¿Qué es lo que dejó la Cumbre que acaba de llevarse a cabo en Kazán? Para comprenderlo Nuestra Propuesta dialogó con Rubén Darío Guzzetti, quien es director Instituto Argentino de Estudios Geopolíticos y miembro del Instituto de Estudios de América Latina, así como del Centro y Formación Marxista Héctor Agosti.
—¿En qué clave geopolítica, geoestratégica y geoeconómica se puede leer la Cumbre de Kazán?
—Fundamentalmente este 16 encuentro del Brics en Kazán, pone de relieve el ascenso de los países emergentes en su nuevo rol a nivel global y, fundamentalmente, deja en carpeta la intención de atender a dos cuestiones fundamentales: una es generar un consenso suficiente a nivel internacional como para poder evitar una conflagración total, una guerra nuclear que avanza escalando, impulsada por el bloque unipolar, sobre todo, en el este de Europa y en Asia occidental, sin perder de vista todas las provocaciones que van avanzando en la zona del Mar de China Meridional alrededor del tema de Taiwán.
En los avances del Bric en esta cumbre también se vio como, de alguna manera, están tratando de evitar un mayor escalamiento en este conflicto entre el Sur Global, las potencias y los países emergentes, con el bloque que compone la anglósfera que trata de sostener y mantener a capa y espada su preeminencia a nivel internacional.
El otro tema es poder avanzar, aunque sea con dificultades como se ha visto en esta cumbre, en la construcción de una nueva arquitectura financiera internacional sin la cual va a ser muy difícil que podamos tener un período de paz y que se pueda desescalar todos estos conflictos que están en desarrollo. Ese es un tema neurálgico porque, atrás de las decisiones de los gobiernos visibles tanto de EE.UU., el Reno Unido e Israel que constituyen el bloque duro unipolar, está el poder financiero internacional, esto es los fondos de inversión, las calificadoras de riesgo y las agencias de seguros. Todo ese bloque de poder expresado en los fondos de inversión, es lo que verdaderamente mueve los hilos del unipolarismo y eso es lo que hay que cambiar, es decir, crear un nuevo sistema financiero basado en la producción real y en eso los Brics están llamados a jugar un rol central.
Pero bueno, el avance no es sencillo tal como lo reconoció el presidente Putin en una de sus declaraciones en esta cumbre, cuando dijo que “el avance hacia la multipolaridad no es fácil” y eso quedó expresado con mucha claridad en las dificultades de avances del Nuevo Banco de Desarrollo y del Fondo de Inversión que creó el Bric durante la Cumbre de Fortaleza en 2014, porque las potencias y sobre todo EE.UU. a través del manejo del dólar y de la influencia de esa moneda, todavía tiene poder sobre muchos países incluidos algunos que participan en el Brics. Desde el punto de vista geoestratégico me parece que esos son los dos temas centrales a los cuáles está abocado el Brics con sus avances y con sus dificultades.
—¿Cuáles son las principales herramientas prácticas que dejo la Cumbre?
—Hay algunas iniciativas que fueron generadas en Kazán, fundamentalmente por el anfitrión Rusia y por parte de China que son el motor principal del Brics. Una de las más sobresalientes es la propuesta del presidente Putin de crear una Bolsa de Cereales Brics, para poder ir atendiendo a uno de los dos requerimientos fundamentales desde el punto de vista geoeconómico que tiene en carpeta el Brics. Porque junto a la cuestión energética y la alimentaria es una de las preocupaciones principales y, en este sentido, la iniciativa de crear una Bolsa de Cereales es fundamental ya que puede ser una herramienta de gran entidad y avance en el camino de ir resolviendo los problemas del hambre, la desnutrición y la desigualdad a nivel internacional.
También hubo otras propuestas no tan difundidas. El presidente Putin presentó una vinculada darle un tratamiento especial al tema de la Inteligencia Artificial, basado en la inclusión y a una perspectiva ética de esta gran herramienta tecnológica que está presente. No se ha avanzado demasiado en algunas de estas propuestas porque las dificultades de generar consensos han estado manifiestas en la Cumbre, pero se va a seguir trabajando porque no es que esta cumbre haya finalizado absolutamente la semana pasada, sino que se va a seguir trabajando en ella, en estas propuestas, y probablemente tengamos novedades y avances en los próximos meses.
