En Bogotá y las principales ciudades de la República de Colombia se llevará a cabo una jornada de repudio a los ataques contra el gobierno de Gustavo Petro. "Vivimos la mayor ofensiva que nadie haya soportado en este país", se advirtió desde el Partido Comunista Colombiano.
El próximo jueves Bogotá va a ser el epicentro de una jornada de movilización nacional que va a desarrollarse en las principales ciudades y municipios, convocada para defender la reforma al sistema de pensiones que impulsa el gobierno encabezado por Gustavo Petro, pero también para manifestar contra el intento de golpe de Estado que viene perpetrándose contra el mandatario.
En este contexto, desde el Partido Comunista Colombiano (PCC) se denunció que está en marcha un golpe blando contra el gobierno que encabeza Petro, que se implementa básicamente por medio los frentes massmediático y jurídico, pero también a través del sabotaje a la distribución de medicamentos y carburantes que le lleva a cabo con lockout de camioneros tal como sucedió en 1973, en Chile, durante la etapa previa al derrocamiento de Salvador Allende.
Lo que buscan es desgastar “física y moralmente al gobierno”, en una estrategia que también incluye sabotajes, coinciden en alertar el secretario nacional de Organización del PCC, Jorge Gómez, y su director administrativo Jefferson Corredor. “Estamos viviendo la mayor ofensiva mediática que nadie haya soportado en este país”, advirtió Gómez y no dudó en calificar como “descomunal” a la ofensiva desatada contra el presidente de Colombia, en maniobras que también buscan herir a su familia, al gabinete, a Pacto Histórico y los partidos que lo integran entre los que está el PCC.
En esta denuncia el miembro del Secretariado Nacional del PCC apuntó contra el Grupo Prisa Caracol, que es el principal conglomerado massmediático que actúa en Colombia. “Emplean muchas calumnias y las características utilizadas por los ideólogos del fascismo y toda la ofensiva mediática se hace desde un cerco en el que destaca este grupo”, cuyo objetivo “es crear odio y miedo hacia Petro y todo lo que le rodea, incluida su hija de catorce años que tuvo que salir del país por el reiterado acoso recibido por gente contratada para ello”.
Así las cosas, en un caso de claro lawfare, “el ataque también es jurídico” y se comete contra el presidente, su familia, el resto de los integrantes de su gobierno y los partidos del Pacto, algo que se pone en evidencia “con los reiterados ataques contra las reformas que se están llevando a cabo, como la que se propone para el sistema de pensiones que ya suma 120 demandas judiciales”.
Con todo esto, recalcó Gómez, lo que pretende la derecha es “el desgaste físico y moral del gobierno”, por lo que ante ese pustch que responde a “un proyecto de ultraderecha fascista”, es preciso “permanecer unidos, para hacer frente a quienes defienden los intereses de clase de los terratenientes y empresarios”. Y, en este sentido, advirtió que “la ultraderecha fascista está armada”, tras lo que recordó que la clase capitalista que actúa en Colombia “tiene un largo historial de violencia y asesinatos” que, entre otras cosas, dejó un saldo de casi diez mil militantes del PCC ultimados. Pero también decenas de miles de desplazamientos y la estigmatización de la militancia, particularmente durante el terrorismo de Estado que se impuso en ese país que, entre otras cosas, hizo que se proscribiera al PCC.
Entonces, pese a que con los procesos que llevaron a la celebración de los Acuerdos de Paz de 2016 se avanzó hacia ciertos niveles aceptables de convivencia, las bandas de ultraderecha nunca dejaron de actuar y prueba de ello es que en lo que va del actual año ya fueron asesinados setecientos referentes de movimientos sociales en diferentes puntos de Colombia.
Por su lado, a la hora de describir el cuadro de situación que se vive por estos días en Colombia, Petro puntualizó que “día a día los grandes medios de comunicación tratan, hasta ahora infructuosamente, de quitarle a este gobierno el apoyo popular” y añadió que “ellos saben muy bien que si lograsen hacerlo aquí habría un golpe de Estado inmediato”.
Y sin dudarlo denunció el papel que juegan los grandes conglomerados de massmediáticos en esta historia. “Sólo toman las versiones que perjudican al Presidente, porque quieren instalar en la mente de los colombianos que el Presidente violó la ley -y no la violó- para producir un proceso político de destitución en la Comisión de Acusaciones de la Cámara”.
Por eso Petro hizo hincapié en que buscar quitarle el apoyo popular representa desde esos planes, una “antesala al golpe de Estado” para llevarse puesto al frente político y social que al ganar la elecciones de 2022 “permitió que, por primera vez, la fuerza popular se liberara de la manipulación de los compradores de votos y del engaño de los medios”, algo que recalcó es “una inmensa fuerza de once millones y medio de votantes que ningún Presidente en la historia de Colombia ha tenido y que me dieron la victoria porque no querían más masacres, no querían más asesinatos ni un país hundido en la muerte dictaminada desde el poder”.
Y fue contundente cuando concluyó diciendo que “no hay otra forma de detener un golpe de Estado que nos lleve a generaciones por delante de violencia, si no es con una revolución del pueblo…el pueblo movilizado de manera generalizada, que no es una marcha más o llenar de nuevo la plaza de Bolívar, sino un pueblo que apunta a tener el poder y tener el poder es tener el poder de comunicar, de no dejarse silenciar y de decir verdades verdaderas”.