El Movimiento Universitario de Izquierda ha estado presente en el Congreso junto a los jubilados, manifestando su apoyo en momentos en que los estudiantes acompañan también a los docentes, que la semana pasada llevaron a cabo un paro en todo el país.
En el comienzo del ciclo lectivo se profundizan las demandas vinculadas al financiamiento que el gobierno nacional le niega al sistema público, universal y gratuito de educación y, en simultáneo , escalan el ajuste y la represión contra los jubilados.
En este contexto, el responsable de la Mesa de Universidad de La Fede y presidente del Centro de Estudiantes de Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), Lucas Alfieri, sostuvo que el paro de las universidades nacionales del 17 y 18 de marzo, respondió “a una situación similar a la que tuvimos en el primer año de gobierno de Milei, donde se prórroga el presupuesto educativo en general que se asigna a las universidades nacionales, de antemano implica una pérdida del treinta por ciento en el primer cuatrimestre y es una estrategia que el gobierno ha utilizado para encorsetar la discusión y terminar descentralizándola”.
Después recordó que “al no haber una partida nacional con un criterio estratégico, con un criterio de financiamiento de forma igualadora al sistema universitario nacional que está en todas las provincias del país, se juega más a una prórroga presupuestaria, una licuación de esa manera de los salarios, de las becas de los programas de investigación, una pérdida del poder adquisitivo de todo lo que implica el sistema universitario, desde salarios docentes y no docentes hasta las becas Progresar, las de investigación, las caídas de las becas posdoctorales de ochocientas cuando llegó el gobierno a trescientas en la última anuncio del año pasado”.
Asimismo, añadió que “eso va de alguna forma configurando el esquema de financiación y ahogamiento para empeorar las condiciones de estudio que ofrece la universidad pública y de alguna manera para ir preparando el terreno favorable para que emigren los científicos y los trabajadores, a que se empiece a perder calidad de una institución que ofrece calidad y que es muy importante en Argentina, América Latina y el mundo como es el sistema universitario de Argentina, con algunas que están en los ranking más importante, pero que en líneas generales es una gran propuesta a lo largo y ancho del país”.
Y puntualizó que de la mano de esa descentralización, el gobierno negocia con los rectores de forma separada “y ahí empiezan a entrar otras discusiones como reformas que buscan para mercantilizar aún más la propuesta de la universidad pública que en su gratuidad es un aspecto central e incuestionable que la posiciona mucho más en avanzada que un montón de sistemas educativos superiores, pero que en el plano de investigación y en el plano de qué pasa cuando eso se produce en las universidades es un modelo que favorece a unos pocos y el gobierno está muy interesado en profundizar eso, y de esta manera construye condiciones hermosas para que el sector privado haga una mermelada con todo lo que genera la universidad pública”.
Ante este panorama, Alfieri dijo que “la situación del movimiento estudiantil frente a estos paros, obviamente en primera instancia es de un apoyo a los trabajadores de nuestra universidad y de acompañamiento, nuestra lucha es su lucha y es una lucha que se encara de forma interclaustro, obviamente existen matices y reclamos que a veces también son más sectoriales, pero que en este ataque sufrimos todos por igual y vemos un gran respaldo de la gran mayoría de estudiantes, obviamente también están quienes reclaman por las clases, quienes ponen en el segundo plano todo el ajuste presupuestario y el ataque del gobierno”.
Y tras destacar que “hay una pelea subjetiva que no está ganada, que nunca está ganada ni perdida en su totalidad”, puntualizó que “el paro al inicio del cuatrimestre de alguna manera es un mensaje claro que a nosotros también, desde los centros de estudiantes y desde las agrupaciones estudiantiles, nos permiten salir a visibilizar el conflicto de nuestras propias particularidades con la defensa y organización del movimiento estudiantil, de los docentes, no docentes y los investigadores en la lucha por las condiciones universitarias que durante el año pasado hemos hecho y que ha dado frutos en cuanto a que hemos corrido al gobierno en su plan inicial de congelamiento, le hemos sacado algunas partidas presupuestarias, no obstante el gobierno sigue con su esquema y los éxitos son relativamente bajos porque estamos en un momento defensivo de la lucha y partiendo de eso es complejo todo, desde la organización del sujeto hasta la obtención de victorias concretas frente a un gobierno neofascista y ajustador de forma ultraliberal”. Así que en ese marco “comenzando el cuatrimestre con un paro concreto, con la necesidad de seguir visibilizando la lucha y hacia ahí vamos ahora en estos días”.
