El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, defiende la reglamentación de la reforma laboral que habilita la Ley Bases, por la que se avanza hacia la consagración del precariado como forma vincular entre el capital y el trabajo.
En el planeta hay más de seis mil millones de personas que no pueden vivir decentemente y esto es un dato que, por su contundencia, debería alcanzar para exhibir algo que es evidente: el sistema capitalista jamás va a ser justo ya que está basado en la explotación de unas personas por otras personas. Pero pese a esto, la clase capitalista se empeña día a día en redoblar la apuesta y de eso va, en buena medida, el capítulo laboral de la Ley Bases que el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció que va a reglamentarse durante los próximos días.
“Se viene más libertad”, es la frase con la que el ex ladero de Domingo Cavallo y titular del Banco Central con la Presidencia Macri, sintetizó la puesta en marcha de este dispositivo que avanza en la dirección de consagrar al precariado como forma vincular por excelencia entre los universos del trabajo y el capital (Ver Y en el mismo lodo, todos manoseaos).
Y para ello va por la destrucción de derechos adquiridos como las vacaciones, aguinaldo e indemnizaciones que dentro de este esquema y en el mejor de los casos, serían reemplazadas por un "fondo de cese" similar al que ya se aplica para los trabajadores de la construcción.
Este mecanismo permite que las patronales puedan elegir qué esquema indemnizatorio emplear, por supuesto, de acuerdo a las necesidades de maximización de su propia tasa de rentabilidad y sin prestar atención a la ley contrato de trabajo. Y, así, cada patronal va a poder establecer arbitrariamente su propio convenio laboral.
Pero este no es el único beneficio que la norma otorga al universo del capital. A partir de la reglamentación de la norma, aquellos empresarios que tengan en su nómina a trabajadores en negro, se van a beneficiar con la condonación de la deuda por capital e intereses por falta de pago de aportes y contribuciones en varios conceptos, también con la extinción de la acción penal prevista en la Ley Penal Tributaria y con la baja del Registro de Empleadores con Sanciones Laborales.
Asimismo, la ampliación del período de prueba se presenta como un claro paso hacia la consagración de la flexibilidad laboral ya que, en algunos casos, permite que los empresarios extiendan el "tiempo de prueba" hasta por un año, período en el que los trabajadores pueden ser despedidos sin causa ni indemnización por antigüedad. Por otra parte, los empleadores van a poder contratar trabajadores con la modalidad de colaboradores o de contratos de locación.
También hay golpes bajos en lo inherente a los derechos previsionales, ya que los trabajadores que sean regularizados a raíz de los beneficios que otorga esta ley, sólo van a poder computar hasta sesenta meses de aportes previsionales incluso en los casos que hayan sido forzados a trabajar durante más años de manera informal. Esos cinco años no van a ser considerados para el cálculo del haber inicial de la jubilación.
Y despedir va a ser un mero trámite para las patronales, porque se incorporó como motivo de despido a cualquier acción que un trabajador pueda realizar en el marco de un conflicto colectivo, pero también porque se saca de la escena a los sindicatos que tampoco van a poder denunciar la falta de registración de las relaciones laborales, tarea que queda sólo en manos del trabajador perjudicado.
Voces
Con este telón de fondo, tanto desde la Corriente Nacional Agustín Tosco como desde el Movimiento Territorial Liberación, se alzan voces que salen al cruce de la puesta en marcha de esta reforma laboral regresiva que pretende cambiar de raíz a la matriz que rige la relación entre los universos del trabajo y el capital.
"Desde mi punto de vista las respuestas que venimos teniendo son muy dispersas, por lo que necesitamos unificarlas para que tengan otro tipo de contundencia", reflexionó el coordinador nacional del MTL Gustavo Muñoz, al aludir a la necesidad de que las dos CTA y la CGT se planten de forma activa contra aplicación del capítulo laboral de la Ley Bases.
En este sentido, advirtió que el gobierno nacional está pasando a la ofensiva por lo que se vuelve preciso "seguir articulando y peleándola" y añadió que "necesitamos que las mesas de las dos CTA, la CGT y la Utep, con los espacios de Derechos Humanos y sectores progresistas de la Iglesia se junten, pero no como hasta ahora para no acordar nada, sino para acordar aunque sea puntos básicos que permitan dar una respuesta que esté a la altura de esta situación".
Pero también lo es "que nosotros vayamos intentando eso por abajo", ya que "por abajo compañeros se juntan más y entonces es desde ahí de donde debemos exigir construir esta alternativa para esta etapa que es de resistencia y pelea". Y después hizo hincapié en que "ojalá logremos construir una alternativa política".
Asimismo, Muñoz fue contundente cuando advirtió que "hasta ahora el gobierno logra que las peleas que da el campo popular sean por partes, que no unifiquemos, y por eso el desafío es unificarlas". Ya que "aunque algunos plantean que hay que esperar, no podemos esperar más porque la situación de los compañeros y compañeras está al límite, por las persecuciones y el hambre que es extremo".
Por su parte, desde La Violeta en Suteba, Emanuel Ríos, remarcó que "es momento para que las centrales sindicales comiencen a salir a la calle, para confrontar directamente con este gobierno al que no hay que darle ni un minuto de tregua", tras lo que hizo hincapié en que "la reforma laboral preocupa mucho a los trabajadores, pero más todavía preocupa el posicionamiento de algunos sectores de la CGT que intentan dialogar con el gobierno y sobre esta reforma que nos lleva a un retroceso enorme de derechos".
Por lo que sin dudarlo sostuvo que las dos CTA y la CGT "se tienen que poner al frente de la lucha", ya que "es momento de salir y confrontar como lo hemos hecho en el Cordobazo, el Rosariazo, en 2001 y en muchas otras ocasiones donde nuestra clase trabajadora se puso al frente de la lucha por la liberación nacional y social".
Y en idéntico sentido, también desde La Violeta, Pablo Moren, puntualizó que la reforma laboral impuesta por la Ley Bases junto al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, "son instrumentos que sólo buscan que volvamos a ser una colonia con trabajadores con bajos salarios, casi sin derechos y empresas multinacionales llevándose nuestros bienes comunes y recursos naturales como les dicen desde las usinas de pensamiento de la derecha mundial y local".
Tras lo que recordó que esta norma "fue redactada en los despachos de cámaras empresariales y empresas multinacionales que sólo buscan otra transferencia de ingresos para esos sectores concentrados", de ahí que "a los trabajadores no nos quede otra que pelear en los ámbitos que podamos, sobre todo en la calle y en nuestros lugares de trabajo porque esta reforma nos llevan al siglo 19… a una situación laboral pre Revolución Rusa".