Pese al reclamo de organizaciones sociales, el Concejo Deliberante de Cipolletti se niega a dar luz verde a un proyecto a tal fin. “No conocen la realidad de los ciudadanos y sólo responden al poder de turno”, lamentó el PC rionegrino sobre los concejales.
"Los ediles no conocen la realidad de los ciudadanos y sólo responden al poder de turno", lamentó el Partido Comunista de Río Negro, al hacer público su repudio al rechazo al proyecto que pretendió establecer la Emergencia Alimentaria en la localidad de Cipolletti donde, de acuerdo a un relevamiento hecho por organizaciones sociales, alrededor de diez mil personas no pueden hacer cuatro comidas diarias.
La situación de esta ciudad ubicada al oeste de la provincia no es muy disímil que la del resto del territorio rionegrino y tampoco de la que enfrenta el país en donde, tal como lo reflejan los datos publicados de la Encuesta Permanente de Hogares dependiente de la UCA, el índice de pobreza se catapultó hasta casi el 55 por ciento, mientras que el de indigencia se coloca en el 20,3 por ciento. Y, por su parte en la capital de Río Negro este índice trepa hasta 57,1 en tanto que alrededor del catorce por ciento de las personas fueron empujadas a sobrevivir en condiciones de indigencia.
Pero nada de esto parece sensibilizar a los concejales de Cipolletti que, por unanimidad, le dieron la espalda al proyecto impulsado por organizaciones sociales junto a la Asamblea Multisectorial desde donde la reacción no se hizo esperar.
"Gobiernan para una élite", fue la denuncia en la que coincidieron varios de sus miembros que también hicieron hincapié en que los integrantes del legislativo comunal "no pasa hambre ni frío como el pueblo de Cipolletti", localidad en cuyos barrios se vive una realidad social atravesada por la pobreza que requiere de la puesta en marcha de un dispositivo que, de manera urgente, disponga la entrega de alimentos.
Y, precisamente, es la designación de partidas destinadas a dicho fin lo que se pudo facilitar con la declaración de la Emergencia Alimentaria a la que el Concejo Deliberante le bajó la persiana, amparándose en la excusa de que es al intendente Rodrigo Buteler a quien le cabe esa responsabilidad.
Pero lo cierto es que mientras el ejecutivo y el deliberativo comunal se pasan la pelota, el hambre y el frío se enseñorea en las calles de esta localidad rionegrina en la que, ante la ausencia del Estado, la asistencia corre por cuenta de los integrantes de organizaciones sociales y de la propia Asamblea que con los escasos recursos con que cuentan, recorren la ciudad para brindar alivio a las personas que sobreviven en situación de calle.
Con este telón de fondo, desde la Multisectorial se lamentó la actitud asumida por el Concejo. "Es una vergüenza lo que hicieron", sostuvo y añadió que "argumentamos que esto iba a servir para poder ir a las grandes empresas a pedir una mano para la asistencia, pero en el cuerpo deliberativo nadie mueve ni un dedo en el territorio para conocer la realidad y se confiaron en números que le da el ejecutivo que son números que no existen".