Kazan dejo la sensación de que por un lado está la voluntad de avanzar rápidamente por parte de muchos de los presidentes y primeros ministros que representan a los países Brics, pero por otro lado también se pusieron de manifiesto debates como lo vinculados al tema del Banco de Desarrollo que vienen mostrando que las dificultades de avanzar en este sentido son ciertas. Y esto tiene que ver con distintas miradas y cosmovisiones que tienen los gobiernos de los países Brics, porque coexisten distintos ritmos en la forma en que impulsan el multipolarismo China o Rusia con la postura de India que tiene algunas diferencias y observaciones, o mismo Brasil oponiéndose en este caso al ingreso de Venezuela. Son todas cuestiones que se van a tener que ir trabajando para avanzar más rápidamente.
—¿Se puede decir que los Brics+ ya tengan una mirada geopolítica propia como algo identitario?
—En general la mirada geopolítica está. Esto nace en 2009 en Ekaterimburgo, después tuvo algunos hitos importantes como en 2014 con el sexto encuentro en Fortaleza, donde se crea el Nuevo Banco de Desarrollo y el Fondo de Contingencia, y después en 2023 con la incorporación de cinco países. Es decir que hay un avance y un desarrollo y protagonismo cada vez más intenso de los países Brics en busca de un mundo más democrático, más justo y participativo. El mismo hecho de que el avance de los Brics hoy se vea dificultado o ralentizado por la necesidad del consenso en todas las decisiones, está marcando un cambio fundamental en las relaciones internacionales.
Hasta ahora, sobre todo en la década de los 90, hubo un solo bloque que dictaba las reglas, muchas veces desoyendo la propia Carta de la ONU y con intervenciones militares tomando decisiones unilaterales. Por eso el hecho de que hoy aparezca el Brics y tenga estas dificultades para avanzar en consenso, está macando un cambio muy auspicioso, porque todas las decisiones que se van tomando deben que ser aprobadas por el conjunto de los países Brics. Entonces esto representa una dificultad apara avanzar más rápidamente, pero también constituye una demostración del nuevo mundo que viene, donde ya no va a haber una sola potencia representando a una civilización, sino que van a ser un conjunto de civilizaciones que se van a sentar en una mesa para determinar y establecer las reglas de juego del mundo futuro.
—¿Pueden los Brics+ gestionar con éxito la histórica rivalidad y las tensiones existentes entre República Popular China (RPCh) e India?
—Ese es un tema central del Bric y de las relaciones internacionales en general. Y en esta cumbre de Kazán se dio un paso fundamental en ese sentido cuando el día 21, en la previa del comienzo de la Cumbre, se reunieron en forma bilateral el primer ministro de India, Narendra Modi, con el presidente de la RPCh, Xi Jinping, e hicieron un acuerdo que es histórico. Si bien lo acordado no tiene ribetes de una trascendencia fundamental en la relación de ambos países, sí lo tiene el propio encuentro y lo que se firmó.
En primer lugar se reunieron después de cinco años en un encuentro bilateral lo que ya es un dato auspicioso, pero además firmaron un acuerdo fronterizo para crear una zona de amortiguación en la frontera que India y China comparten en el Himalaya, que ha generado enfrentamientos muy duros como la pequeña guerra de 1962 y la escaramuza de 2020 que dejó algunos muertos y heridos. Este acuerdo es muy importante porque distiende la confrontación, pero además porque restablece los vuelos que estaban suspendidos entre los dos países y el intercambio de estudiantes de distintas universidades. Este es un dato muy auspicioso que dejó la reunión y seguramente detrás de este acercamiento está el trabajo diplomático de de la Federación de Rusia que, como sabemos, tiene una excelente relación con el gobierno chino pero también una que es histórica con los diferentes gobiernos de la India. Esto forma parte del saldo totalmente positivo que deja la Cumbre.
