Plantean que el primer ministro de Gran Bretaña, Keir Starmer, debe “mantenerse fuera de las guerras arancelarias” que impone el presidente estadounidense que ponen en peligro “el empleo y el nivel de vida fundamentalmente de los trabajadores”, tal como señaló su titular Robert Griffiths.
“Manténgase fuera de las guerras arancelarias”, es lo que advierte el Partido Comunista de Gran Bretaña al premier Keir Starmer, al tiempo que hace hincapié en que “los trabajadores británicos no tienen nada que ganar al sumarse a las guerras arancelarias entre Estados Unidos y la Unión Europea y contra China”, ya que tal como lo recalcó su titular Robert Griffiths, “unos aranceles más altos a nuestras exportaciones e importaciones pondrían en peligro la inversión, el empleo y el nivel de vida fundamentalmente de los trabajadores”.
Al respecto, Griffiths fue contundente cuando puntualizó que este escenario delineado por el presidente estadounidense Donald Trump, toma al Reino Unido en una situación de fragilidad “especialmente dado el déficit comercial de Gran Bretaña y un sector industrial relativamente pequeño dominado por el sector privado y la propiedad extranjera y afectado por una subinversión crónica en alta tecnología, habilidades laborales, educación y capacitación”.
Pero también encendió luces de alarma acerca de lo que podría traer aparejado un acuerdo de libre comercio entre Washington y Londres “al estilo del TTIP”, tal como no hace mucho deslizó el vicepresidente estadounidense James David Vance, cuando aseveró que “hay buenas posibilidades” de que se alcance un “gran acuerdo comercial” entre ambas partes y como para refrendar su apuesta remarco que Tump “ama al Reino Unido…amaba a la reina, admira y ama al rey, es un empresario y tiene varias relaciones comerciales importantes en Gran Bretaña”.
Pero más allá de los amores, admiraciones y negocios del magnate que gobierna EE.UU. ¿qué puede significar la implementación de una versión remozada del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones? “Favorecería la privatización y reduciría drásticamente los estándares laborales y de consumo”, remarcó el secretario general del Partido Comunista de Gran Bretaña y añade que esto podría arrastrar al Reino Unido a “una desindustrialización desastrosa”. Y, en idéntica dirección destacó que “las guerras arancelarias del presidente Trump buscan enriquecer a sus partidarios corporativos en los sectores de energía, informática, bienes raíces y manufactura, especialmente a las industrias de los armamentos” sin que “les importe el costo que esto implica para los trabajadores y los pobres de su país y del exterior”.
Por lo que, “Trump y sus aliados de extrema derecha y protofascistas están dispuestos a romper todas las reglas, pisotear los derechos de las personas y la Constitución de Estados Unidos y sacrificar el futuro del planeta”, ya que “los círculos más reaccionarios del capital monopolista estadounidense están desesperados por rescatar la rentabilidad del creciente desafío planteado por la China Popular y sus aliados Brics” y en esa línea “ven los aranceles, los recortes de impuestos a las grandes empresas y los recortes a los programas sociales y de bienestar como la solución”.