Con esta premisa, en España, comenzó el plan de lucha convocado por la Confederación Sindical de Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores.
“Hemos presentado cinco propuestas desde la bancada de Unidas Podemos, para ampliar el escudo social del Gobierno y hacemos un llamado a participar en las movilizaciones sindicales para que la clase obrera no pague la crisis de la guerra”, recalcó el diputado y secretario general del Partido Comunista de España, Enrique Santiago, al apoyar el plan de lucha emprendido por la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores bajo la consigna “Ningún recorte para la guerra, salario o conflicto”.
Básicamente, lo que CCOO y UGT exigen es que el peso del ajuste no caiga sobre la clase trabajadora, pero también cuestionan que España acompañe al resto de sus socios de la Unión Europea, en políticas que hacen que este bloque pague el costo que implica sostener la agresión que la Otan perpetra en la zona del Donbass.
Y, en este contexto, hacen hincapié en la brutalidad exhibida por el universo del capital que, con esa excusa, sigue maximizando su tasa de rentabilidad, mientras que pretende congelar los salarios de los trabajadores españoles.
Por eso el plan de lucha que comenzó la semana pasada con manifestaciones que tuvieron lugar en ciudades españolas ante las sedes de diferentes cámaras patronales, pretende acabar con una jornada prevista para el 3 de noviembre en Madrid.
“Es vergonzoso que quieran mantener beneficios y empobrecer a la mayoría”, coincidieron en denunciar CCOO y UGT, al tiempo que exigieron que “los empresarios que se sienten a negociar una subida salarial ante la elevada inflación”, ya que “resulta vergonzoso que la apuesta patronal en España sea mantener intactos sus beneficios, sus excedentes, sus patrimonios y sus dividendos a costa de mantener a diecisiete millones de personas con una disminución de sus salarios reales”.
Y, en idéntico sentido, hicieron hincapié en que “no nos vamos a resignar a ese escenario y seguiremos luchando por justicia y por igualdad, pero también por eficacia económica”, porque “sin subida de salarios, no podemos decir que el trabajo sea decente”.