—¿Por qué un aliado privilegiado de EE.UU. como es Arabia Saudita entra a los Brics+ y cuáles pueden ser las consecuencias comerciales y financieras, así cómo el impacto regional, de esta membresía?
—El caso de Arabia Saudita es emblemático en el sentido de lo trabajoso que es la incorporación de algunos países y el avance que se pretende en la asociación Brics y aunque todavía no es totalmente efectiva, su solicitud fue aceptada y se cumplió con gran parte del protocolo para incorporarlo como miembro, junto con Irán, Etiopía, Egipto y Emiratos Árabes Unidos. También había sido aprobada la solicitud de Argentina, pero el 31 de diciembre cuando se vencía la posibilidad de renunciar a esa incorporación, el presidente Milei mandó una carta a los cinco componentes originarios del Brics, diciendo que Argentina no estaba en condiciones de incorporarse.
Pero volviendo al caso de Arabia Saudita, hay que decir que es muy importante la historia previa. En diciembre de 2022, hace un viaje Xi Jinping a Riad y logra un acercamiento entre Arabia e Irán que son dos países que profesan distintas ramas del Islam, Arabia la religión suní e Irán la chií. Estos dos países habían roto relaciones diplomáticas en 2016 y ese logro de la diplomacia china, de acercamiento y la reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos, es la antesala de la incorporación de los dos al Brics.
Pero claro, Arabia Saudita es un socio histórico…es una creación del Reino Unido (RU) y de EE.UU. en 1945 y, por supuesto, ahí todavía hay en cierta medida un compromiso de fidelidad entre la familia saudí y EE.UU. que aún tiene sus tentáculos a pesar de que hace unos meses el gobierno del príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, dejó sin efecto el compromiso que tenía Arabia Saudita de vender todo su petróleo en dólares. No obstante eso hay presiones, relaciones comerciales y políticas muy fuertes entre Arabia Saudita y EE.UU. y eso se ve reflejado en la imposibilidad de terminar el trámite para ser considerado un socio pleno.
Todo esto existe y es parte del juego político diplomático, pero se vienen dando pasos importantes en la dirección de la multipolaridad, aunque no sin obstáculos y presiones. Pero, particularmente, pienso que a pesar de todas las dificultades, se vienen dando pasos muy importantes ya que si uno ve lo que era el mundo y particularmente estas relaciones que comentamos hace diez o cinco años y las compara con lo que son ahora, se advierte que se ha avanzado mucho. Por eso la tarea es ir removiendo esos obstáculos y generando las condiciones para que los distintos gobiernos vayan incorporándose más efectivamente a este proyecto de policentrismo y multipolaridad que plantean los Brics.
—Acaban de incorporarse Arabia Saudí, Irán, Etiopía, Egipto y Emiratos Árabes Unidos ¿Hasta dónde se pueden extender los Brics+ sin perder intensidad? ¿Se corre el riesgo de que la entrada de más países acabe diluyendo la esencia del Brics? ¿Se puede gestionar con éxito las asimetrías que en términos de PBI, entre otras cosas, aparecen conforme se suman nuevos miembros?
—Ese es un tema central: ¿cómo seguir avanzando sin crear situaciones que de alguna manera paralicen el desarrollo y la propuesta del Brics? En este sentido en esta cumbre los principales líderes han puesto un freno. Durante los meses previos a Kazán se había generado la opinión de que iban a ingresar muchos países a la asociación, pero evidentemente hubo una evaluación de los presidentes y primeros ministros que han puesto un freno a eso. Durante los días previos al inicio de la Cumbre hubo presentaciones de evaluaciones de algunas instituciones que fueron creadas por el Brics, fundamentalmente, del Nuevo Banco de Desarrollo que una semana antes del presentó un documento donde se pone de manifiesto las dificultades para generar consensos rápidamente en lo que se llamó “un nuevo sistema de pagos transfronterizos”, también en algo que se habló tras la reunión de Johannesburgo sobre una nueva moneda y de un sistema alternativo al Swift que es el sistema de clearing bancario mundial que domina EE.UU., también en otras iniciativas vinculadas a una nueva estructura económica y financiera.
