Sandra Petovello se resiste a cumplir con la orden del juez Sebastián Casanello que determinó que sean distribuidas las cinco toneladas de alimentos que el gobierno retiene. Mientras tanto, el ministro Francos reconoce que Javier Milei no comprende a la política del país que debe gobernar.
“La política argentina se le hace complicado, no la entiende”, dijo esta mañana en ronda de prensa Guillermo Francos, al presentarse en sociedad como jefe de Gabinete, cargo del que finalmente anoche salió catapultado Nicolás Posse. Significativamente Francos se refería a Javier Milei, quien por estas horas vuela hacia EE.UU., en lo que es su cuarto viaje desde que juró como Presidente y, como en las veces anteriores, lo hace sin tener una agenda oficial de Estado.
Pero aunque el presidente que no entiende a la política argentina, vuelve a hacer turismo a costillas del erario del Estado Nacional, mientras cinco toneladas de alimentos corren riesgo de echarse a perder, al tiempo que los miles de comedores y merenderos populares que están en la primera trinchera de la lucha contra el hambre, no reciben ni un paquete de fideos desde que Milei es Presidente.
Y todo con un telón de fondo en el que la devaluación del 119 por ciento y la desregulación de todos los precios de la economía que perpetró el gobierno nacional, provoca un efecto dominó que entre otras cosas y de acuerdo al reciente informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, llevó a que el 55 por ciento de los argentinos sean pobres, al tiempo que se duplicó la indigencia que trepó hasta alcanzar al 18 por ciento de la oblación.
En este contexto, además de intentar ocultar las al menos cinco toneladas de comida que había adquirido durante su último mes el gobierno encabezado por Alberto Fernández, la Presidencia Milei hizo lo propio con vehículos destinados a la asistencia social que debe prestar las provincias, materiales de construcción cuya existencia fue negada cuando los reclamó Bahía Blanca en la emergencia que pasó en diciembre, colchones que pudieron servir para paliar la situación de los inundados en Corrientes y Entre Ríos y hasta repelente que hubiese sido vital para enfrentar la propagación del dengue durante el pasado verano (Ver La culpa no es del mosquito).
En este punto hay que hacer hincapié en que los alimentos que se encuentran en los depósitos ubicados en Villa Martelli, en el conurbano bonaerense, y en la provincia de Tucumán, alcanzan para satisfacer durante alrededor de un mes las necesidades de comedores y merenderos populares, pero también hay que decir que desde que asumió, el Gobierno no realizó ninguna adquisición nueva su reposición.
Y en este marco, la Presidencia Milei con Patricia Bullrich y Sandra Petovello a la cabeza, desata una verdadera cacería de brujas contra los movimientos sociales, precisamente, para intentar distraer y correr el foco de atención que debe estar puesto en la cuestión más urgente y principal, que no es otra que el hambre al que está empujando a millones de personas.
Así las cosas, ante la denuncia que hizo Juan Grabois por la existencia de estos alimentos, el juez federal Sebastián Casanello ordenó al Ministerio de Capital Humano que en un plazo de 72 horas, informe sobre la cantidad de productos alimenticios que tiene stockeados, para que conforme la fecha de vencimiento y características de cada producto, establezca “de inmediato” un esquema que permita su distribución. La medida fue apelada por el gobierno.
Con este telón de fondo, al cierre de esta edición, vecinos del barrio Las Flores estaban manifestándose frente a los galpones de Villa Martelli, donde están almacenadas las cinco mil toneladas de alimentos. Y, según se prevé, mañana miércoles va a hacer lo propio el Frente Barrial de la CTA junto a otras organizaciones sociales, entre ellas, el MTL cuyo coordinador bonaerense, Mario Micheli, celebró la decisión del juez Casanello que “nos da la razón a los movimientos sociales que venimos reclamando que se entreguen alimentos a comedores y merenderos y denunciando su suspensión por parte de un gobierno que, por más cacería de brujas que haga, no puede ocultar esta terrible realidad que obliga a vivir a millones de argentinos”.
Vale recordar que el MTL sostiene alrededor de 250 comedores y merenderos que, en ninguno de los casos, recibe abastecimiento desde noviembre de 2023. “Es probable que algunos tengan que cerrar e incluso que ya lo hayan hecho, porque no tienen alimentos, pero también tienen serias dificultades para pagar las facturas de gas y luz, ya que muchos funcionan en casas que las compañeras seden desinteresadamente”, puntualizó Micheli y añadió que “les llegaron facturas que van por arriba de los cien mil pesos lo que realmente es una locura”.