El domingo Ecuador vota en segunda vuelta entre Daniel Noboa y Luisa González ¿Quién puede ganar? ¿Qué puede pasar si Revolución Ciudadana vuelve al Palacio de Carondelet? Desde aquel país, el sociólogo Bruno Soria dialogó con Nuestra Propuesta para analizar la situación.
Después de una ya lejana primera vuelta en la que calificaron para ir al balotaje cuando sus candidaturas registraron un empate técnico, Daniel Noboa y Luisa González van a dirimir quién será el próximo presidente de Ecuador en una elecciones para las que según coinciden la mayoría de las últimas encuestas, la candidata de Revolución Ciudadana sacaría una luz que va de cinco a siete puntos sobre su par de Acción Democrática Nacional.
Esa vez la diferencia fue de apenas alrededor de 17 mil votos para quien actualmente tiene a su cargo el ejecutivo ecuatoriano para completar el mandato que dejó inconcluso la vacancia que provocó la renuncia de Guillermo Lasso. Y es teniendo en cuenta esta estrecha ventaja, que cobra fuerza el apoyo que no hace mucho brindó a la candidatura de González el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, que en la primera vuelta y con la postulación presidencial de Leonidas Iza, se quedó con 538.456 votos.
“La votación fue muy pareja, hay una diferenciación de votos por regiones y provincias, en algunas a favor de Noboa y en otras de Luisa”, recordó desde Ecuador el analista internacional y sociólogo, Bruno Soria, quien en diálogo con Nuestra Propuesta evaluó que de cara al balotaje “esa situación parece que se ha mantenido, por lo que es muy probable que la diferencia sea mínima a pesar de que Luisa González ha sumado durante las últimas semanas apoyos importantes como es el caso del Pachakutik, el movimiento indígena que hay que recordar que está fraccionado”, por eso “habrá que ver qué pasa, porque los votos no son endosables y el domingo se verá cómo se expresan los ciudadanos”.
Queda claro que Noboa representa una mirada que es la misma que exhibieron sus antecesores Lenin Moreno y Lasso ¿Pero qué se puede decir acerca de la candidata del partido fundando por Rafael Correa, sobre todo, tras la ingeniería electoral que debió hacer para llegar a la segunda vuelta con expectativas de triunfar? ¿Y si sale airosa, en tal escenario le va a resultar fácil construir gobernabilidad?
“Hay que tener en claro que estamos ante un hartazgo del pueblo de tener ya casi nueve años de neoliberalismo, de manejo errático de las políticas públicas, pérdidas de servicios públicos, desmontaje del Estado y de la institucionalidad, además de un marcado deterioro de las condiciones y calidad de vida”, sostuvo Soria y recordó que dentro de ese proceso, Ecuador “pasó de ser el segundo país más seguro de Sudamérica a tener algunas de las ciudades más peligrosas del mundo y ser el país más peligroso de América Latina”.
¿Pero por qué pese a ese hartazgo Noboa llega a la segunda vuelta y hasta podría imponerse el domingo? “Pesa mucho la manipulación de los medios de comunicación y la derecha que construyeron un discurso negativo hacia las propuestas progresistas y de izquierda, asociándolas en el imaginario a la corrupción y la dictadura, cuando en realidad lo que se está viviendo ahora es una dictadura”, reflexiona y añade que “esa construcción para muchos es real y aprovecha las redes sociales y discursos vacíos que han logrado tener influencia sobre un importante segmento de la población”.
Todo pese a que Noboa “representa a los sectores agroexportadoras ligados a EE.UU. en un esquema que incluye a grupos que realmente son fascistas”, mientras que detrás de la candidatura de González, “hay una amalgama de sectores que van desde la izquierda hasta la pequeña burguesía que fueron duramente golpeados por las políticas del gobierno, sobre todo durante los apagones de 2024” (Ver Hora de apagar las velas y encender las calles).
Con este telón de fondo, “es probable que si pierde, Acción Democrática entre en un proceso de implosión y entonces tendremos a varios de sus asambleistas oportunistas que buscarán mecanismos para conservar su poder y por eso es que sin el gobierno ese partido no tiene futuro”, mientras que para Revolución Ciudadana, “el desafío si triunfa va a ser reconstruir el país…casi comenzando desde cero porque durante los últimos años la derecha se ha dedicado a desmontar el Estado”.
Por eso es que dentro de ese escenario, “Luisa va a tener que mostrar rápidamente evidencias reales y concretas de que está dispuesta a avanzar en políticas para frenar los problemas que tenemos, como el de la violencia, ya que tal como están las cosas actualmente, éste pasaría ser el año más violento de la historia del Ecuador”. Pero también “va a tener que hacer lo mismo en relación a la reconstrucción del aparato productivo y la obra pública, los servicios sociales, el sistema de salud y de educación”. Y, principalmente, “volver a armar la institucionalidad”.
Como se ve la elección ecuatoriana del domingo puede ser un parteaguas en una historia que desde 2017 va de mal en peor, pero también en el mejor de los escenarios posibles, va a inaugurar una etapa en la que “los desafíos son muy grandes porque son varios los sectores que esperan soluciones rápidas y está claro que poder arreglar esto va a llevar tiempo, porque además hay que tener en cuenta que en estos años se duplicó la deuda externa que pasó de 46 mil millones a casi cien mil millones de dólares…y esto sin que se haya empleado un solo dólar en, por ejemplo, hacer obras públicas o mejoras en los servicios”.