Carmen y Laura Villalba, pero además Francisca Andino, padecen torturas en el penal de Minga Guazú. Así lo denuncia la Campaña Internacional en Solidaridad con la Familia Villalba.
Desde la Campaña Internacional en Solidaridad con la Familia Villalba, se denunció que la situación de las presas políticas Carmen, Laura y Francisca empeoró considerablemente durante las últimas semanas, ya que no están recibiendo en cantidad y calidad necesaria agua y alimentos por parte de las autoridades del penal de Minga Guazú que es donde están recluidas por decisión del Poder Judicial de Paraguay.
Al respecto la denuncia advierte que en esta unidad penitenciaria que no casualmente es conocida como el Guantánamo Paraguayo, ni siquiera se les está entregando la comida y el agua que acercan hasta ese lugar sus propios familiares y durante largas horas “les cortan el agua que se suministra por los grifos como modo de aumentar la tortura durante días en los que particularmente hace mucho calor”.
La Campaña denunció que la crueldad llega a tal punto que a Francisca Andino, quien tiene 65 años de edad, le fue negado un vaso de leche que hubiera contribuido a paliar los serios problemas de salud que padece. “Me aferro a la vida, pensé en mis compañeros de la dictadura, en los que no salieron con vida…quiero seguir viviendo”, dijo en una breve nota que logró acercar a quienes integran la campaña solidaria que volvió a denunciar a las autoridades del penal ante el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura por lo que insistió en responsabilizar al Estado Paraguayo por la suerte que corren las tres mujeres.
Laura Villalba fue condenada a 31 años de prisión en una causa armada para tener presa a una de las principales testigos del crimen de las niñas María Carmen y Lilian Mariana Villalba, ambas nacidas en Argentina, que fueron asesinadas por las Fuerzas de Tareas Conjunta de Paraguay que integran personal de Policía y Ejército, durante los primeros días de septiembre de 2020. Pero además es la mamá de María Carmen.
Lilian Mariana y María Carmen vivían en Misiones y en diciembre de 2019 fueron a conocer a sus padres que formaban parte del Ejército del Pueblo Paraguayo. Ahí las encontró la pandemia pero también a muerte a manos de las Fuerzas de Tareas Conjunta, en un asesinato que el entonces presidente Mario Abdo Benítez, pretendió hacer pasar como “falsos positivos”. Pero investigaciones posteriores dan cuenta de que las niñas de once y doce años de edad fueron capturadas con vida, torturadas y finalmente ultimadas.