Públicamente, Johannes Kaiser, al que muchos llaman “el Milei chileno”, reivindicó lo hecho por la dictadura que encabezó Augusto Pinochet. Dijo que si se convierte en presidente va “a proscribir y judicializar al Partido Comunista y a su militancia”.
Johannes Kaiser es un diputado al que la ultraderecha del Partido Nacional Libertario postula para la Presidencia de Chile, también tal como su hermano Alex, es amigo y admirador de Javier Milei, sentimientos que tal como no oculta el mandatario argentino son recíprocos. El candidato presidencial de la ultraderecha chilena declaró públicamente que apoyaría “sin dudarlo” un nuevo golpe de Estado en su país si se repitieran las condiciones de 1973, algo que suena demasiado y peligrosamente sugestivo, si se tiene en cuenta que la dirigente del Partido Comunista, Jeannette Jara, es la candidata presidencial por el actual oficialismo.
Ante estas amenazas, diputados que integran la bancada del Partido Comunista y otros del bloque de Acción Humanista de Chile denunciaron ante el Servicio Electoral al Partido Nacional Libertario, en una presentación que busca que se sancione a Kaiser por sus dichos que “contravienen abiertamente los principios democráticos y la obligación de los partidos políticos y de sus militantes de promover el respeto de los derechos humanos”.
Lo manifestado por Kaiser no es aislado: se suma a declaraciones hechas no hace mucho por la también candidata presidencial de derecha, Evelyn Matthei, quien sostuvo que “probablemente al principio, en 1973 y 1974, era inevitable que hubiese muertos”, naturalizando de este modo los asesinatos que fueron perpetrados por la dictadura que durante esos años encabezó Augusto Pinochet.
Las declaraciones de Kaiser fueron realizadas en una intervención en el programa televisivo “De frente”. Ahí señaló que “sin duda, absolutamente” apoyaría un nuevo golpe de Estado, “con todas las consecuencias” de asesinatos y violaciones de los derechos humanos. “Lamentablemente eso es algo de lo que tenemos que hacernos cargo”, afirmó al respecto y alardeó su apología al terrismo de Estado excusándose en que “usted no puede desatar la lucha de clases y cuando recibe una respuesta, esperar que esta sea pacífica”.
Desde su mirada fascista opinó que las Fuerzas Armadas, junto a las fuerzas policiales, actuaron “de acuerdo con aquello para lo cual habían sido entrenadas, bajo el control del régimen democrático” y aseveró que el “Partido Comunista y su militancia deberían ser proscritos y judicializados”. Por último hizo hincapié en que, en caso de convertirse en Presidente, va a dejar en libertad a los violadores de derechos humanos y autores de crímenes de lesa humanidad que están cumpliendo condena carcelaria en el penal de Punta Peuco.