El documento del Nuevo Banco de Desarrollo dejó en claro que se requiere mucho más debate del que ya hubo sobre estos temas a pesar de que hace un año que trabajan en ellos, sobre todo, los economistas rusos y chinos. Pero pesan las asimetrías, las distintas cosmovisiones y diferentes políticas económicas que llevan adelante los cinco países Brics originales más los que se incorporaron, así como los vínculos que todavía tienen con occidente sobre todo los países que se sumaron ahora, pero también está el caso de Sudáfrica con su relación con el Reino Unido. Y lo que significa el dólar aún como momeada de ahorro e intercambio internacional.
Sobre muchos factores todavía no se ha logrado tener una mirada común, por eso es que se está trabajando y se ha tomado la decisión de no incorporar a más países en esta cumbre, pero se ha creado una nueva categoría, la de Socio Brics que no implica tener todos los de derechos de socio pleno.
En esta nueva instancia se han girado solicitudes a trece países cuyos trámites aún no están terminados, entre los cuales en nuestra región aparecen Bolivia y Cuba. En estas nuevas solicitudes que se van a terminar de completar durante los próximos meses, hay una región que sobresale fundamentalmente por la influencia de China, que es el sudeste asiático donde hay países muy importantes que van a ingresar en esa categoría como Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam, cuatro países relevante que forman parte de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental que es una de las instituciones a nivel global más pujante de los últimos tiempos. Y también países del centro y de Asia occidental como Uzbekistán, Turquía y Kazajistán, además de algunos africanos como son Argelia Nigeria y Uganda.
—¿Por qué Lula vetó la entrada de Venezuela al Brics+?
—Hay varias hipótesis…una de ellas responde a una situación interna de Brasil. No nos olvidemos que después de haber estado encarcelado, Lula logra la libertad y tiene que hacer alianzas con la centro-derecha y la derecha de su país para poder llegar a ser presidente otra vez. Su vicepresidente Alckmin representa a parte de ese poder, pero también pesa todo el empresariado brasileño que tiene un poder muy importante.
Otro factor es el internacional. Brasil tiene sus diferencias y resquemores respecto a la incorporación de Venezuela porque ese país es un gran jugador, sobre todo, en el tema energético y tiene excelentes relaciones con China y con Rusia. La entrada de Venezuela pondría a Brasil en una posición diferente en el equilibrio que tiene en el Brics en su relación con China y Rusia. Además está presente toda la relación histórica y concreta que sigue teniendo Brasil con EE.UU.
Sin pretender justificar la decisión, entiendo que esto es parte de lo que pudo haber llevado a esta determinación que es dura porque va en contra de las propias declaraciones que Lula hizo hace unos meses, cuando dijo que estaba a favor de la incorporación de Venezuela al Brics, tal como lo hizo en su momento con el impulso que le brindó al ingreso de Argentina. Según Celso Amorín, el argumento fundamental es que Venezuela no ha cumplido con lo prometido en el sentido de haber presentado las actas de la elección del 28 de julio, cosa que lo acerca bastante a las posiciones que tienen EE.UU. y la Unión Europea (UE).
De todos modos es una decisión lamentable para el Brics, para el desarrollo del policentrismo y la construcción de un nuevo mundo, pero esto es parte de los avances, retrocesos y dificultades, ya que nunca hay que perder de vista la presión que ejerce EE.UU. en este caso y también el Reino Unido en nuestra región. Lamentablemente, esto va en contra de las posibilidades de integración regional, pero de todas maneras esto se va a seguir trabajando, continuarán los debates y vínculos. China y Rusia tienen una gran experiencia en esto, no hay que olvidarse que en la última semana previa a la Cumbre, una delegación muy importante de funcionarios brasileños visitó Beijín, donde están preparando una reunión cumbre entre Lula y Xi Jinping, que va a visitar nuestra región para estar en Río de Janeiro entre el 17 y el 18 de noviembre de este año con motivo de la reunión del G-20 que auspicia Brasil. Y en ese encuentro bilateral se va a tratar uno de los temas fundamentales como lo es la posible incorporación de Brasil a la Nueva Ruta de la Seda que, si ocurre, puede destrabar algunas de las obras de infraestructura muy importantes que están en proyecto desde hace mucho tiempo, entre ellas, el ferrocarril bioceánico del Pacífico al Atlántico que es sumamente relevante, más ahora cuando sobre el Pacífico va a inaugurar el principal puerto de América Latina que es el de Chancay, en Perú.
