Lo hizo el partido Comunista de Canadá que instó a que el primer ministro, Justin Trudeau, ponga fin a la participación de su país en el conflicto que desató la Otan contra Rusia.
El Partido Comunista de Canadá (PCC) pide que el gobierno que encabeza Justin Trudeau “ponga fin de inmediato a su participación en la guerra, retire todas las tropas canadienses de la región y presione por una solución política negociada ahora”.
Lo hizo a poco de que Canadá impusiera nuevas sanciones contra ciudadanos rusos a quienes acusa de difundir “propaganda rusa y falsas narrativas” sobre la situación que se vive como consecuencia del conflicto desatado en el Donbass. Paradójicamente, después de perpetrar este acto de censura, por medio de su ministra de Relaciones Exteriores, Mélanie Joly, Otawa acusó “al régimen ruso de amordazar a sus propios ciudadanos que se atreven a decir la verdad” y sostuvo que su país va a seguir “trabajando con socios de ideas afines para imponer más sanciones”.
Con este telón de fondo, el PCC alertó que “a medida que continúa la guerra en Ucrania y aumentan las tensiones políticas, aumenta rápidamente el peligro de un conflicto ampliado que involucre armas nucleares”, por lo que Trudeau “ponga fin de inmediato a la participación de Canadá en la guerra, retire todas las tropas de la región y presione por una solución política negociada”.
Y lamentó que el gobierno canadiense “vea la guerra en Ucrania como una guerra indirecta contra Rusia y se prepare para financiarla hasta que muera hasta el último soldado y civil ucraniano” tal como lo reconoció no hace mucho la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, cuando aseveró que el régimen de Kiev “está peleando nuestra pelea”, por lo que “es de nuestro interés nacional urgente asegurarnos de que tengan los misiles y el dinero que necesitan para ganar”, algo que “nuestro presupuesto ayuda a proporcionar”.
Así las cosas, el PCC denunció que “al apoyar la guerra y su escalada, Canadá y sus aliados de la Otan son cómplices de preparar el escenario para lo que podría convertirse en el mayor de todos los crímenes de guerra: la aniquilación nuclear”. Y, sin dudarlo resaltó que los integrantes de la Alianza Atlántica “tienen la responsabilidad de prolongar el conflicto y al rechazar cualquier tipo de negociaciones de paz, dejan a Rusia con pocas opciones”.