En Catamarca el gobernador actúa como un gerente de grupos empresarios y hace guiños a la Presidencia Milei. Obra pública, minería, litio y una cartera de negocios que busca potenciar con el Rigi. El Partido Comunista fija su postura.
De acuerdo a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares dados a conocer por el Indec, en Catamarca el 58 por ciento de la población fue empujada a la pobreza y el diecisiete por ciento sobrevive en condiciones de indigencia, lo que representan índices que se colocan por encima de la media nacional que en sí misma es alarmante. Pero en simultáneo aparece una reducida clase capitalista que se hizo con las herramientas de gobierno y las utiliza para maximizar su tasa de rentabilidad y recrear su ronda de negocios.
Como se ve son evidentes las similitudes que tiene esta matriz socioeconómica y política con las del esquema que gobierna a nivel nacional. Tan similares que sería extraño que el esquema que en el orden provincial comanda el gobernador Raúl Jalil, no encontrara puntos de acuerdo con la Presidencia Milei. Y quizás sea por eso que, aunque de una forma más mesurada que la que eligió el tucumano Osvaldo Jaldo, el mandatario catamarqueño sea uno de los que picó en punta para estampar su firma en el Pacto de Mayo y, sobre todo, para exhibir signos de permeabilidad ante Las Fuerzas del Cielo.
"Estos contactos entre el gobernador Jalil y las expresiones más reaccionarias del establishment político argentino nada tienen de nuevo", recalca el Partido Comunista de Catamarca y tras recordar que "su adscripción al kirchnerismo fue meramente coyuntural y utilitaria", añade que su postura actual "tiene que ver con la mirada que Jalil y el grupo de poder económico y empresarial que representa, posee acerca de lo que debe ser el modo de organizar el país y de vincular a la provincia con los destinos de la nación".
En este sentido, recordó que el gobernador Jalil no sólo es un dirigente político, ya que además integra una de las principales familias de empresarios de Catamarca que además creció exponencialmente durante las últimas tres décadas. "Un grupo empresario que a lo largo de esos años ha expandido sus negocios de manera visible, pero también invisible", puntualiza el PC y reseña que el esquema de negocios del que forma parte Jalil, incluye entre otras cosas, el rubro de la salud de gestión privada y la inversión inmobiliaria "en algunos casos reconocida y en otros por medio de operaciones terciarizadas que aunque no las reconoce oficialmente como propias, es para todos los catamarqueños un secreto a voces que pertenecen al Grupo Jalil".
Pero también, cuando se habla de obra pública en Catamarca, necesariamente debe hablarse del Grupo Jalil. Y este no es un dato para nada menor a la hora de explicar las señales de amistad que el gobernador viene prodigando hacia la Presidencia Milei que, tras el "obra pública cero" con que se plantó apenas entró a La Rosada, con el pasar de los meses comenzó a enviar señales que indican que está dispuesto a abrir un poco el grifo, claro está, para aquellos que demuestren ser sus "amigos".
"No resulta llamativo que tras los primeros meses de gobierno de Javier Milei en los que la obra pública se redujo prácticamente a cero, por sus propias necesidades el gobernador de la provincia haya tendido de manera cada vez más frecuente, líneas de conversación y de acuerdos con lo que es el proyecto político del gobierno nacional", puntualiza el PC.
Es que como en todo el país, en Catamarca la clase capitalista está asociada a la obra pública que motoriza el Estado, algo que ayuda a explicar por qué "en esta provincia hay una cantidad de nuevos ricos y también que, de manera cada vez más llamativa y obscena, una importante cantidad de recursos naturales de Catamarca estén terciarizados en manos de empresarios y sociedades anónimas que tienen vínculos y acuerdos con el gobernador y con sus funcionarios más cercanos".
Pero en la contracara de tanta opulencia aparece un número creciente de catamarqueños a los que el sistema arroja bajo la línea de la pobreza y, peor aún, hacia la indigencia. "La provincia tiene un problema estructural que ha sido paliado durante los mejores años del kirchnerismo, pero al que de ninguna manera se le ha intentado dar soluciones de fondo", advirtió el PC y remarcó que esto exhibe "el problema del reformismo como práctica de gobierno en Catamarca y en otros lados del noroeste, que se ha planteado medidas paliativas para un problema que requiere de soluciones de carácter integral vinculadas a la generación de trabajo genuino, la discusión sobre la propiedad de la tierra y el uso de los recursos naturales", algo que implica "una manera de pensar el desarrollo de la provincia que es diferente a la que tiene el actual esquema de gobierno".
De ahí que, mientras crece la pobreza en Catamarca, las respuestas gubernamentales sean insuficientes, pero además, "se intenta disciplinar a quienes protestan por esta situación, recurriendo a un accionar cada vez más brutal de las fuerzas policiales, tal como se ve sobre todo en los barrios pobres de San Fernando del Valle de Catamarca y en el Gran Valle Central donde las prácticas de violencia institucional contra personas pobres son cada vez peores y más frecuentes".
Así las cosas, con un Partido Justicialista que "busca nuevos liderazgos" y ante la perspectiva de no poder volver a ser reelecto, Jalil intenta fortalecer un proyecto político "parecido al cordobecismo" algo que, explica el PC catamarqueño, constituye "un viejo anhelo" del espacio político y del grupo económico que lo rodea desde que fue intendente de San Fernando del Valle de Catamarca.
Esto es "un proyecto político de características locales que reúna en un amplio arco de acuerdos a los sectores hegemónicos de poder de la provincia, más allá de sus identidades políticas de origen", pero que a su vez posea capacidad para tejer acuerdos con el gobierno nacional de turno en función de sostener la gobernabilidad que garantiza la prosecución de su ronda de negocios y la maximización de su tasa de rentabilidad en una provincia en la que, de la mano de la minería, especialmente la vinculada al litio, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (Rigi) se presenta como una ventana de oportunidades que la clase capitalista que actúa ahí no quiere dejar pasar.
Por eso es que en este escenario en el que se está discutiendo la adhesión provincial al Rigi, el PC junto a otros sectores sociales y políticos catamarqueños, "estamos movilizados para rechazarlo y advertir sobre las consecuencias negativas que va a tener, en el plano de sostenimiento de nuestros recursos naturales y el desarrollo local la aplicación de un instrumento político que responde a intereses absolutamente diferentes a los del pueblo catamarqueño".