Lo de la negativa al ingreso de Venezuela es una noticia negativa y lamentable, pero de todas maneras este juego sigue abierto, el trabajo para la incorporación va a seguir, porque Venezuela le puede dar un impulso muy fuerte al Brics sobre todo en el tema energético, ya que tiene el diecisiete por ciento de las reservas de petróleo a nivel mundial. Y además hay que decir que este ingreso está apoyado por los principales países del Brics que son Rusia y China, así como por India e Irán. Pero las decisiones se toman por consenso y si hay algún país que se opone, como ahora lo hizo Brasil, la incorporación no se lleva adelante.
—Cuba fue designado socio de los Brics+ ¿Qué efectos prácticos puede tener esto sobre la golpeada economía de La Isla?
—Para Cuba puede ser un respirador fundamental, ya que al ingresar al Brics y al Nuevo Banco de Desarrollo, puede tener líneas de crédito que de alguna manera puedan reducir el efecto tan brutal que tiene sobre la economía cubana, el bloqueo de EE.UU. y gran parte de la UE. O sea que es una excelente noticia para Cuba y aunque lamentablemente Díaz-Canel no pudo viajar a Kazán porque estaba atendiendo el tema de la caída del sistema eléctrico y los problemas provocados por el Huracán Oscar, la posibilidad de ingresar entre estos nuevos trece países es concreta, por lo que para Cuba puede ser muy positivo incorporarse a este mundo y tener acceso a todos los vínculos con los países Brics, aunque hay que decir que ya tiene relaciones muy aceitadas con muchos de ellos. Pero sumarse como socio Brics le puede permitir el acceso algunas líneas crediticias y de desarrollo, sobre todo, en el tema tecnológico y de infraestructura.
—Poco antes de la Cumbre la RPCh hizo una fuerte demostración de poder geoestratégico respecto a Taiwán, lo que es decir con EE.UU. Simultáneamente, en nombre de la anglósfera, Christine Lagarde, volvió a quejarse diciendo que “hay que estar atentos” por el avance del yuan ¿Hasta qué punto éstos hechos pueden ser dos índices de que se acelera la resolución de una reconfiguración de las relaciones de poder a escala global y, en tal caso, cómo juegan los Brics+ en tal escenario?
—Son los dos temas centrales que están presentes en esta disputa. Por un lado el recurso que tiene esta anglóesfera, este bloque unipolar que al haber perdido ya prácticamente muy claramente la carrera económica y financiera, sobre todo con la RPCh, me refiero a EE.UU., está apelando al caos y a la guerra y eso se nota en los distintos escenarios abiertos en Asia occidental y en Europa del este. Y en el caso del Pacífico sur, uno de los alfiles con los cuales opera el unipolarismo es el gobierno de Taiwán.
La respuesta que dio China con esa maniobras fue a un discurso pronunciado por Tsai Ing-wen que es la nueva autoridad de la Isla asumida el 10 de enero, que con motivo del “Doble 10” como lo llaman ellos al momento en que se produce la revolución china de 1911. Tsai Ing-wen pronuncio un discurso donde dio vueltas alrededor de la palabra independencia y, aunque sin pronunciarla, de alguna manera dejó entender que Taiwán no acepta ser representada por china continental y esto molestó mucho a la RPCh cuyos gobernantes decidieron estas maniobras alredor de la Isla como una advertencia para que, en este momento tan caótico del mundo, las autoridades taiwanesas no vayan a cometer el error de declararse independiente.
