Ayer 7 de diciembre recibimos la dolorosa noticia del fallecimiento de Oscar Castelnovo, un militante por los Derechos Humanos que tendió siempre su mano solidaria a los presos políticos sin importar su ideología o filiación partidaria. Periodista y escritor, hizo de su oficio una tribuna para la defensa encendida de los luchadores perseguidos por el mismo sistema que los marginaba y para amplificar el ideal de una sociedad con garantías y derechos universales consagrados en la realidad concreta de los pueblos. Apasionado por sus convicciones, vivió para entregarse sin especulaciones a las causas justas. Militó en el PC y la Liga Argentina por los Derechos Humanos. Fue redactor del Diario Sur y de Nuestra Propuesta allá por la década neoliberal del 90´. Ya en este siglo, fundó la Agencia Rodolfo Walsh y la Agencia para la Libertad. Y a cada artículo, cada libro y cada palabra escrita a lo largo de su vida les puso siempre el cuerpo.
Durante la naciente y restringida democracia Oscar Castelnovo jugó un destacado rol en el activismo sindical que lo llevó a organizar las primeras movilizaciones post dictadura de los trabajadores de prensa, participando primero en la Asociación de Periodistas y aportando desde esa participación política-sindical a tender puentes con la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires. Sobre aquellos años, su colega, amigo y compañero de luchas Luis Moreno recordó que a “Oscar se lo encontraba firme y decidido militando por todo el gremio documentos de rechazo a los primeros intentos de reivindicación de los genocidas o en las tumultuosas marchas contra los levantamientos del golpismo carapintada, participando activamente en la lucha por la ampliación de la frágil democracia lograda en esa época”.
Recién entrados los 90´, Castelnovo visitaba a los presos y presas del Movimiento Todos por la Patria que habían logrado sobrevivir a los acontecimientos de La Tablada, al tiempo que a diferencia de los abogados y fiscales que fungían en la prensa del momento de “defensores de la democracia” su voz clamaba justicia por los fusilados y bregaba por la aparición con vida de los militantes desaparecidos en la toma del cuartel militar de esa localidad bonaerense. A propósito de aquella conducta ética de Oscar, los ex detenidos y detenidas por los hechos de La Tablada hicieron llegar el siguiente reconocimiento:
“Compañeros y compañeras del Partido Comunista y de la Liga Argentina por los Derechos Humanos
Nos hemos enterado de la triste noticia del fallecimiento de Oscar Castelnuovo, que fuera uno de los pilares de la solidaridad en el tiempo que estuvimos en la cárcel. Oscar se incorporó como uno más desde el principio, cuando costaba mucho romper la indiferencia política y social. Fue amigo, familia, compañero. A partir de su compromiso político forjó con nosotres un vínculo mucho más amplio, que no se olvida a pesar de que las circunstancias hoy sean otras.
Compañero Oscar, siempre te recordaremos, con tu constancia, tu efusividad, tus ganas de justicia. Compañero ¡Hasta la Victoria!
Lamentamos su partida y los y las abrazamos fuertemente”
Nora Podestá, en representación de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, expresó “una profunda tristeza por el fallecimiento del compañero Oscar Castelnovo, amigo y colaborador de la Liga, fundamentalmente en la solidaridad con los presos políticos”. Y agregó que a través del camino compartido “supimos de su entrega inclaudicable y resistencia a las injustas políticas penitenciarias en todas las épocas de su militancia”. A su vez, mencionó en el recuerdo, que “Oscar fue un periodista apasionado en los temas de DD.HH y un gran escritor”. Pero, por sobre todas las cosas, destacó “su humanismo para con cada preso o presa, con los padecimientos de los familiares y con nosotros, sus amigos y compañeros”. Por lo que aseguró que desde la LADH lo recordarán “como un querido compañero, siempre en la lucha por la Justicia y la Libertad”.
Asimismo, el Secretario General del Partido Comunista de la Argentina, Jorge Kreyness, manifestó por medio de su cuenta en la red social X que “con dolor decimos hasta la victoria siempre a Oscar Castelnovo en la hora de su partida”, a quien sin dudarlo valoró como un “tipo digno, solidario y compañero”. Esa dignidad y esa solidaridad sin calcular costos políticos en las distintas coyunturas le ocasionó que le prohibieran desde 2013 su ingreso a cárceles federales de la Argentina. Su labor comprometida con los derechos humanos de todos los marginados y perseguidos y su denuncia profunda, sin dejarse condicionar por los vientos políticos de turno, contra la violencia estatal y, en particular, contra el entramado silenciado de asesinatos, tortura y corrupción que existe en el régimen carcelario marcaron cada etapa de su militancia. Precisamente en su libro “Cárceles de mala muerte”, publicado en 2011, retrató con crudeza las brutalidades del sistema penitenciario argentino, caracterizando a los presidios como “los campos de concentración del siglo XXI”.

