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En la primera semana de gobierno, Boric y el gabinete de coalición que lidera el nuevo proceso político en Chile dieron señales claras de ruptura respecto al gobierno de Piñera pero, también, pudieron conocer de primera mano las dificultades de los nuevos desafíos por venir.

El 11 de marzo asumió en Chile el nuevo gobierno, liderado por Gabriel Boric e integrado, entre otros, por el Partido Comunista. En su discurso tras la toma del mando, manifestó que “vamos a dar lo mejor de nosotros para estar a la altura de los desafíos que tenemos como país".

Sobre la primera semana de gobierno, Francisco "Pancho" Solari, comunista y periodista chileno, opinó que “desde lo simbólico Boric está trabajando muy bien, tiene una gran capacidad comunicacional que confronta con el imaginario de la derecha chilena”. Por ejemplo, al día siguiente de su asunción participó de una ofrenda a la pachamama con integrantes de los pueblos originarios, “actos simbólicos que buena parte de la población juzga positivamente''. No obstante, “creo que la decisión de enviar a la ministra del Interior, Izkia Siches, a la Araucaria —región de la zona sur militarizada por el gobierno de Piñera— sonaba muy interesante, pero en efecto resultó desacertada por la forma que se eligió para hacerlo”. Desde el punto de vista de Solari, fue un error concertar una reunión con el padre de Camilo Catrillanca —asesinado por Carabineros el 14 de noviembre de 2018— y no incluir en la misma al lonko de Temucuicui, Víctor Queipul Huaiquil. De hecho, la reunión a estas instancias fue considerada por el pueblo Mapuche como un desconocimiento por parte del Estado chileno de sus derechos y autoridades, lo que generó un malestar que en la zona suele manifestarse con tiros al aire. Sobre la cuestión de fondo, opinó que “la situación en el sur es mucho más compleja de lo que el gobierno actual cree, ya que no se trata de una problemática que pueda resolverse en reuniones simbólicas en las que no se abordan aquello que el pueblo Mapuche considera como lo más importante: la recuperación de tierras”. En síntesis, “se necesita mucho más que buenas intenciones y actos simbólicos”.

Esta síntesis permite visibilizar los desafíos que tiene por delante el nuevo gobierno. Por un lado, el manejo de la cuestión discursiva y comunicacional, “que se maneja bien”. Pero, por el otro, está lo más importante, “aquello que le da sustento y base popular a cualquier gobierno, que es la gestión de la realidad y el cumplimiento de las demandas articuladas por el pueblo chileno durante los últimos años”.

Otro ejemplo sintomático es la situación a lo que se vio expuesto el gobierno en las últimas horas, cuando tuvo que desautorizar públicamente la propuesta elevada por la oposición de derecha, de habilitar un quinto retiro de los fondos de pensión. Durante la pandemia, explicó el periodista, “las fuerzas progresistas y de izquierda estuvieron de acuerdo en autorizar a los contribuyentes a efectuar cuatro retiros anticipados de los fondos jubilatorios, con el propósito de destinar recursos para mantener la actividad económica”. Se trataba, añadió, de una medida que el gobierno de Piñera no quería pero que no se animaba a vetar cuando salía la ley del Congreso, dada la situación económica y social. “Ahora, es la derecha la que solicita que se habilite un nuevo retiro y es el gobierno progresista y de izquierda el que se niega, con el argumento de que esos fondos son necesarios para financiar políticas públicas”, detalló.

Frente a este escenario complejo, “el gobierno cuenta con el viento a favor propio de la asunción y el buen clima social que genera las expectativas depositadas en Boric y la coalición de gobierno”. Además, “en Chile se valora mucho que Boric sea una persona cercana a la gente”.

En materia de integración regional, la política del nuevo gobierno sin dudas estará determinada por la política local. En ese sentido hay que interpretar las recientes declaraciones negativas de Boric acerca de la OEA y el Grupo de Lima pero, también, sobre la Unasur. En una conferencia de prensa, Boric había dicho que estos organismos —sin remarcar sus profundas diferencias— "no sirven para unir ni para avanzar en la integración". Para Solari, esta declaración debe ser leída en clave nacional más que internacional. “En Chile existe una larga tradición que aconseja que las instituciones estén libres de disputas ideológicas”, comentó. Esta tradición, fue impuesta por la derecha no sin objetivos políticos-ideológicos y ahora Boric la ratifica al declarar como lo hizo. Sin embargo, “lo cierto es que el presidente ya enfatizó que su política de integración estará orientada hacia Sudamérica más que hacia América Latina”.

Respecto a los principales temas de agenda que el gobierno afrontará en los próximos días y semanas, el periodista no dudó en afirmar que “la reforma tributaria es la cuestión principal en el corto plazo”. Boric planteó que su primera propuesta legislativa iba a ser una reforma tributaria progresiva, en la que los que tienen más paguen más. No obstante, remarcó que “para llevar a cabo dicha reforma Boric va a tener que luchar con espacios de la propia coalición, como por ejemplo los representados por el ministro de Hacienda Mario Marcel, de extracción claramente neoliberal”.

Por último pero no menos importante está la cuestión de la nueva constitución. “Boric afirmó en reiteradas ocasiones que va a impulsar y defender la nueva constitución, pero lo cierto es que todos los días hay presiones, cada vez más grandes por parte de la derecha y los medios de comunicación, para que no se apruebe y volver a foja cero”.