Por decreto, la Presidencia Milei decidió que el Salario Mínimo, Vital y Móvil vuelve a mirarle la luneta a la inflación. “Es preocupante este decreto, sin sentarse a discutir con la centrales de trabajadores, impone un mínimo muy pobre que achata las discusiones salariales”, advirtió el secretario Sindical del Partido Comunista de la provincia de Buenos Aires, Emanuel Ríos.
Las dos CTA hicieron público su repudio a la decisión de determinar por decreto el Salario Mínimo, Vital y Móvil que adoptó la Presidencia Milei que, después de que en tándem con los representantes de las cámaras empresariales hiciera fracasar la reunión del Consejo del Salario, lo estableció de forma unilateral y conforme a una escala que parte de 308.200 pesos en mayo y alcanza los 322.000 para agosto. Esto representa una recomposición mensual que oscila entre el 1,4 y el 1,9 por ciento, algo ridículo si se lo compara con una inflación acumulada que ya supera el doce por ciento en lo que va de 2025.
Por otro lado, durante los últimos días la Secretaría de Trabajo de la Nación decidió no homologar el último acuerdo salarial que firmaron la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios con las tres cámaras empresariales del sector, donde se estableció una recomposición acumulativa del 5,4 por ciento para el trimestre abril-junio, con lo que el salario básico con presentismo se iría a 1.123.000 pesos más sumas fijas que se previó incorporar al básico a partir de julio.
Desde el gobierno se dejó claro que la no homologación responde a que lo acordado supera la pauta del uno por ciento, lo que en la práctica implica obligar a que los salarios no puedan recuperarse por la pérdida que les provocó hasta ahora la inflación, pero también que la recomposición continúe yendo por debajo de lo que señala mes a mes el índice de precios.
Al respecto y con particular cinismo, el propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, admitió que el Gobierno puso un techo a las paritarias ya que “si uno permite que el salario se vaya más allá de lo que se ha establecido como pauta o como tope, obviamente los precios aumentan y los que reclaman hoy por aumento del salario vuelven a pedirlo más adelante porque otra vez suben los precios”.
Lo cierto es que detrás de todo esto, se esconde el intento de generar condiciones que permitan reverdecer la reforma laboral regresiva que Javier Milei intentó meter dentro del paquete del DNU 70/2023, pero que quedaron freezados por un amparo que presentó la Cámara del Trabajo por pedido de la CGT.
Cabe recordar que, entre otras cosas, ese texto tiene un punto medular en las negociaciones de recomposición salarial a la baja, al tiempo que pretende habilitar negociaciones por fuera de los convenios colectivos, pero también incluye retrocesos como recortes en el derecho a las vacaciones, el establecimiento de tickets de comida, la extensión de la jornada de trabajo y la liquidación de salarios a través de plataformas como Mercado Pago.
“Es preocupante este decreto”, reflexionó el secretario Sindical del Partido Comunista de la provincia de Buenos Aires, Emanuel Ríos, y recalcó que “sin sentarse a discutir con la centrales de trabajadores, el gobierno nacional impone un mínimo muy pobre, lo que provoca que las discusiones salariales se achaten”. Y, al respecto, recordó que las CTA la CGT “plantearon el doble de lo que impuso el gobierno nacional”.
Por otra parte sostuvo que “es lamentable que el gobierno cierre todos los canales de diálogo porque apremia tener una recomposición salarial urgente” y en cambio de eso “lo que hace es pisar los salarios al uno por ciento como dijo el ministro Luis Caputo, lo que genera que muchos trabajadores están por debajo de la línea de la pobreza”. Pero también recordó que “la Canasta Básica está por encima del millón de pesos y no son pocos los trabajadores que cobran salarios que están muy por debajo de eso”.
De ahí que “resulta preciso que nos organicemos para que, desde los sindicatos de base de las CTA y la CGT, podamos construir un plan de lucha”, ya que la Presidencia Milei “busca achatar lo más que pueda la escala salarial para sostener ese uno por ciento que a principios de año anunció que iba a imponer en todas las paritarias”, algo que “resulta un ataque a la luz del constante aumento del costo de vida que le pone la soga al cuello a los trabajadores”.
Entonces, Ríos hizo hincapié en que es necesario “comenzar a construir un programa que surja desde los trabajadores, para que las CTA y la CGT lo lleven adelante porque la situación es cada vez peor”. Y, en este sentido, puntualizó que el caso de la no homologación del acuerdo alcanzado por Comercio es un ejemplo de todo esto, ya que “no estamos hablando de grandes aumentos, sino que eran pautas que apenas superaban el uno por ciento que impone el gobierno”.
Así las cosas, el responsable Sindical del PC bonaerense, advirtió que “aplastan el salario de los trabajadores para que al gobierno le sigan dando las cuentas, por eso es que el modelo que encabeza Javier Milei sigue siendo a costillas de los trabajadores activos y jubilados, con las niñeces que tienen congeladas la AUH…con todo el pueblo afuera, un sistema que sólo considera a los especuladores a los grandes empresarios y las transnacionales que ganan como nunca”.
Con este telón de fondo insistió con que “debemos conformar un programa de la clase trabajadora que tenga puntos claros, que empiece con reivindicaciones como la salarial, la defensa de las jubilaciones y la soberanía, debe ser construido con todas las centrales de trabajadores”. Y, sin dudarlo, indicó que el paro del 10 de abril “ya quedó muy lejano y entonces tenemos que empujar desde abajo para construir ese programa”, ya que “la reforma laboral está ahí, a un pasito de llevarse adelante y si lo logran, serán muchos años de lucha que se van a llevar puestos, tal como lo espera el FMI”.