La Presidencia Milei quiere entregar a EE.UU. un proyecto en el que Argentina es vanguardia. “Carem ejemplifica claramente la política general del gobierno que es de carácter colonialista” denunció desde la CTA Ribera del Paraná, Cristian Poli.
Argentina es un país que entre sus principales problemas tiene el de la restricción externa y un cuello de botella energético que, en momentos de prosperidad, hizo que se deba pisar la expansión económica porque si hay mucha demanda la aguja comienza a tocar el rojo ¿Entonces por qué el gobierno se empeña en destruir un proyecto que está en pleno desarrollo y que, en poco tiempo, podría tener como resultado la fabricación de un producto fácilmente exportable, lo que representa ingreso de dólares, pero que además significaría un aporte a la generación de una energía limpia y barata?
Estas son preguntas que, ahora mismo, se hacen los trabajadores del complejo nuclear de Atucha, quienes desde el lunes pasado vienen llevando a cabo medidas de fuerza con cortes de la ruta 9 a la altura de la localidad bonaerense de Lima, para visibilizar y denunciar el vaciamiento por desfinanciamiento y paralización de la obra de construcción de la Central Argentina de Elementos Modulares (Carem), por el que responsabilizan a la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) que encabeza del ingeniero Germán Lavalle. La parálisis en que se encuentra este proyecto, acaba de provocar una nueva tanda de despidos que alcanzaron a algo más de doscientos trabajadores.
¿Pero qué es Carem? Es un proyecto de central nuclear de baja potencia que posee un diseño de última generación, que fue desarrollado por la Cnea y presenta un amplio potencial que va desde el suministro de energía a comunidades alejadas de los grandes centros urbanos, hasta la exportación de este tipo de pequeños reactores como un producto de alto valor agregado, ya que fueron diseñados para la producción de electricidad en bajas o medianas potencias y, además, son mucho más seguros y económicos que los reactores tradicionales.
Este tipo de reactores, son una variante innovadora de los llamados Pressurized Water Reactor (PWR) o Reactores de Agua Presurizada, que representan tres cuartas partes de los más de cuatrocientos reactores de potencia que hay en operación en todo el planeta. Y los desarrollados en nuestro país en el marco del proyecto Carem, tienen características distintivas que permiten planificar procesos de construcción, operación y mantenimiento más sencillos y eficientes que otras clases de centrales.
Asimismo, emplean una tecnología de punta en la que Argentina, merced a la alta excelencia de su complejo científico-tecnológico, pudo picar en punta lo que hace que, hoy por hoy, aventaje por varios cuerpos a otros actores globales que quieren meterse en este negocio, fundamentalmente, a EE.UU. ¿Va quedando claro por que la Presidencia Milei, tal como antes lo hizo Mauricio Macri, quiere reventar el proyecto Carem?
“Es un conflicto en el que los comunistas estamos porque somos parte de la resistencia a los planes de ajuste y entrega que perpetra este gobierno”, recalcó el secretario de la CTA Ribera de Paraná, Cristian Poli, que es contundente cuando hace hincapié en que el objetivo que persigue la Presidencia Milei con el vaciamiento del Carem, “es entregar a EE.UU. este proyecto en el que Argentina viene a la vanguardia”. Y recordó que aquel país todavía no pudo desarrollar este tipo de tecnología que “en la Argentina viene muy avanzada”.
En este sentido advirtió que el plan del actual gobierno no es la privatización de Carem, sino crear una sociedad mixta con la participación estadounidense, “para que se puedan apropiar de la tecnología de punta que desarrolló nuestro país”, una maniobra se ve favorecida por los mecanismos que habilitan el DNU 70/2023 y el Proyecto de Ley Bases 2 con el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (Rigi).
Los trabajadores resisten
Con este telón de fondo, desde hace varios meses el desmantelamiento del Carem encuentra la resistencia de buena parte de la comunidad de Zárate y Lima, que con los trabajadores de la construcción a la cabeza, se vienen manifestando en medio de una creciente incertidumbre que se expande como una mancha de aceite, sobre todo en Lima que con apenas diez mil habitantes tiene a Atucha como su mayor fuente de trabajo directo e indirecto.
Por eso es que junto a las filiales locales de los sindicatos de la construcción y la CTA Ribera del Paraná, otros sectores como Luz y Fuerza, la CGT zarateña y los estatales de ATE vienen participando activamente de las protestas.
El plan de lucha que está centralizado en la Uocra seccional Zárate, Baradero, San Pedro y Exaltación de la Cruz comprende asambleas ante las puertas de Atucha, pero también de caravanas, movilizaciones y cortes de ruta con lo que se busca, en primera instancia, lograr la reincorporación de los obreros despedidos.
“Esto es en contra de los despidos, pero también de la colonización por parte de las empresas energéticas que tienen terminales en EE.UU. y Europa”, recalcó Poli y añadió que esta maniobra “queda en evidencia y se expresa en la incorporación de elementos vinculados estrechamente a Santiago Caputo al Directorio de Enasa”. Cabe citar que Enasa es la empresa estatal controladora del proyecto Carem y de las centrales nucleares.
“Así que lo que se prevé, tal como lo veníamos advirtiendo, es que se produzca una paralización del proyecto Carem que, recordemos, estaba planteado para que finalice entre 2027 y 2028, lo cual hubiese implicado el inicio de un proceso virtuoso de exportación tecnológica y científica de gran calidad, a partir de la fabricación y venta al exterior de estos mini reactores cuyo precio de mercado va de quinientos a 1.500 millones de dólares” señaló Poli.
Y sin dudarlo sostuvo que “si no se paralizaba el proyecto, Argentina pudo durante los próximos diez años, haber cubierto la demanda mundial que existe en este rubro, que es de alrededor de unos trescientos reactores” ¿Alguien duda entonces que Carem es un proyecto tan rentable como sustentable y, más aún, un excelente negocio para todos los argentinos?
Pero asimismo, tal como lo puntualiza Poli, “la venta de reactores significaría el fortalecimiento de la ciencia y tecnología nacional, en un área de punta y clave para el mundo durante las próximas décadas, ya que se trata de producción de energía limpia, barata y, encima, en este caso fácilmente transportable para dar respuesta a la demanda de poblaciones que están alejadas de grandes centros urbanos”.
Por eso es que, “tal como alertamos oportunamente, el riesgo era que se paralice el proyecto Carem y que lo colonicen empresas privadas vinculadas, fundamentalmente, a EE.UU. y que en este escenario comience la fuga de técnicos y científicos hacia ellas”. Y que, como último capítulo de esta historia, “el diseño y todo lo demás sea trasladado a EE.UU., para que ellos se queden con un formidable negocio y mercado, mientras que nosotros profundizaríamos nuestra dependencia”, lamenta el integrante de la CoNaT y remarca: “Carem ejemplifica claramente la política general del gobierno que es de carácter colonialista”.