Ese es un tema que está latente, es una posibilidad que está utilizando y que van a seguir utilizando EE.UU. y el RU para provocar a la RPCh y, si es posible, involucrarla en algún conflicto armado. Creo que un escenario como ese, a esta altura, es la única posibilidad que tiene EE.UU. de torcer la historia.
El otro tema es el de la nueva arquitectura financiera y, en este sentido, están muy preocupados tanto en Bruselas como en Washington por el avance de la economía china y toda esta construcción financiera que se está haciendo, pese a las dificultades que ya mencioné. Los vínculos y estas relaciones comerciales de los países por fuera de dólar son algo que la anglósfera no tolera.
No hay que olvidarse que ya entre el noventa y el 94 por ciento de todo el intercambio comercial entre China y Rusia se hace en yuanes o en rublos, lo mismo pasa con Irán, también en la relación entre Rusia e India y comenzó a pasar en las relaciones comerciales de Arabia Saudita con China, fundamentalmente en la venta de petróleo. Todo esto enciende todas las alarmas en el FMI, en el Banco Mundial y en todas las instituciones creadas a partir de Bretton Woods que han regulado el mundo financiero y económico hasta ahora, y que están viendo que aparece esta competencia que verdaderamente los tiene muy alarmados. Por eso estos dos temas de su pregunta, están íntimamente vinculados y relacionados con la construcción de este nuevo mundo que está en proceso.
—¿Realmente se viene un escenario en el que el desafío a la preeminencia del dólar se plasme en una arquitectura financiera diferente a la que impera desde Bretton Woods?
—Predecir los tiempos es imposible, porque esto es una disputa en la cual tanto la diplomacia rusa como la china que son las que impulsan más fuertemente este nuevo mundo, están tratando de evitar una confrontación total y, por eso, son muy cautelosas con las declaraciones y ciertas medidas. Pero además, siempre en sus intervenciones dejan abierta la posibilidad de que este sector duro de los fondos de inversión del manejo financiero capitalista, en algún momento, puedan abrir la puerta para alguna negociación, es decir que se incorporen a un nuevo escenario financiero y económico internacional.
Que pase eso es muy difícil, porque desde finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo pasado, ellos han decidido tomar rentabilidad a través de las finanzas, entonces volver a un sistema productivo en el cual han perdido la preeminencia no va a ser sencillo, pero de lo que se trata es de ir creando las condiciones para mostrar a este bloque que la única posibilidad que tiene de seguir teniendo alguna presencia y preeminencia es de incorporarse, lo que implica hacer un trabajo diplomático y político muy de relojería. Por lo tanto resulta muy difícil predecir qué resultado puede tener.
Hay situaciones que se están dando que pueden producir un cambio rápido. A veces hay procesos que tardan muchos años en ir avanzando y aparecen hechos puntuales que por ahí generan un aceleramiento imprevisto. Probablemente pase lo mismo en esta situación. No nos olvidemos que, por ejemplo, uno de los puntos neurálgicos de este conflicto planetario se está dando en el tema de Ucrania que está agarrado con alambre para el capitalismo a nivel internacional que es el generador o recuperador de este nazi-fascismo en Ucrania. Y eso puede tener un cambio muy rápido en los próximos meses, que puede ser capaz de arrastrar una nueva situación internacional. Lo mismo ocurre en el caso del genocidio que está llevando adelante Israel ¿Hasta cuándo va a poder seguir sosteniendo esta situación? ¿Hasta cuándo el bloque del sionismo internacional y sobre todo la American Israel Public Affairs Committee, el bloque de influencia sionista en EE.UU., va a seguir sosteniendo económicamente y militarmente esto?
