El primer ministro Abdalla Hamdok anunció su dimisión mientras en Jartum y otras ciudades una brutal represión deja decenas de personas asesinadas. El Partido Comunista instó a que el mundo manifieste su “solidaridad urgente para exigir el fin de esta represión sangrienta”.
Con un telón de fondo atravesado por la protesta popular y una feroz represión por parte de las Fuerzas Armadas y policiales, el primer ministro de Sudán Abdalla Hamdok, anunció ayer su dimisión al cargo del que había sido separado durante el golpe de Estado del 25 de octubre y en el que fue restituido poco después, tras pactar con los militares golpistas.
Esa situación profundizó todavía más las protestas que tuvieron epicentro en Jartum, hasta el mismo fin de semana en que Hamdok presentó su renuncia por medio de un video que se difundió por Youtube en el que dice que deja el cargo “a otros hijos de la patria para que continúen gobernando el resto del período de transición hacia un Estado civil y democrático”.
Pero lo que el ex premier llama “transición”, en las calles se traduce como masacre. Diversas fuentes coinciden en advertir que sólo en Jartum y Omdurman, entre otras ciudades, se cuentan por decenas las personas asesinadas durante la represión del fin de semana.
“Las manifestaciones masivas que tuvieron lugar hacia fin diciembre de 2021 contra el gobierno militar, han sido sometidas a una sangrienta represión”, denunció el Partido Comunista Sudanés (PCS) y alertó que “la policía y las Fuerzas de Apoyo Rápido dispararon balas reales y gases lacrimógenos contra manifestantes pacíficos, matando a varias personas e hiriendo a más de doscientas”.
Por otra parte, señaló que muchos líderes de los Comités de Resistencia que son los organismos donde articulan las fuerzas que se oponen al gobierno surgido del golpe de Estado, “han sido detenidos como parte de esta ola de brutal represión en un intento desesperado de aplastar el creciente movimiento de protesta de masas”.
Por lo que el PCS hizo pública su “condena enérgica a la escalada de represión sangrienta por parte de la autoridad golpista”, tras lo que destacó que va a seguir “trabajando con todas las fuerzas pertinentes para fortalecer y establecer el frente más amplio para resistir y derrotar el golpe y lograr un gobierno civil democrático completo en Sudán”.
Y, en este sentido, instó a que las fuerzas sociales y políticas de todo el planeta, manifiesten su “solidaridad internacional urgente para exigir el fin de la represión sangrienta en Sudán y la liberación inmediata de todos los detenidos políticos, especialmente los líderes de los Comités de Resistencia”.