Una multitudinaria movilización atravesó, una vez más, el país para decir no al veto de la Ley de Financiamiento Universitario. La Segunda Marcha Federal Universitaria fue una jornada de resistencia que “también debe aportar a la batalla política y subjetiva para resistir las políticas de ajuste y represión del gobierno”, advirtió desde el MUI, Lucas Alfieri.
“Es relevante que la universidad sea un foco de resistencia por los reclamos vinculados a sus condiciones de funcionamiento”, destacó desde el MUI Lucas Alfieri, tras lo que hizo hincapié en que “también lo es que pueda aportar a la batalla política y subjetiva contra el gobierno que encabeza Javier Milei”. Lo hizo al participar en la multitudinaria Marcha Federal Universitaria que, con epicentro en Ciudad de Buenos Aires, se llevó a cabo en distintos puntos del país en los que de manera contundente se rechazó el anuncio del veto de Javier Milei sobre la Ley de Financiamiento.
Lo que sucedió ayer fue una bofetada para el mandatario, pero también una advertencia para los legisladores que van a tener en sus manos la oportunidad de frenar el veto que firmó poco después de la Marcha, al tiempo que significó un nuevo ejemplo de que para frenar la barbarie de la Presidencia Milei, se vuelve necesaria la movilización y la articulación de todo el sujeto social agredido. Y esto también es aplicable a la necesidad de exigir que Diputados se siente a debatir y derogue el DNU 70/2023, así como que ambas cámaras frenen el Proyecto de Presupuesto 2025.
Lo cierto es que ayer de nada sirvió el desmesurado operativo de fuerzas federales que con un derroche innecesario de recursos montó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien en una misma jornada dispuso un enorme vallado en torno del Congreso, denunció que quienes manifestaban constituían una amenaza de “golpe” y volvió con la cantinela de “los infiltrados”, cuando lo que volvió a quedar claro es que si hay infiltrados, son los que las propias fuerzas policiales disponen en cada marcha con la intención de provocar desmanes que justifiquen la represión.
Pero tanto en Ciudad de Buenos Aires como en el resto del país la jornada transcurrió sin ningún tipo de incidente, en tanto que el gobierno volvió a quedar muy mal parado ya que además durante las horas previas a la Marcha, había ratificado un veto para el que aún no cuenta con los dos tercios legislativos que lo vuelvan sustentable. De todos en función trasnoche, Milei vetó la norma, prodigó insultos para los participantes de las movilizaciones a quienes calificó de ser golpistas, pero también deslizó que trabaja en un proyecto para transferir las universidades a las provincias y en otro por el que buscaría sacar del ya mermado presupuesto de Salud, lo que la Ley de Financiamiento Universitario le impone.
Y en este unto cabe recordar que la Ley de Financiamiento Universitario fue aprobada en el Senado el 12 de septiembre, durante una votación general que sumó 57 adhesiones, sólo diez rechazos y una abstención. Si se sostienen estos números se llegaría a los dos tercios que se precisan frenar el veto de Milei ¿Volverá a correr La Banelco como en el reciente caso de la Ley de Movilidad Jubilatoria?
La norma pone en marcha un mecanismo de recomposición de los salarios del personal docente y no docente que es retroactivo al 1° de diciembre de 2023 y va hasta la sanción del proyecto. Un informe que fue confeccionado por la Oficina de Presupuesto del Congreso es contundente a la hora de desnudar lo falaz que es el argumento fiscal que esgrime Milei a la hora de vetar la Ley, ya que explica que su implementación supondría un impacto presupuestario de 738.595 millones de pesos, lo que apenas equivale al 0,14 por ciento del PBI.
Este es el panorama que dejó una jornada en la que aún con todos los matices que admite la caracterización del sujeto social que salió a las calles, deja en claro que si hubo un perdedor, esa fue la Presidencia Milei. Pero también que es evidente que va a ser preciso que el acumulado y la profundidad que exhibió la segunda Marcha Federal, sirva de insumo para la construcción y puesta en movimiento de un plan de lucha que sea capaz de articular la resistencia que todavía de forma dispersa, sale al cruce las atrocidades que perpetra el actual esquema de gobierno. Si se puede avanzar en esa dirección, entonces podrá decirse que la jornada de ayer sí dejó un ganador.
