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Mientras Horacio Rodríguez Larreta disfruta de la Cumbre Mundial de C40, a la vuelta de la esquina hay pibes que no pueden cursar clases porque sus escuelas siguen invadidas por ratas.

Casi en simultáneo y mientras en el marco la Cumbre Mundial de C40, Horacio Rodríguez Larreta se pavoneaba cambiando los foquitos de la lámpara del Teatro Colón con su par de Londres, Sadiq Khan, a unas cuarenta cuadras de ahí, la comunidad educativa de la escuela 26 realizaban un abrazo a la escuela 26 República de Colombia del barrio de Boedo.

Es que, al parecer, entre tanta reunión con los alcaldes de algunas de las principales ciudades del planeta, al jefe de Gobierno se le olvidó atender el problema de la proliferación de ratas que afecta a buena parte de las escuelas que integran el sistema público estatal bajo su jurisdicción.

Y, para decir la verdad, ni Larreta ni su ministra de Educación, Soledad Acuña, pueden decir que no les avisaron que esto estaba pasando, porque hace apenas diez días, distintas escuelas de la Ciudad de Buenos Aires debieron suspender sus clases por los problemas de salud e higiene provocados ante la invasión de ratas.

Esto es algo que, para honrar la verdad, desde la Unión de Trabajadores de la Educación ya venían advirtiendo que pasa, como parte de las consecuencias que trae aparejado el ajuste presupuestario y los problemas de gestión.

Esa vez desde la Comisión Directiva de UTE y dirigente de La Violeta, Antonela Bianco, recordó que hace rato la Secretaría de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo de este sindicato hizo un relevamiento que daba cuenta de “muchísimas escuelas de la Ciudad están invadidas por ratas”.

Se trata de la cuarta vez en lo que va del ciclo lectivo 2022, que la Escuela República de Colombia tiene que suspender el dictado de clases porque aparecen ratas en sus aulas, pero nada de esto inmuta a la Gestión PRO, pese a que sólo durante la jornada del viernes pasado, fueron doce los roedores que se vieron deambular por distintos sectores del edificio escolar.

“Garanticen la completa desratización de las instalaciones”, reclamó la comunidad educativa al abrazar la escuela bajo la consigna “que no se pierda un día más de clases por presencia de roedores”, al tiempo que se exhibían carteles que eran sumamente elocuentes: “Más inversión menos propaganda” y “No quiero ratas en mi escuela”.

Así las cosas, al dejar inaugurada la Cumbre Mundial de Alcaldes de C40, esto es el encuentro mundial más importante sobre ciudades y cambio climático, el jefe de Gobierno hizo hincapié en que “tenemos que retomar el camino de la inserción internacional, porque cuando se trata de resolver problemas, nadie puede solo” ¿Les habrá pedido al resto de alcaldes, alguna idea que ayude a que los pibes de la Ciudad puedan cursar sin tener que andar esquivando ratas?