Se trata de uno de los integrantes de la banda que regenteó Aníbal Gordon y que es responsable de los secuestros de Carmen Román, Juan Carlos Comínguez, Luis Cervera Novo, Isidro Gómez, Cesáreo Arano, Miguel Prado y Miguel Lamota.
La Cámara Federal porteña confirmó el procesamiento del represor Julio César Casanova Ferro, que había sido dictado por el juez federal Daniel Rafecas, quien lo situó como uno de los agentes inorgánicos de la Side que actuaron en el Centro Clandestino de Detención de Pomar 4171/73 bajo las órdenes de Aníbal Gordon, pero que antes había sido integrante de Tacuara y la Triple A, para reciclarse más adelante en el Batallón 601.
Cabe recordar que en ese Centro Clandestino de Detención, en 1977, permanecieron secuestrados Carmen Román, Juan Carlos Comínguez, Luis Cervera Novo, Isidro Gómez, Cesáreo Arano, Miguel Prado y Miguel Lamota. De ellos sólo sobrevivieron Prado, Lamota y Comínguez quien, 46 años más tarde volvió a entrar al edificio de la calle Pomar junto con Rafecas y el equipo del juzgado que preside y reconoció el sitio en el que había estado detenido ilegalmente.
Eso resultó clave para que el magistrado pueda avanzar en una causa en la que ya estaban detenidos el ex jerarca de la Side, Patricio Finnen, quien fue condenado por su participación en el desvío de la investigación del atentado a la Amia, como asimismo César Albarracín y Rubén Escobar quienes deben ser juzgados este año. De esa banda también cayeron Victorio Cerutti y Julio César Cartels.
Hace cinco meses Rafecas ordenó detener a Casanova Ferro después de allanar su domicilio del porteño barrio de San Cristóbal, porque encontró que prima facie es penalmente responsable de integrar la banda que actuó desde Automotores Orletti, pero también desde los Centros Clandestinos de Detención Bacacay y Pomar que es hasta donde llevaron a los militantes del PC, después de secuestrarlos en las adyacencias del Comité Capital ubicado en Callao 274.
Para desentrañar este caso, la pieza clave apareció de la manera menos pensada. Es que lo hizo cuando la desclasificación de documentos de la CIA dio cuenta de un secuestro extorsivo perpetrado en 1977 contra un financista apellidado Zavalía. La presencia de esa agencia estadounidense en esta historia está lejos está de constituir un dato menor, tal como oportunamente lo explicó a Nuestra Propuesta Fernando Iglesias, quien está entre los fundadores de Hijos, integra el Espacio por la Memoria de Pompeya y su madre fue Carmen Román, militante del PC que fue secuestrada y desaparecida por la banda que actuaba en estos tres Centros.
“Esta banda en particular, la de Aníbal Gordon, era clandestina dentro de la clandestinidad, porque operaba directamente en función de los planes de la CIA y de la Embajada de EE.UU.”, explicó pero también recordó que “además de secuestrar a militantes del campo popular, esta banda, se dedicaba a hacer secuestros extorsivos por plata”, tal como pasó con el empresario Zavalía.
Y, en este sentido, recalcó que por eso este caso vuelve a exhibir el papel clave que jugó CIA en el entramado tejido por el Terrorismo de Estado que perpetró el Genocidio Argentino, algo que debe servir para alertar en momentos en que la influencia de EE.UU. se presenta de forma abierta sobre un gobierno que, como el que encabeza Javier Milei, se sustenta sobre un fuerte aparato represivo y que además revivió a la Side.