajo cumplió 50 años y fue sancionada “en una Argentina con capitalismo de producción, casi plena ocupación y un Estado de bienestar en retirada”. Desde entonces, advirtió, “la dictadura comenzó con la destrucción del derecho laboral, que el menemismo profundizó, y este gobierno continúa”.
Mir repasó la línea de tiempo que une el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23, la Ley Bases y su decreto reglamentario de septiembre de 2024: “Todo ese andamiaje legal fue consolidando un modelo recesivo que destruyó el mercado interno y debilitó al conjunto de la clase trabajadora. El gobierno neoliberal actual es destructor como ninguno antes lo ha sido”.
El abogado también apuntó contra la pasividad de las centrales sindicales, que a su juicio “comenzaron con una posición firme y luego se paralizaron”. “Se tomaron vacaciones, las mismas vacaciones que nos quieren robar”, ironizó. “Sin convocatoria de las centrales, es muy difícil articular una resistencia masiva”.
Consultado sobre la narrativa oficial que asocia las leyes laborales con la falta de empleo, Mir fue tajante: “Es una vieja mentira neoliberal. El derecho laboral nació para proteger al trabajador, que es el eslabón más débil de la relación. Sin regulación, lo que rige es la ley del más fuerte”.
Trabajo informal y pérdida de identidad colectiva
Para el abogado, la precarización laboral y la derogación de sanciones a empleadores que no registran a sus trabajadores, dispuestas por la Ley Bases, consolidaron un escenario donde “el 90% de los nuevos empleos son en negro”.
“Hoy hay generaciones de jóvenes que nunca conocieron un trabajo registrado, un aguinaldo, una obra social o un cuerpo de delegados. ¿Cómo van a defender derechos que no conocen?”
Mir sostuvo que la pérdida de derechos se acompaña de una erosión de la identidad de clase: “El sentido de pertenencia al trabajo, al barrio, a la fábrica, al sindicato es lo que construye identidad social. Cuando eso se pierde, se pierde también la noción de sujeto de derechos”.
Reforma previsional y modelo de país
El abogado advirtió que la reforma laboral no puede analizarse separada del plan previsional que el gobierno también tiene en carpeta.
“El capitalismo actual ya ni siquiera disimula su desprecio por la mayoría. La eliminación de moratorias deja a miles de mujeres en la orfandad. No les importa el mercado interno ni la gente: sólo los negocios del capital concentrado”, afirmó.
La batalla cultural pendiente
Hacia el final de la entrevista, Mir reflexionó sobre la dificultad de construir una conciencia colectiva entre trabajadores jóvenes.
“Venimos perdiendo la batalla cultural por goleada. Se ha consolidado la meritocracia, el individualismo y el miedo. Muchos terminaron votando al generador del desastre”, señaló Mir.
Pese a ese panorama, el abogado no renuncia a la esperanza: “Organizarse es difícil, pero no imposible. Hay que empezar por los trabajadores sindicalizados, reconstruir la visión clasista y recuperar el orgullo de ser trabajador. Es la única manera de construir una sociedad más justa”.
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