Tras el triunfo de Jair Bolsonaro, el Partido Comunista do Brasil, instó a construir “una amplia unión en defensa de la democracia y los derechos del pueblo”.
“La elección de Jair Bolsonaro en las presidenciales instaura un nuevo período político en el país, marcado por amenazas a la democracia, al patrimonio nacional, a la soberanía de la nación y a los derechos del pueblo”, señaló a NP diario de noticias la titular del PCdoB, la diputada Federal Luciana Santos, quien advirtió que el presidente electo está “declaradamente determinado a instaurar un gobierno de contenido dictatorial, para implementar, a hierro y fuego, un programa ultraliberal y neocolonial”.
Asimismo instó “al pueblo y a las fuerzas democráticas a que iniciemos la construcción de una amplia unidad con el objetivo de despejar horizontes hacia una jornada cívica, patriótica, democrática y popular, y la formación de barreras contra la vuelta de un régimen de Estado de excepción y en defensa de la democracia del Brasil y de los derechos del pueblo”.
Lo hizo a poco de conocerse el resultado de los comicios en que, ayer, el postulante del Partido Social Liberal (PSL), se quedó con el 55,63 por ciento de los votos de la segunda vuelta electoral, lo que le alcanzó para imponerse al binomio que integraron el representante del PT, Fernando Haddad, y la del PCdoB, Manuela d’Ávila, que logró el 44,37.
Así las cosas, los 46 millones de votos, de la fórmula Haddad-D’Ávila, “catalizó una toma de posición de la conciencia democrática de la nación, lanzando las bases de una fuerte oposición que comienza ahora”, recalcó la presidenta del PCdoB.
Tras lo que, sin dudarlo, aseveró que “hay un giro hacia un retroceso, la deconstrucción e incluso la destrucción de históricas realizaciones y conquistas sobre las cuales, a pesar de graves problemas que persisten, se erigieron y florecieron Brasil y el pueblo brasileño”.
Esto, prosiguió, “quedó muy explícito en la recta de llegada de la campaña de la segunda vuelta, cuando las propias instituciones de la República, con el Supremo Tribunal Federal y el Tribunal Superior Electoral, fueron amenazadas”.
Y recordó que, de igual modo, “fueron atacadas garantías básicas de la Constitución Federal, como la libertad de prensa, de manifestación y de organización partidista”, al tiempo que se “pisoteó la autonomía de las universidades”.
Luciana Santos también hizo hincapié en el papel de “pregonero de la violencia, de la intolerancia y del odio entre los brasileños” que tuvo el ahora presidente electo durante la campaña en la que, también, “juró encarcelar o expulsar del país a los ciudadanos y las ciudadanas ‘rojos’ que de él divergían, y criminalizar movimientos y entidades del pueblo”.
Festejos y represión
En una noche atravesada por festejos de adherentes a Bolsonaro y represión a quienes salieron a las calles –especialmente en San Pablo- para rechazar su victoria, desde la médula del que será el gobierno brasilero a partir del 1º de enero, se ratificaron algunos conceptos de campaña.
Quien será ministro de Economía, el chicago boy Pablo Guedes, insistió en que el foco de su gestión va a estar puesto en “el control del gasto público”, al tiempo que definió despectivamente al Mercosur como un bloque de “relaciones ideológicas” y recalcó que la prioridad de Brasil no va estar en ese espacio. Y, peor aún, es la perspectiva que planteó respecto a espacios que ya están seriamente castigados como Unasur y Celac.
Al respecto, la presidenta del PCdoB encendió luces de alarma. “Dada la importancia de Brasil -que posee una economía que está entre las diez mayores del mundo-, esa ruptura reaccionaria tendrá un fuerte impacto regresivo en América Latina”, señaló.
Pero no es esta la única señal de peligro que se enciende, en términos de relaciones internacionales, con la llegada de Bolsonaro al Palacio de Planalto.
Durante su camino a la Presidencia, Bolsonaro profundizó sus ataques a Cuba, Venezuela y Bolivia a cuyos mandatarios no dudó en llamar “dictadores”. También destacó que su primer viaje como mandatario de Brasil sería a Israel, en lo que puede ser un viraje significativo en la postura que ese país viene teniendo respecto al conflicto de Medio Oriente.
Otro punto sobre el que se abren interrogantes es el Brics. Aunque con problemas de complementación productiva, es abierta la adscripción política con Washington del que será el Gobierno Bolsonaro ¿Qué va a pasar con la relación que desde hace algo más de una década viene construyendo Brasil con la República Popular China, que llevó a que el país asiático sea su principal socio comercial? ¿Seguirá Bolsonaro con la toma de posiciones estratégicas en las que, sobre todo durante las presidencias de Lula, Brasil avanzó en Asia y, sobre todo, África subsahariana?
