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El Tribunal Penal de Neuquén encontró culpables a seis de los ocho acusados en la Causa Fuentealba II. Docentes de La Violeta participaron de la convocatoria de Aten ante la sede tribunalicia.

Seis de los ocho policías acusados de la represión que derivó en el asesinato del maestro Carlos Fuentealba, perpetrado el 5 de abril de 2007, fueron declarados culpables de los delitos de “abuso de autoridad” y “abuso de armas” por el Tribunal Penal de Neuquén.

Se trata del ex jefe de la policía de esa provincia, Carlos Zalazar, el ex subjefe Moisés Soto y Adolfo Soto que se desempeñaba como superintendente de Seguridad Metropolitana, además de Jorge Garrido que estaba al frente del Departamento de Seguridad Metropolitana y el ex director de Seguridad, Mario Rinzafri, quienes fueron encontrados culpables del delito de abuso de autoridad.

Por su parte, el policía Benito Matus fue hallado responsable de abuso de armas. En el mismo fallo, el tribunal absolvió por falta de pruebas en su contra a los agentes Aquiles González y Julio César Lincoleo, y por el beneficio de la duda al policía Benito Matus.

Vale recordar que Carlos Fuentealba murió por el disparo en la cabeza de una granada de gas lacrimógeno, que fue ejecutado por el cabo José Darío Poblete -quien está condenado a perpetua-, durante una manifestación de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (Aten) que tuvo lugar en la ruta nacional 22, cerca del Paraje Arroyito.

A raíz del juicio, una delegación de Ctera encabeza por su secretaria general Sonia Alesso, estuvo presente en la carpa que organizó Aten ante la sede del tribunal, desde donde se pudo seguir la etapa de los alegatos. Ahí también se dieron cita integrantes del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires, la  Asociación de Magisterio de Santa Fe, la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos y la Unión de Trabajadores de la Educación de la Ciudad de Buenos Aires.

Entre ellos estuvieron los docentes que integran La Violeta Daniela Canteros, Marcia Figueroa, Cesar Zubelet y Alba Werenchuk, quien destacó que fue positivo “poder sentar en el banquillo de los acusados a la cúpula policial que diseño, ejecutó y supervisó la represión dónde ejecutaron a nuestro compañero Carlos Fuentealba” y añadió que los trabajadores de la educación “valoramos este momento, porque, por primera vez, se juzga estos actos tan violentos que se ejercen sobre quienes luchan para defender sus derechos”.

Y tras resaltar que este proceso “es una bisagra en la historia del movimiento obrero, porque pone en evidencia como los estados represivos neoliberales le faltan el respeto a la democracia y a los derechos humanos”, remarcó que se pudo llegar a esta instancia “por la lucha popular”, así como por “la constancia y perseverancia de quienes luchan por un mundo más justo e igualitario”.

Por su lado, Marcia Figueroa hizo hincapié en que el juicio “sienta un precedente muy importante” y fue clara al advertir que “demuestra que se puede comenzar a romper el poder que tienen los poderes fácticos, sectores autoritarios que disciplinan a los sindicatos, al movimiento popular y a los ciudadanos”. Y destacó el papel clave que en la lucha por justicia para Carlos Fuentealba tuvo su esposa, Sandra Rodríguez, “pero también sus abogados, Aten, Ctera y todo el movimiento popular”.

Mientras que Zubelet recordó que Ctera y sus sindicatos de base estuvieron presentes desde el primer día “y ahora, a dieciséis años de esa feroz represión, seguimos exigiendo justicia completa por nuestro compañero Carlos Fuentealba”, tras lo que sostuvo que “vivimos un momento muy emotivo escuchando los alegatos de esta causa, después de años de lucha contra la impunidad, acompañando y reivindicando la lucha de Sandra Rodríguez, sus hijas, los compañeros de Aten y Ctera”. Y fue contundente cuando advirtió que “nos falta un maestro, la cúpula policial y Jorge Sobisch también son responsables del crimen que acabó con la vida de Carlos Fuentealba”.