Los trabajadores de la educación rechazan la oferta de recomposición salarial que hizo el Gobierno de la Ciudad ya que la consideran insuficiente. “Queremos discutir muchas cosas, pero no tenemos los espacios para hacerlo”, advierte desde La Violeta, Zaira Abraham Hom.
El 7 febrero cerca de 23 mil alumnos de primer año comenzaron la etapa de articulación entre la escuela primaria y la secundaria, mientras que el próximo lunes el resto de los estudiantes que cursan en escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires volverán a clases y, en este contexto, durante la semana pasada el Gobierno de esta jurisdicción ofreció una recomposición salarial de sesenta por ciento pagadera en cuotas, algo que los gremios docentes coinciden en calificar como insuficiente, por lo que no se descartan la realización de un paro.
El porcentaje que ofertó la cartera educativa de la Ciudad no es para nada antojadizo, ya que se corresponde con el índice inflacionario previsto para 2023 por el Presupuesto presentado por el Gobierno Nacional. Pero suena mucho a chicana si se tiene en cuenta que el propio equipo económico que diseña el programa que Horacio Rodríguez Larreta espera implementar si es elegido presidente, vocifera a diestra y siniestra que los números van a ser otros. “La inflación del 2023 estará entre el cien y el 105 por ciento”, dijo públicamente hace menos de un mes el consultor que encabeza ese equipo económico, Andrés Borenstein.
¿Entonces en qué quedamos? Es claro, la cosa pasa por bajarle el precio a la negociación y arrastrarla lo más cerca posible de la fecha estipulada para el inicio del ciclo lectivo, para presionar a los trabajadores de la educación.
“Sigue vigente la clara necesidad de tener un espacio de paritarias”, sostuvo la militante de La Violeta en UTE, Zaira Abraham Hom, quien criticó que la Gestión Rodríguez Larreta tiene “un criterio muy empresarial, ya que viene y comunica las decisiones que el directorio, que en este caso es el Ministerio, resuelve sin que le importe escuchar lo que los trabajadores tenemos para decir”.
Tras lo que hizo hincapié en que es preciso discutir salario “pero también en qué condiciones trabajamos, porque nos están sobrecargando de tareas que no son necesarias para la labor pedagógica en vez de crear nuevos cargos en las escuelas que permitan a los docentes centrarse en las cuestiones pedagógicas y didácticas, no porque lo administrativo no sea importante, sino justamente porque como lo es y hace al funcionamiento de la escuela, requiere que haya gente que esté pensando sólo en eso”.
Y ejemplificó que en medio de la ola de calor que recientemente afectó a la Ciudad, hay muchos edificios escolares que no tienen aire acondicionado y que, en varios casos, ni siquiera tienen ventiladores “lo que hace que terminen siendo un espacio en los que no se puede generar el acto educativo”.
Así las cosas, Zaira Abraham Hom, lamentó que “los trabajadores de la educación queremos discutir muchas cosas, pero no tenemos los espacios para hacerlo” y, dentro de esto, “claramente está el salario porque tiene que ver con nuestras condiciones materiales”.
Por lo que definió que enero “fue un mes muy difícil, la inflación fue muy alta y pudimos paliarlo más o menos porque en la última negociación salarial de 2022 conseguimos la cláusula gatillo y recomposiciones salariales que fueron por encima de la inflación” aunque ni siquiera con esto se pudo recuperar lo que perdió el salario durante los cuatro años de la Presidencia Macri. “Pero la realidad es que en enero la inflación se comió la recuperación previa, entonces queremos que la recomposición sea mayor a la inflación y que vaya una cláusula gatillo, es decir, que sea avance en acuerdos cortes con revisión cada tres meses”.