Asimismo, Bosonaro fue claro al anticipar que –en términos de intercambio- la opción de su gobierno será la bilateralidad antes que los espacios regionales.
Mauricio Macri fue el primer presidente de la región que se apresuró en la celebrar la victoria del PSL ¿Alcanzará esto para encaminar unas relaciones complejas que desde hace un tiempo parecen haber perdido algunos puntos de referencia?
Bolsonaro anticipó que va a poner énfasis en el sector primario de Brasil, país que actualmente ya vende más soja, maíz y minerales que Argentina, país al que le compra algo de trigo cuando su cosecha es mala.
Pero si esto profundizaría –en detrimento de Argentina- la falta de complementariedad entre ambos países, peor es lo que puede pasar a partir de la perspectiva que, el ejecutivo que asumirá el 1º de enero, plantea para el sector secundario de la economía.
La reforma laboral regresiva en Brasil ya comenzó con Temer, pero Bolsonaro anunció que la va a profundizar, al tiempo que avanzará con una reforma jubilatoria, algo que celebró la Bolsa de San Pablo y lamentan los trabajadores ¿Pero sólo los brasileros?
En esto sintoniza con el Gobierno Cambiemos desde donde, ni lerdos ni perezosos, ayer mismo ya comenzaron a alzarse voces que señalan que para lograr competitividad y evitar perder posiciones con Brasil, ahora más que nunca, habrá que avanzar en reformas del mismo tipo en nuestro país.
Argumentos similares ya se escuchan en lo inherente a la entrega de activos estratégicos al sector privado: Petrobrás en Brasil y Vaca Muerta en Argentina, son paradigmas que responden a una misma matriz.
Mientras tanto, la intención manifiesta del presidente electo de denunciar los acuerdos suscriptos por su país en el marco de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático, pondría a Brasil en una situación de privilegio para recibir la deslocalización de empresas que buscan instalar plantas en lugares donde nadie les pregunte con qué ni por qué contaminan.
Desde La Rosada, hay quienes sueñan con que, también aquí, en pos de la competitividad, es preciso insistir en la necesidad de homologar nuestro país a esta situación, pero también –y en lo inmediato- profundizar la caída salarial que se verifica desde diciembre de 2018.
Resistencia y lucha
La diputada Santos es clara cuando recuerda que el origen viciado del proceso que lleva a la Presidencia a Bolsonaro, comenzó en agosto de 2016 con la destitución de Dilma Rousseff.
“Hay un corte en la construcción de la democracia, reiniciada en 1985 después del fin de la dictadura militar, por medio de un proceso electoral que transcurrió con el Estado Democrático de Derecho sofocado por el Estado de Excepción”, recalca y dice que “la prédica de matriz fascista del candidato elegido emergió en ese lecho, no sin ser confrontada por las fuerzas de la democracia, una tendencia que seguramente se fortalecerá en este nuevo escenario político”.
Tras lo que remarca que “la lisura de los comicios fue corrompida para favorecer la candidatura de la extrema derecha, por intermedio de expedientes ilegales, al estilo de la denominada guerra híbrida que estimula el uso en gran cantidad de las falsas noticias, las llamadas fake news, expediente financiado criminalmente, según denuncias de prensa, por grandes empresarios”. Y, sin dudarlo, hace hincapié en que “tales ilicitudes, entre otras, interfirieron en el resultado de las urnas”.
Así las cosas, vale preguntarse qué papel jugarán en el contexto abierto, las fuerzas democráticas que se colocan en la vereda de enfrente del gobierno que propone Bolsonaro.
“La resistencia, la oposición vigorosa, debe ser organizada en el marco de toda la vida política y social del país, empezando por el Congreso Nacional y otras casas legislativas”, destaca Luciana Santos y aclara que también debe extenderse “hacia los movimientos sociales, organizaciones de la clase obrera, segmentos del empresariado, el universo académico, la intelectualidad, los artistas, el mundo jurídico, sectores religiosos e, incluso, para los integrantes de instituciones de la República”, ya que “gobernadores y los prefectos del campo democrático tendrán un importante papel”.
Y, sin dudarlo, resalta que ante este escenario “que representa una ruptura con el ciclo de avance de la democracia iniciado en la llamada Nueva República, el PCdoB, como siempre lo hizo en su historia, se posiciona firmemente en la trinchera de la defensa intransigente de la nación, de la democracia y del pueblo”.
Por eso, “el pueblo brasileño debe tener la certeza y confianza de que, pese a las graves amenazas que corren sobre el cielo del país, no será fácil a Bolsonaro realizar la obsesión de sepultar la democracia brasileña que echó raíces profundas y costó muchas luchas y vidas”.