Fue justamente en aguas del Río Paraná donde en la Batalla de Vuelta de Obligado, hace exactamente 180 años, las tropas argentinas al mando del general Lucio Mansilla defendieron en San Pedro, provincia de Buenos Aires, nuestra soberanía nacional contra la invasión de Inglaterra y Francia. Tras la batalla ambas potencias terminaron reconociendo nuestro derecho soberano sobre el Paraná. Hoy este río, por donde mes a mes se fugan miles de millones de dólares y por donde sale el 80 por ciento de nuestras exportaciones, tiene asentado al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos “controlando” un comercio que usufrutúan los grandes capitales transnacionales, acrecentando así la concentración y la fuga de la riqueza.
Ciudadanos, pobladores de las orillas del Río Paraná junto a especialistas en medio Ambiente, legislación soberana y productores de distintas provincias denunciaron irregularidades y falta de transparencia en el llamado a licitación de la Vía Navegable Troncal de los ríos Paraná y De la Plata, que plantea una concesión por 30 años que fue rechazada por el 90 por ciento de los representantes en una reciente audiencia pública.
Especialistas y miembros de la Comisión asesora por el Canal Magdalena de la provincia de Buenos Aires expresaron su profunda preocupación ante la reciente audiencia pública, realizada el ultimo 3 de noviembre y el llamado a licitación de la Vía Navegable Troncal sobre el Rio Paraná y el Rio de La Plata que facilita la salida de mercancías hacia el océano Atlántico.
Denuncian que el proceso se desarrolla sin presentar un proyecto, sin realizar la Evaluación de Impacto Ambiental, sin garantizar la participación real de las comunidades afectadas y sin la transparencia necesaria para una obra de esta magnitud estratégica.
Tampoco se consideraron alternativas de gestión pública adecuadas, ya que desvincularon y disolvieron el Ente de Control de la Vía Navegable Troncal, organismo con participación de las provincias y competencia en el tema. “El Estado está entregando la administración del río sin un debate democrático sobre qué tipo de desarrollo queremos”, remarcaron.
Ni siquiera se tuvo el decoro de incorporar a la autoridad nacional ambiental en la audiencia convocada a tal efecto.
El reclamo fue acompañado también por una abrumadora mayoría (mayor al 90%) de los 247 participantes entre los que se contaron intendentes, legisladores, científicos, la Defensoría del Pueblo de la Nación, entidades ambientalistas, productores, trabajadores del Paraná y el Río de la Plata, pobladores y la ciudadanía en general.
La Provincia de Buenos Aires también expresó sus disconformidades a través de una nota presentada ante ANPYN resaltando la invalidez del proceso.
El llamado a licitación para la administración y dragado de la Vía Navegable Troncal vuelve a colocar el control del principal corredor fluvial del país en manos de grandes intereses privados y extranjeros, repitiendo un modelo extractivista que prioriza el negocio del comercio agroexportador sobre la soberanía, el ambiente y las economías regionales y locales.
En contraposición, no se habla de la realización de las obras del Canal Magdalena que representa la alternativa ambiental más favorable y cuyas obras requieren menor dragado y mantenimiento, aseguran reducción de tiempos de navegación y que, estratégicamente, permitirían la navegación de norte a sur en nuestro país y la captación de servicios portuarios -que hoy se prestan desde Montevideo-, a favor de nuestra soberanía nacional.
Frente a esta situación debería procederse a:
• La suspensión del proceso licitatorio hasta que se ponga en conocimiento público el proyecto técnico y Evaluación de impacto Ambiental profesional, sistemática e independiente evaluada por la autoridad ambiental y se garantice el proceso de participación ciudadana efectiva y acceso completo a la información.
• La realización de estudios ambientales integrales sobre el proyecto a ejecutar, con perspectiva ecosistémica y de justicia territorial.
• La discusión de un modelo de gestión pública, federal y participativa de la Vía Navegable para la mejor navegación de los ríos que priorice la soberanía, la producción, el trabajo, las economías y el cuidado del río como bien común.
“El Paraná no es una ruta comercial, es un sistema vivo. Defenderlo es defender la soberanía y el futuro de nuestros territorios”, concluyeron las organizaciones convocantes.
El Río no se tiene que adaptar al tamaño de los barcos que además son de ultramar sino la navegación diagramarse para impedir un ecocidio.
Por lo tanto, desde este espacio multisectorial aseguraron que esta licitación no debe prosperar, puesto que “incurrirá en serios daños de índole ambiental, perjuicio fiscal y graves consecuencias geopolíticas en detrimento de nuestros intereses soberanos”.