Una batalla que recién comienza
“Este miércoles, estudiantes, docentes y otros actores de la comunidad universitaria nos movilizamos en todo el país contra el veto a la ley de Financiamiento Universitario, que ya anticipó el presidente Milei y lo hicimos en una nueva Marcha Federal Universitaria que fue más contundente que la del 23 de abril”, celebró Lucas Alfieri que es responsable de la Mesa de Universidad de La Fede y militante del MUI en la Universidad de San Martín (UNSaM).
Después fue claro cuando recalcó que “hoy sólo funcionamos con un presupuesto de sostenimiento que alcanza, con suerte, para prender la luz pero que lejos está de contemplar el salario de los docentes y no docentes que son los que más sufrieron este ajuste”. Y, en este sentido, recordó que desde que Milei es Presidente, esos trabajadores acumulan una pérdida del poder adquisitivo de cerca del 55 por ciento, así como que los salarios representan el noventa por ciento de los gastos de las universidades.
Además, advirtió Alfieri, “la política de shock que Milei implementó ni bien asumió, profundizó el empobrecimiento y la carestía de vida para los millones de estudiantes”. Y al respecto graficó que “el boleto de colectivo no baja de quinientos pesos, el Subte se fue a setecientos y los viajes en colectivos de media distancia, que son los usan muchos compañeros que se trasladan a la facultad desde distintos puntos del conurbano, no cuestan menos de 1.500 pesos”.
Y, como si esto fuera poco, recordó que la cosa empeora drásticamente con la derogación de la Ley de Alquileres que también perpetró Milei, así como con la inflación que impacta severamente sobre todo y especialmente en los precios de los alimentos que consumen en los comedores universitarios los alumnos que habitualmente cursan durante todo el día. “Todo esto mientras la política de becas se congela o se reduce”, denunció el referente del MUI y puntualizó que “el Progresar sólo son 35 mil pesos, lo que representa apenas una semana de gastos mínimos en la facultad…esto, en el mejor de los casos”.
Por otra parte resaltó que según un informe confeccionado por la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), el presupuesto actual sólo abarca el 7,1 por ciento del total del presupuesto universitario. El 57 por ciento está destinado al pago de salarios de docentes y autoridades superiores, el 33,5 a abonar sueldos de no docentes y el 2,2 a los hospitales universitarios. “Consecuentemente, pese a la suba ofrecida por el Poder Ejecutivo, las instituciones nacionales continúan en una situación crítica”, advirtió.
Pero asimismo insistió con que la situación que viven ahora mismo las universidades “es todavía más crítica que la de comienzos de año” y alertó que este panorama tiene un “capítulo dramático en materia salarial”, ya que “resulta inadmisible y profundamente injusto que quienes tienen la responsabilidad de formar a futuras generaciones de profesionales y con su trabajo diario permiten que las universidades funcionen, sean hoy los peores pagos y los más perjudicados por los incrementos otorgados”.
Y en este sentido, no dudó al señalar que “más del setenta por ciento de las y de los trabajadores de la educación superior, perciben salarios que están por debajo de la línea de pobreza”, al tiempo que “son miles los que no recibieron ningún tipo de recomposición salarial desde principios del presente año”.
Por eso después de insistir en “lo contundente que fue la jornada”, Alfieri destacó que “el MUI y otras expresiones estudiantiles estuvimos en distintos puntos del país en defensa de estas reivindicaciones”, pero también “lo hicimos alzando nuestra voz para alertar sobre el enfoque descentralizador y protoarancelatorio de esta política de ajuste de Milei” que combate “la gratuidad del sistema porque es una contradicción enorme para sus intereses”.
Y sin dudarlo aseveró que “tenemos que poner en eje reivindicaciones de todos los sectores atacados por la política de ajuste, entrega y represión: que la universidad sea un foco de resistencia no sólo de sus condiciones de funcionamiento, sino que también pueda aportar a la batalla política y subjetiva que es preciso librar contra este gobierno”.