Para describir su intensa actividad militante (o su vida misma) Luis Moreno eligió despedir a su amigo y compañero citando su voz. Y para eso le pareció oportuno rescatar una entrevista que le realizaron en 2019 en el marco de la presentación de su libro "Aguafuertes curtiendo asfalto" en la provincia de Corrientes, en la que decía: "Me reconozco periodista, pero como escritor casi, casi no. Fue realmente una gambeta. Para mí, la literatura, es un refugio para gambetear tanto dolor, tanta tristeza, porque, ser periodista antirrepresivo en Argentina es insalubre hermano, es insalubre. Me agarré cada bajones, abracé a tantas mamás de muchos hijos que habían sido asesinados…”. Víctimas del gatillo fácil, de la trata prostituyente, miembros de pueblos originarios oprimidos y criminalizados, encontraban en Castelnovo un socorrista que arrancaba sus historias del olvido y de la indiferencia social dominante para señalar las fisuras de una democracia resquebrajada y recordar que ninguna vida humana debería valer más que otra.
En el marco de la Argentina convulsionada de 2001, la Agencia Rodolfo Walsh lo tuvo entre sus fundadores. La militancia de Oscar fue una gran contribución para lograr la condena del espía de la Policía Federal Américo Balbuena, infiltrado en La Walsh entre 2002 y 2013. Además de su aguda pluma periodística y literaria, que por ejemplo lo llevó a ganar en 2008 el Concurso “Clarín” de Cuentos con el texto “Martínez”, también tuvo una faceta pedagoga vinculada, como no podía ser de otra manera, a la lucha por la justicia y la libertad. Fue docente del Taller de Periodismo y Expresión en la Cárcel de Mujeres de Ezeiza, en el Complejo Penitenciario Federal Nº 1 -Ezeiza Varones-, en Villa Devoto e impulsor del programa “Ave Fénix” de la UBA, de extensión educativa en cárceles.
En 1987 Oscar Castelnovo publicó con Ulises Gorini "Lili presa política: reportaje desde la cárcel". Este libro se basa en un reportaje realizado en la cárcel de mujeres de Ezeiza a Hilda Nava de Cuesta, “Lili”, militante del PRT-ERP detenida en 1974 y liberada recién en el 87’, la última presa política en salir en libertad tras la dictadura. Como corolario de un relato enmarcado del sentido de su vida, su última nota, publicada en la Revista Acción, fue una entrevista a Iris Pereyra de Avellaneda, presidenta de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, ex detenida-desaparecida de la dictadura y madre del Negrito Floreal Avellaneda.
Así la describía: “Iris Pereyra de Avellaneda es un símbolo de resistencia, memoria y lucha por los derechos humanos en la Argentina. Su historia se encuentra marcada por la persecución, el secuestro y la tortura durante la última dictadura cívico-militar, y por la pérdida de su hijo, Floreal «El Negrito» Avellaneda, joven militante de la Federación Juvenil Comunista, asesinado cuando contaba 15 años. Su cuerpo fue hallado en la costa uruguaya del Río de la Plata adonde fue arrojado tras un «vuelo de la muerte». (…) A lo largo de los años, sus declaraciones reflejan una profunda comprensión de la historia reciente de su país y un compromiso ético con las generaciones futuras. Ella misma dijo que no alberga odio, sino memoria, y que la lucha de quienes fueron arrebatados a sus familias continúa a través de quienes sobreviven y recuerdan.(…) A menudo recuerda que Floreal fue asesinado por soñar con un país justo y que su lucha no es solo personal, sino colectiva. Su testimonio insiste en que los genocidas intentaron borrar a toda una generación, pero que la memoria de quienes faltan permanece viva y activa gracias a los sobrevivientes y a la sociedad que recuerda y exige justicia.”
En el 2014 fundó la Agencia Para la Libertad, una trinchera contra el olvido desde la cual nos recordaba que pese a la recuperación de la vigencia constitucional, a partir de 1983 cada año, en promedio, mueren cientos de personas privadas de su libertad en cárceles, alcaldías y comisarías y que bajo esas circunstancias miles son vejadas y torturadas a diario. Sus compañerxs de APL despidieron “con dolor y entre lágrimas a nuestro periodista del pueblo”. Remarcaron que la agencia “nació ante la imposibilidad de derribar los muros y las rejas, pero con la certeza de que sí podíamos atravesarlos con las voces de miles de presos y cautivas que se hallan sentenciados al silencio y al olvido” y agregaron que este proyecto surgió de “los talleres de periodismo en cárceles”. También puntualizaron que “Oscar abrió, cuidó y sostuvo la Agencia Para la Libertad desde la autonomía, desde la autogestión más pura” e hicieron hincapié en su obra trascendental de haber dedicado “toda su vida a la construcción de un mundo mejor, con una incorruptible ética desde la defensa de los derechos humanos, enfrentando sus violaciones desde la dictadura hasta esta dudosa democracia”.
Este periodista, escritor y, fundamentalmente militante por los Derechos Humanos en toda su dimensión, falleció ayer de un paro cardíaco en la Ciudad de Buenos Aires, ciudad que lo vio nacer hace 70 años. Oscar Castelnovo luchó, sangró y pervive para la Libetad.