Son situación es muy complejas y difíciles, de difícil resolución y siempre está latente un conflicto nuclear. No nos olvidemos que una de las intenciones principales que tiene hoy Israel en la región, es atacar a Irán y eso significaría el involucramiento de Rusia en el conflicto, por todas las alianzas que tienen ambos países. Entonces se trata de evitar que la sangre llegue al río y, mientras tanto, ir avanzando y creando las condiciones para un cambio favorable, pero es difícil, es una batalla muy dura porque el unipolarismo domina todos los medios de comunicación, sobre todo en occidente, lo que les sirve para manejar buena parte de la opinión pública y, si no, fíjense como fue ocultado todo lo que tiene que ver con la Cumbre del Brics de Kazán.
Pero lo importante es que se va a avanzando, el tiempo va pasando, se van consolidando las economías emergentes y de a poco se van creando las condiciones. El tema es continuar en esa dirección sin que estalle todo y así evitar que el grupo más brutal y guerrerista del bloque unipolar, lleve esta situación a un extremo de provocación nuclear que es un escenario latente.
Por eso hablar de tiempos es muy difícil, pero lo importante es que el proceso va avanzando en todas las dimensiones, sobre todo en lo económico financiero. Pero hay que ver como evoluciona el desarrollo del Bicis, de sus países emergentes y qué reacción va a haber del otro lado porque de alguna manera, sin estar presente, EE.UU. y el RU han participado de la cumbre Kazán a través de las presiones que ejercen en distintos países como Brasil, India y Arabia Saudita…países en los que todavía tienen influencia importante. Esto es una disputa global que se da en todos los terrenos y casilleros, pero si se mira retrospectivamente como estaba el mundo hace pocos años, creo que se puede advertir que se han dado avances sustanciales en esto que se llama un nuevo mundo posible.
—¿Hasta donde es negocio para la clase capitalista que opera en los países miembros de Brics, que esos países pertenezcan a este espacio?
—Es una contradicción permanente. Por un lado tienen claro y eso también lo tienen claro algunos dirigentes en Bruselas y en Washington, que acá hay una disputa ideológica, una disputa por la preeminencia del nuevo mundo. Pero por otro lado están los negocios y las necesidades económicas y eso se nota permanentemente. Por ejemplo está lo que ocurrió en el gobierno de Bolsonaro que aunque todos pensaban que por su identificación ideológica iba a salirse del Brics, no lo hizo ¿Por qué? Porque ahí están los negocios, está la posibilidad de desarrollo, de la rentabilidad y de penetración en mercados. Esa es una contradicción que se le plantea a la gran burguesía internacional permanentemente. Si ellos pudieran prescindir de los negocios, por supuesto que muchos de estos países no estarían en el Brics, pero ahí está el mercado chino, junto al que va surgiendo en la India y el ruso…ahora se incorporan Indonesia con trescientos millones de habitantes e Irán con noventa millones. Son mercados que tienen un sector consumidor que es de más de la mitad de la población mundial y por eso estas burguesías se peguntan cómo pueden llegar hasta ahí para morder un poquito de todo eso.
No es casualidad que haya una lista de cuarenta países que quieren ingresar al Brics. Esta es la contradicción fundamental que se le presenta a la grandes burguesías y ese el gran logro fundamentalmente de la política china que ha metido la contradicción, al jugar con la ambición de los grandes capitalistas. Eso llevó a que en las últimas tres décadas del siglo pasado se incorporaran a China, en principio, para sacar provecho de su mano de obra barata, pero después cuando ya en este siglo Trump les dice que vuelvan a fabricar en EE.UU. y les promete exención de impuestos y todas las ventajas que necesiten, los empresarios le responden “¿y quién reemplaza al mercado que tienen los chinos?”.
Porque hoy la RPCh tiene un mercado de capas medias que es superior a las capas medias sumadas de Japón, la UE y EE.UU. Entonces el empresario que quiere seguir ganando plata va donde lo puede hacer, que es donde están los consumidores. Esta es una contradicción que le ha metido la RPCh a las grandes burguesías de los principales países y también de los que se están incorporando al Brics que en buena medida es lo que los lleva a querer incorporarse.
