Fueron suspendidos mil obreros que se desempeñan, directa o indirectamente, en la planta de Acindar. “Ante esto la unidad de los trabajadores tiene que priorizarse pese a cualquier diferencia”, recalcó desde la CoNaT, Matías Pereyra.
La que se aproxima no va a ser cualquier Navidad para Villa Constitución, ya que más de mil familias van a pasar estas fiestas en una situación de absoluta zozobra, como consecuencia de las suspensiones de trabajadores que lleva a cabo Acindar en la planta que es clave para la vida económica y social de esta localidad del sur de la provincia de Santa Fe.
Acindar forma parte del grupo ArcelorMittal, que entre sus propietarios tiene a BlackRock, cuya sede central está en el Principado de Luxemburgo, una cloaca fiscal con mucho estilo emplazada en el corazón de la Unión Europea. Entre ese entramado donde está buena parte de lo peor de la clase capitalista, se pierde la toma de decisiones que hace que setecientos obreros directos y cuatrocientos contratistas hoy la estén pasando pésimo, porque fueron suspendidos y no tienen en claro cuándo van a poder volver a trabajar. Pero esto no es todo, ya que Acindar hizo saber que está evaluando hacer lo mismo en las otras cuatro fábricas que tiene en nuestro país, esto es en de Rosario, Villa Mercedes, La Tablada y San Nicolás.
A la hora de dar explicaciones, la patronal se excusa en la caída de actividad, que es un argumento basado en un hecho que es real, ya que durante 2024 trabajó al cincuenta por ciento de su capacidad instalada, por lo que va a acabar el año con unas seiscientas mil toneladas producidas, lo que representa la mitad de las que sacó durante 2023.
Pero paradójicamente, mientras se escuda en eso para suspender trabajadores, festeja al gobierno que con sus medidas es el principal responsable de la caída de su actividad, básicamente por el brutal retroceso que tuvo la industria como consecuencia de la contracción del consumo interno y de la construcción a raíz de la reducción prácticamente a cero de la obra pública. De más está recordar que estos dos sectores son grandes demandantes de acero y, sobre esto, vale recalcar que de enero a septiembre, retrocedieron 12,4 y 19,5 por ciento respectivamente.
Así las cosas, la decisión de la empresa tiene una dimensión que es netamente política, pero asimismo provoca un golpe que impacta por debajo de la línea de flotación de toda la comunidad villense, algo sobre lo que advierte Matías Pereyra, quien es integrante de La Tosco Docente y del Partido Comunista, quien remarca que en Villa Constitución “todo se centra en torno a la fábrica y cuando digo todo… es todo”, ya que “toda la actividad económica se hace en base al salario de fábrica”.
Por eso es que no oculta su preocupación cuando señala que la situación es muy complicada, “sobre todo porque además de la empresa Acindar están los talleres, los contratistas, en los que trabaja casi la misma cantidad de obreros que en la planta y que lo hacen indirectamente con Acindar”, por lo que “alrededor de tres mil personas están vinculadas directa o indirectamente a Acindar, que son tres mil familias en una población de cincuenta mil habitantes, lo que da la pauta del impacto que tiene hoy en nuestra ciudad este ajuste”.
Lo que está haciendo ahora la empresa es el corolario de una historia que atravesó todo 2024, ya que desde el primer semestre del año, Acindar viene llevando a cabo suspensiones rotativas lo que hizo que de los cuatro turnos con los que recibió enero, sólo quede ahora uno. “Pero en este momento, la novedad es que de acá a quince días el ochenta por ciento de la fábrica va a estar completamente parada”, puntualiza Pereyra y recuerda que “también fueron apagados desde el piloto a los hornos, algo que nunca había pasado como tampoco había pasado que se suspendiera el proceso de mantenimiento”, por lo cual al menos hasta después de la primera quincena de 2025 “no va a haber ningún tipo de actividad en la planta que sólo va a restringirse a cuestiones mínimas, pero ni siquiera están aseguradas las guardias”.
Sturzenegger y su guante
Pero mientras Acindar suspende obreros, porque como consecuencia del modelo que impone Milei vende menos acero, sus ceos elogian al gobierno y acaban de anotarse entre quienes financiaron la presencia del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en Rosario hasta donde viajó para recibir el premio Libertad 2024 otorgado por la Fundación Libertad durante su cena de fin de año celebrada el martes pasado en los salones del Ros Tower.
Ahí estuvieron empresarios, funcionarios y dirigentes políticos, entre ellos, el ex ministro de Transporte de Mauricio Macri, Guillermo Dietrich, el intendente de Rosario Pablo Javkin, la vicegobernadora Gisela Scaglia, los jueces de la Corte Suprema santafesina, Daniel Erbetta y Roberto Falistocco, la senadora Carolina Losada, los ministros de Economía y Trabajo provinciales, Pablo Olivares y Roald Báscolo.
Entre los auspiciantes no quisieron estar ausentes otras empresas con actividad en la región, todas ellas “pujantes”, tal como se las presentó durante el festejo, como Paladini, Nova, La Segunda, Sancor Seguros, Rosental, Fundar, PTP, Milicic, La Virginia, A3, Grupo Transatlántica, Arcelor Mittal, San Cristóbal, John Deere y TPR.
Por eso es que como señala Pereyra, “hay que tomar con pinzas” cualquier lamento de Acindar en relación a la caída de la producción, ya que “para afuera ellos hablan de que se vienen tiempos competitivos”, pero lo que están diciendo es que “desde su perspectiva hay que bajar los costos” y esto también sirve para explicar el por qué de estas suspensiones.
En el Ros Tower, un provocador Sturzenegger dijo en medio de aplausos que “hay que ponerse el guante y sacar toda la porquería” y recalcó que su función en el gobierno nacional es hacer cumplir la Ley Bases que le otorgó a Javier Milei “facultades especiales por un año”, por lo que “sólo me quedan 203 días para terminar mí trabajo”. Y parte de su trabajo es avanzar en una reforma laboral absolutamente regresiva que imponga al precariado como forma vincular entre los universos del trabajo y el capital.
“Estos sectores dicen estar a favor de ser competitivos, de competir, pero piden garantías, que la política les de a los sectores concentrados las condiciones legales para poder hacer el ajuste que quieren”, alertó el integrante de la CoNaT y añadió que Acindar trata de sectorizar el conflicto para disgregar la fuerza que puedan acumular los operarios.
Por lo que, “ante esto, la unidad de los trabajadores tiene que priorizarse pese a cualquier diferencia y en este contexto los comunistas tenemos experiencia suficiente para hacer un aporte desde nuestro compromiso y responsabilidad, para movilizar en una lucha que debe ser colectiva”, ya que lo que se vive en Acindar es un episodio de la lucha de clases “y la salida es colectiva y se está construyendo”.