Por decreto, Guillermo Lasso, disolvió la Asamblea Nacional. Tensa calma en Quito, mientras las Fuerzas Armadas advierten que no van a tolerar “ningún intento por alterar el orden”. Para el Comité Popular 15 de Noviembre la respuesta “debe ser la huelga general”.
Ante la posibilidad de que avanzara el juicio político y su destitución, lo que inmediatamente abriría la puerta a una causa penal en su contra, el presidente de Ecuador Guillermo Lasso, decretó ayer la disolución de la Asamblea Nacional y anunció su decisión de pedirle al Consejo Nacional Electoral “la convocatoria inmediata a elecciones” de las que debe salir quien complete el mandato hasta mayo de 2024.
Acorralado y ante una perspectiva bastante sombría para sus intereses (Ver No hay Lasso de dónde agarrarse), Lasso se llevó puesta a la Asamblea Nacional a la que acusó de desestabilizar al Gobierno, pero también “a la democracia y al Estado”, al tiempo que puso en marcha un mecanismo constitucional que podría permitirle gobernar durante seis meses por decreto “para dar una respuesta a la crisis política que tiene entrampado al Ecuador”.
Pero Lasso no se arrojó al vacío. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional de Ecuador respaldaron su decisión y como para que quede claro, lo hicieron por medio de una trasmisión que fue televisada en la que la voz cantante la llevó el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general de división Nelson Proaño Rodríguez quien alertó que no van a aceptar “ningún intento por alterar el orden”.
Al respecto, el ex mandatario Rafael Correa, no dudó en aseverar que lo que pasó ayer en Quito, “es un golpe de Estado”, tras lo que sostuvo que “lo que hizo Lasso es ilegal”, ya que “no hay ninguna conmoción interna” que justifique esta delegación de poder en el ejecutivo y denunció que el presidente ecuatoriano actuó así “porque no pudo comprar suficientes asambleístas para salvarse”.
Y, por su parte el Comité Popular 15 de Noviembre, que entre otras fuerzas integra el Partido Comunista Ecuatoriano, dijo que la respuesta al paso que dio Lasso, “debe ser la huelga general”, tras lo que indicó que después de dos años, “su nefasto régimen ha tocado fondo y a ese hueco ha arrastrado a toda la sociedad, siendo el pueblo quien carga sobre sus hombros el peso de la crisis en lo económico, lo social y en los cementerios que se llenan de trabajadores muertos en la guerra de bandas que aupa, permite y de la que es directamente responsable”.