Uno de los que están en esa situación es Turquía, que es uno de los principales socios de la Otan pero que, sin embargo, plantea entrar al Brics ¿Por qué lo hace? Porque es ahí por donde va la historia, es lo nuevo es lo que se va a ir imponiendo y no quieren quedarse afuera a pesar de que tienen contradicciones y han sido aliados en muchos aspectos de occidente. Lo mismo el caso de India que es fundador del Brics, pero además forma parte de la Organización de Cooperación de Shanghái, pero también es miembro del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quad), junto a EE.UU., Japón y Australia.
Es decir que las burguesías están viéndose obligadas a, por menos, tener un pie en cada lado. Por eso se trata de trabajar esas contradicciones y eso es un trabajo diplomático en el que por un lado está la ideología y por el otro el tema de comercial y de intereses económicos. Ese es el juego que está planteado.
—La Presidencia Milei rechazó la membresía que Argentina tenía al Brics+ ¿Pueden enumerarse algunas consecuencias que ya estemos viviendo a raíz de esa decisión?
—La principal es que nosotros por decisión de este gobierno quedamos atados, en primer lugar al mundo que está en declive. Eso está claro: un declive del unipolarismo, tanto en el tema financiero con las deudas que tienen, con en el debilitamiento del dólar, el achicamiento de sus mercados y los conflictos sociales que tienen los principales países de occidente. Quedamos atados a ese mundo que va siendo paulatinamente del pasado. Y, por otro lado, nos vemos impedidos de poder avanzar con vínculos económicos, culturales y financieros con países con los que tenemos economías complementarias.
Es decir nos quedamos atados a países que producen lo mismo que nosotros, por lo que no tenemos ninguna posibilidad de exportarles nada y, si no, recordemos lo que fue en la época de Macri el trabajo que nos costó la promesa de vender cincuenta mil toneladas de limones a EE.UU. que, al final, ni siquiera se cumplió del todo. No les podemos vender casi nada a ellos.
Y la contratara es que nos privamos de ingresar a un bloque donde tenemos todas las posibilidades de desarrollo, no sólo de ventas de lo que producimos, sino también en lo inherente a la incorporación de tecnología que nos podría sacar de la situación creciente que tenemos de destrucción del aparato productivo.
Perdimos por todos lados al no incorporarnos en el Bricis, solamente por una visión tan obtusa e ideológica como anacrónica que ningún otro país tiene. Porque no podemos decir que Brasil u otros países que quieren ingresar al Brics tengan una mirada socialista, para nada. Hemos perdido, entre otras cosas, la posibilidad de generar trabajo porque los vínculos con los Brics nos podían llevar a interconectarnos con ellos y tener mayor fluidez comercial.
Pero esto no va a ser definitivo, los países centrales del Brics confían en Argentina, saben que tiene una posibilidad muy grande en recursos naturales como humanos y seguramente cuando podamos cambiar el gobierno, vamos a ingresar al Brics, lo que va a ser una posibilidad de desarrollo muy fuerte para el país y para América Latina, porque también está eso: una Argentina integrada al Brics con un Brasil un poco más abierto, además de Venezuela, Bolivia y Cuba, sería otra historia para la región. Sabemos que América Latina es para EE.UU. el último reducto que va a defender a capa y espada para no perder y seguir teniendo influencia. Por eso, esta batalla no es sencilla.
—¿Cómo imagina que va a seguir la historia de los Brics+?
—Va a seguir avanzando con dificultades. El próximo año la Cumbre es en Basil, vamos a ver como evoluciona la política en ese país hasta entonces y qué respaldo le da a esta nueva etapa del Bric. El impulso que le dio Rusia durante este año fue extraordinario, la cosa no pinta igual en Brasil, aunque lo que vaya a pasar depende de muchos factores, del acercamiento que pueda tener China con Brasil con estos acuerdos en los que va a poder avanzar en las bilaterales del G-20. Pero aunque a un año la situación de la próxima cumbre no aparece de la misma manera, la influencia de China y de Rusia va a seguir impulsando al Brics, tal vez no con la misma velocidad que tuvo durante el último año merced a la presidencia de Rusia, pero depende de muchos factores. Y, entre ellos, de cómo vaya evolucionando y del debilitamiento acelerado o no del bloque unipolar.