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La Facultad de Ciencias Económicas se prestó a una burda maniobra propagandística diseñada por la embajada de la Unión Europea y el régimen de Kiev ¿Dónde están los hermanos Kononovich? Esta es una de las tantas preguntas que faltaron a la cita.

La Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), cedió su Salón de Actos para que por medio de una videoconferencia, el titular del régimen de Kiev, Volodímir Zelenski, fuera el protagonista excluyente de un acto tan burdo como propagandístico, que tuvo lugar pocos días después de que denunciara que presidentes latinoamericanos vetaron la propuesta por la que el jefe de Gobierno de España, Pedro Sánchez, pretendió que se lo invitara a la cumbre que sostendrá la Celac con la Unión Europea (UE) que se va a realizar en Bruselas.

Ahí, entre otros, estuvieron el embajador de Ucrania ante Argentina, Yuri Klymenko, su par de la UE Amador Sánchez Rico, las presidentas de la Fuba y la FUA, Lucille Levy y Piera Fernández De Piccoli, así como el subsecretario de Relaciones Internacionales de la UBA que no es otro que el precandidato a diputado nacional por Juntos por el Cambio, el socialdemócrata Roy Cortina.

Y, por supuesto, el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, quien señaló que la presentación de Zelenski sería “una gran oportunidad para que los alumnos reflexionen y sepan que buscamos la paz en todo el mundo”, tras lo que hizo hincapié en que “el pueblo ucraniano necesita solidaridad y desde la UBA queremos sostener el respeto de los Derechos Humanos”.

Queda claro que los enunciados que usó Gelpi para justificar la realización de esta actividad son loables ¿Quién podría estar en contra de cosas como la búsqueda de la paz y el respeto por los Derechos Humanos? ¿Quiénes podrían, acaso? Unos cuantos seguramente, entre ellos, el régimen que encabeza Zelenski, que sin chistar aceptó convertir a Ucrania en el ariete de la Alianza del Atlántico Norte contra Rusia, pero que también es responsable de la política de limpieza étnica de la población rusoparlante que es mayoritaria en el Donbass y de la guerra de exterminio que Kiev perpetra desde 2014 contra los pobladores de esa región.

Otra que se anota por mérito propio en esta ignominiosa lista es la UE que fue un actor clave en el golpe de Estado que acabó con el gobierno de Víktor Yanukóvich, financiando a las bandas fascistas del Maidán que entre otros actos violatorios de los Derechos Humanos, perpetraron la Masacre de Odesa, cuando el 2 de mayo de 2014, esos paramilitares asociados a fuerzas policiales acorralaron a trabajadores que resistían al golpe en la Casa de los Sindicatos. Atacaron el edificio durante varias horas con armas de grueso calibre y lo incendiaron, mientras que remataban con disparos a quienes intentaban escapar del fuego.

Este es parte del precio que pagó Ucrania para dejar de ser un Estado soberano y pasar a convertirse en un régimen oligárquico que no cesa de tomar deuda con el FMI, en tanto abre sus puertas a la Otan, la UE y EE.UU., para que utilicen su territorio como avanzada de una guerra de agresión que tiene por objetivo destruir a Rusia (Ver Fiebre de sábado por la noche y Un año de guerra…¿sólo un año?).

Y otra parte del precio es el constante cercenamiento de la libertad por parte de un régimen que ya prohibió e ilegalizó a varios partidos políticos, al tiempo que reivindica y eleva al panteón de sus héroes nacionales a personajes siniestros como el nazi Stepan Bandera.

Pero nada de esto parece importarle al rector de la UBA ni a las autoridades de Ciencias Económicas. Pero tampoco a las titulares de la Fuba y la FUA y quizás esto sea lo más ominoso de la actividad que tuvo lugar ayer. Porque, justamente, la universidad debe ser un territorio de libertad y de la juventud.

Y precisamente mientras Zelenski cabeceaba los centros que le tiraba una audiencia que al menos apareció como extremadamente complaciente, a varios kilómetros de ahí, en algún lugar de Ucrania dos jóvenes estudiantes siguen secuestrados por el régimen de Kiev y nada se sabe sobre su paradero.

Desde el 6 de marzo de 2022, el secretario general de la Unión de la Juventud Comunista Leninista de Ucrania Mikhail Kononovich y su hermano Aleksander, permanecen secuestrados por el Servicio de Seguridad del gobierno que preside Zelenski. Se trata de dos jóvenes, trabajadores y estudiantes, también militantes cuyas vidas están en peligro porque, tras reflexionar, alzaron sus voces a favor de la búsqueda de la paz en todo el mundo y el respeto por los Derechos Humanos que son algo más que aquello con lo que, desde una perspectiva sínica y oportunista, se llena la boca el rector de la UBA.