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MASIVA MOVILIZACIÓN UNIVERSITARIA:  Más de medio millón de estudiantes, docentes y egresados, a los que se sumaron fuerzas políticas y ciudadanía de a pie, tomaron las calles del país en defensa de la universidad pública, gratuita y laica.

 A menudo la historia argentina se recupera de traiciones y vilezas y, siendo protagonizada por sus masas populares, genera momentos épicos que se atesoran en el recuerdo, sea de quienes directamente los protagonizaron, sea de aquellos y aquellas que gozarán los frutos de esa lucha.

El jueves 30 de agosto de 2018 fue una de esas jornadas, superada del porteño centrismo que acusa recibo sólo de lo ocurrido en la Plaza de Mayo, como si lo que pasó no se hubiera dado, en realidad y tan masivamente como en la capital nacional, en todo el país.

Los estudiantes, profesores y egresados, más un amplio espectro de fuerzas políticas y ciudadanía de a pie, marcharon de a cientos de miles en Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Posadas, Trelew, Paraná y muchas otras ciudades, tanto capitales como del interior de sus provincias respectivas.

En la ciudad de Buenos Aires, azotada por una intempestiva “tormenta de Santa Rosa” y agitada por el fantasma de una corrida bancaria que devaluó el peso una tercera parte en una semana, las masas desafiaron el frío lacerante y la violenta lluvia para marchar desde el Congreso Nacional hasta la Plaza de Mayo.

El mensaje era claro: la universidad pública argentina, a cien años de protagonizar un prolegómeno del Mayo Francés (la Reforma Universitaria de 1918, referencia mundial de lucha con sello argentino), no está en el olvido del pueblo. Antes bien, los argentinos la defendieron en la calle y proclamaron, bajo las frías ráfagas de la Plaza de Mayo, que seguirán defendiéndola sin arredrarse por las acciones vaciadoras que constantemente perpetra el Estado macrista contra la educación superior argentina, orgullo de Nuestra América.

Sólo la marcha que movilizó a la capital del país sumó, según organizadores y convocantes, 300 mil personas. A ellas hay que sumar un número similar de movilizados en otros puntos de la nación.

Los objetivos políticos de todos los cánticos: Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Hubo quien denostó al ministro de Educación, pero no fue el objetivo expreso de esta marcha, que se centró en las responsabilidades de los mandatarios en el desguace de la educación pública, que tiene a las universidades paradas desde hace semanas.

Los comunistas se hicieron presentes. Organismos en los que el PC en el ámbito universitario y estudiantil tiene su peso, también. Así el caso de la Corriente de Universidad Ciencia y Tecnología Liberación, que está al frente de todas las luchas de resistencia universitaria. También el Movimiento Universitario de Izquierda (MUI). Con ellos y como siempre, la FJC, que en la marcha porteña sufrió la lluvia y el frío con toda la fuerza que impera en las circunstancias clave de nuestra historia.

Estudiantes en lucha

El integrante de la comisión nacional de Educación de la FJC, Altzibar Ciordia, quien también es consejero superior de la Universidad de Quilmes y militante del MUI, realizó un balance de lo ocurrido durante la inmensa manifestación por la universidad pública tanto como de las previas luchas de estas semanas.

“No solamente fue un conflicto que se dio desde lo universitario sino que fue desde todo el campo popular”, dijo y repuso: “ahora la tarea es organizar y ampliar la participación de este movimiento a más estudiantes que evidentemente se muestran con interés de defender la universidad pública”.

Consideró que la razón de la protesta “no es salarial ni sectorial sino que es por el modelo económico que propone el macrismo”, lo que habla a las claras del verdadero impulso que recoge el estudiantado en las calles junto a docentes y científicos.

Aseveró que “el conflicto se va a profundizar porque es una cuestión de ajuste presupuestario en general” y, en ese sentido, señaló: “a los pibes les recortan las becas, les aumentan los servicios, tienen que dar una mano en la casa entonces terminan dejando la universidad”.

También llamó a la articulación del campo popular con el objeto de “confluir en una gran marcha donde pongamos en discusión seriamente este modelo económico, que no tiene futuro”. “Hay que pelearla y duplicar la movilización para la discusión del presupuesto”, agregó.

 

Con ciencia (roja)

 

Por su parte, Nuria Giniger, investigadora del Conicet y militante de Liberación, también comunista, evaluó la movilización universitaria como “impresionante” y juzgó que la realizada en Buenos Aires, bajo la lluvia y con frío, se dio “resistiendo tempestades”.

“A pesar de que los 100 años de la Reforma Universitaria se cumplieron en junio, ayer efectivamente festejamos ese aniversario”, sentenció observó que la efeméride recuerda que “hace un siglo comenzó la universidad pública tal como la conocemos en la actualidad y se inició un proceso en que la comunidad universitaria empezó a tener voz e intervención directa para construir un nuevo país”.

“A cien años, estamos luchando contra los mismos poderes, que pretenden destruir la educación pública y el salario de los trabajadores”, agregó para luego señalar: “si la concentración fue en Plaza de Mayo y no frente al palacio Pizzurno fue precisamente porque la discusión no es sectorial sobre el salario de los docentes sino que es una discusión con un gobierno que pretende ajustar a todos”.

“Lo que ocurre en las universidades nacionales es que circula lo que el gobierno no está dispuesto a que circule más: el pensamiento crítico”, sentenció Giniger y negó que la corrida bancaria de ese mismo día haya redundado en la magnífica masificación de la protesta universitaria.

“Venimos de una movilización de 70 mil personas en Córdoba hace dos semanas y en Rosario este miércoles hubo otra de 50 mil”, enfatizó recordando también el precedente de la “lucha creciente en las universidades”.

Por otro lado, la científica, tras puntualizar que “hoy tenemos 1,8 millones de estudiantes universitarios en Argentina”, advirtió que “si este plan de ajuste continúa eso peligra”. “Es un conflicto que ataca al pueblo argentino en general”, sostuvo.