Por otra parte, al referirse a la participación del MUI en las movilizaciones de los miércoles, recordó que “los compañeros jubilados de diferentes organizaciones populares, entre ellos los del Partido, nos plantearon que veían que no estábamos logrando solidarizarnos con el resto las luchas. Indudablemente esa contradicción con el movimiento estudiantil, siempre fue una complejidad y siempre fue necesario que nosotros podamos incorporar la lucha por la universidad y la lucha por un proyecto de país y la defensa de toda la sociedad atacada en su conjunto, entonces fue muy importante lo del otro día”.
Y remarcó que “desde el MUI hemos tenido una gran convocatoria el miércoles pasado y nos sentimos interpelados por la incorporación de huinchas del fútbol”, entonces “no sólo se fue a apoyar a un sector, sino que se pudo romper algo que le venía complicando también a los jubilados en su propia dinámica, no por culpa de ellos sino por cómo la sociedad se relacionaba con esa lucha, romper esa soledad y acompañarlos”.
Porque, insistió, “la represión feroz que se vio está directamente relacionada con eso, nosotros hemos tenido nuevamente compañeros presos de la Unsam que esta vez por suerte fueron liberados más rápido que en la marcha por la Ley Bases cuando a un compañero de la Escuela de Política de Gobierno lo detuvieron por cinco días”.
Pero el miércoles 12, “vimos de nuevo una criminalización feroz, algo que también sufrimos en el día a día, porque el gobierno monta su narrativa…monta su represión a toda la protesta social”. Por lo que “lo del miércoles tiene que ser un elemento de combate al gobierno para erosionarlo y poder romper con aquellos enfoques que sólo apuestan al plano electoral que es una herramienta importante y que este año tenemos esa batalla”, ya que “debemos seguir dando la pelea en plano basista, ya sea ir a la calle el miércoles a acompañar a los compañeros jubilados, hasta dotarnos de asambleas, de manifestaciones locales, todo lo que pueda romper la parálisis y no sólo llevar a lo electoral la discusión con el gobierno, sino poder darle un plafón mucho más de movimiento, porque es importante que ese movimiento recupere tejido, que haya más colectividad, que rompamos con la fragmentación y que los jubilados no lo estén es una manera de romper con la fragmentación, así como todos han apoyado masivamente nuestra movilización universitaria, creo que pudimos lograr eso”.
Con este telón de fondo, remarcó que “el desafío es poder seguir yendo”, algo que “indudablemente se va a cruzar con un montón de realidades que el movimiento estudiantil en nuestro caso particular padece, el hecho de estudiar y trabajar, comenzar el ciclo lectivo, un montón de cosas que también hay que saber entender en el momento de organizar para ni quedarnos en la parálisis y aislados de lo que pasa afuera de las universidades ni tampoco terminar sólo poniendo en el centro esa problemática sin poder incorporar al sujeto a esa discusión que es la tarea central y estratégica para nosotros y no estar aislados en esa lucha, tenemos que lograr salir rápidamente a visibilizar que también somos parte de eso, incorporar a los compañeros y lograr también enfrentar estos momentos en lo que apuestan es a que estén todos en sus casas y los jóvenes no vean con buenos ojos irse a movilizar porque implica padecer una represión”.
Y para ello “debemos poder hacer entender que la organización colectiva te puede cuidar, que podemos ir y volver todos, y es muy compleja la tarea en ese sentido.
También, Alfieri se refirió al papel que debe jugar el movimiento sindical en esta historia. “Es un problema la falencia de las centrales obreras en la capacidad de organizar al movimiento obrero, no creo que el de los jubilados sea el movimiento más dinámico, creo que el movimiento más dinámico siempre es el movimiento obrero en los términos de los cuales está organizado en los lugares comunes en donde atenta contra los grandes empresarios si utiliza esos sindicatos en pos de esa lucha, pero como eso no pasa terminamos ocupando otros sujetos y otros actores ese lugar”.
Pero aclaró que “estamos en una Argentina donde hay más informalidad y todo es más complejo, el movimiento obrero tradicional de fábrica no es el único pero sigue siendo un factor que ha demostrado que cuando construye los paros y demás tiene un peso fundamental. De hecho es importante el rol que están cumpliendo los jubilados porque están logrando dinamizar, así como lo hizo el movimiento estudiantil también al movimiento obrero y lleva a las centrales sindicales de mayor envergadura a convocar a medidas de fuerza”. Por que “debería ser un movimiento obrero el que se ponga al frente de las luchas y el estudiantil de la mano”.