Desde Australia, Gran Bretaña y EE.UU., los comunistas cierran filas para oponerse al acuerdo celebrados por los gobiernos de esos países con el fin de cercar militarmente la zona de influencia de la República Popular China en la cuenca Asia-Pacífico.
Los partidos Comunista de Australia, Gran Bretaña y EE.UU., emitieron una declaración conjunta en la que condenan el Acuerdo Aukus que hace dos meses firmaran los jefes de Gobierno de esos tres países, que busca una mayor coordinación militar para cercar la zona de influencia de la República Popular China (RPCh) en la cuenca Asia-Pacífico.
Lo hicieron tras celebrar una reunión que tuvo lugar el lunes pasado, en la que fundamentalmente se debatió sobre las implicaciones que puede traer la formación de Aukus que, entre otras cosas, trae aparejado una escalada de rearme de Australia, por medio de la compra o arrendamiento de submarinos de ataque de propulsión nuclear por parte de EE.UU.
Al respecto, los partidos Comunista británico y estadounidense, hicieron público su “apoyo y solidaridad”, con su par de Australia, que se opuso abiertamente a la decisión del premier, Scott Morrison, de adherir al Acuerdo Aukus (Ver El Aukus enciende luces de alarma),
Como se recordará, este acuerdo implica la adquisición por parte de Australia de submarinos, pero también de misiles de crucero y otros tipos de armamento ofensivo, así como el compromiso de que el país oceánico albergue más tropas, buques de guerra, armas y aviones estadounidenses.
“Aukus es una respuesta a los cambios en la economía global, que están promoviendo un desafío directo a las normas neoliberales de gobierno en todo el mundo”, denuncia la Declaración de los comunistas australianos, estadounidenses y británicos, tras lo que advierte que Washington “está decidido a mantener su hegemonía política y económica en la región de Asia-Pacífico en expansión económica”.
Asimismo, destaca que frente al declive del poder económico estadounidense, Aukus tiene como objetivo vincular a Australia “más estrechamente con los planes del imperialismo estadounidense de contener y controlar la RPCh y consolidar a Australia como plataforma de lanzamiento de EE.UU. Para la coacción e incluso la guerra”.
Y hace hincapié en que EE.UU. y Gran Bretaña “sienten que el mundo se les escapa, lo que provoca una agresividad cada vez mayor”, tras lo que sostiene que en lugar de buscar unirse pacíficamente a un mundo multilateral como socios iguales, están recurriendo a alianzas militares para tratar de aferrarse a su poder que se desvanece”.