En Colombia, pese al revés del Senado, la Consulta Popular para las reformas sociales y laborales que impulsa el gobierno de Gustavo Petro se apalanca en la movilización ciudadana para poder abrirse paso. Diana Rodríguez, activista colombiana por los Derechos Humanos y licenciada en Ciencias Sociales, escribió para Nuestra Propuesta la siguiente columna sobre el tema.
Colombia se encuentra en una encrucijada histórica, un momento crucial donde se enfrentan dos visiones irreconciliables del futuro. Lo que en apariencia inició como un debate sobre una reforma laboral, ha escalado hasta convertirse en el escenario de un profundo conflicto social. Por un lado, las élites económicas y políticas, herederas de un modelo que ha sumido a Colombia en una de las mayores desigualdades de América Latina. Por el otro, un movimiento ciudadano diverso y cada vez más organizado, que se levanta para exigir derechos fundamentales que les han sido negados por mucho tiempo.
La consulta popular laboral, que fue impulsada por el gobierno de Gustavo Petro y bloqueada por el Senado el pasado miércoles 15 de mayo, ha trascendido su carácter de mero mecanismo constitucional. Se ha erigido en un símbolo de la disputa por la democratización del poder. La bancada de oposición y los representantes de los gremios empresariales bloquearon incluso la posibilidad de que la ciudadanía decidiera sobre puntos básicos como la jornada laboral de 42 horas o derechos para los trabajadores informales.
La respuesta de los sectores populares no se hizo esperar. Apenas 48 horas después, las centrales obreras anunciaron un nuevo paro nacional los días 28 y 29 de mayo, con la clara advertencia de una huelga indefinida si las exigencias no son escuchadas. Petro, en un cabildo abierto en Barranquilla lanzó una advertencia resonante: "Si toca ir a huelga indefinida, el presidente se pondrá al lado de la gente". El mensaje es claro: lo que las instituciones le niegan a la población, la población lo está reclamando en las calles.
De la Resistencia Cotidiana a la Acción Política
Para comprender la trascendencia de esta consulta, debemos ir más allá de su texto. Debemos sumergirnos en la historia de millones de colombianos que han sostenido al país con su esfuerzo, pero que jamás han visto sus derechos plasmados en las leyes.
La resistencia de las élites no es una novedad. Durante décadas, han utilizado su control del Estado para mantener un modelo basado en la explotación sistemática: salarios bajos, informalidad masiva y persecución de la organización gremial. Hoy, su estrategia es cristalina: sabotear cualquier reforma que implique una redistribución de poder y recursos.
En Colombia, el 58% de la fuerza laboral es informal (DANE, trimestre móvil febrero - abril 2023). Esto significa que 6 de cada 10 trabajadores colombianos sobreviven en la precariedad, sin seguridad social, sin contratos estables, sin garantías mínimas. Para ellos, conceptos como "jubilación" o "licencia por enfermedad" suenan a privilegios inalcanzables, un cruel recordatorio de un sistema que los invisibiliza.
Bajo estas condiciones, la historia de violencia política del país ha hecho que la organización sindical sea sinónimo de persecución. Los asesinatos de líderes laborales, las listas negras en las empresas, la estigmatización de las protestas, todo ello ha creado una cultura de silencio y miedo. Pero algo ha cambiado.
El paro nacional de 2021 y el Acuerdo de Paz marcaron un antes y un después. Las ollas comunitarias en los barrios populares, las primeras líneas enfrentando a la policía antidisturbios, las asambleas en las universidades públicas, demostraron que el miedo estaba cediendo terreno ante la organización social. La elección de Petro en 2022 fue, en parte, fruto de esa movilización. Sin embargo, como bien saben los movimientos sociales, cambiar un gobierno no es lo mismo que cambiar un sistema.
La Consulta Popular: Entre la Legalidad y la Legitimidad Ciudadana
El artículo 104 de la Constitución colombiana establece que el pueblo puede legislar directamente a través de consultas populares. Un mecanismo diseñado para casos excepcionales, pero que hoy se convierte en un campo de batalla política decisivo.
La reforma laboral propone reconocer derechos básicos: reducción de la jornada, licencias por salud menstrual, protección para trabajadores rurales. Las encuestas indican que más del 70% de los colombianos apoyan estas medidas (Telesur, 2025). Sin embargo, en el Senado, dominado por partidos tradicionales y grupos de presión empresariales, la reforma ni siquiera llegó a debatirse seriamente. El parlamento, una vez más, le dio la espalda a los intereses de la gente.
Frente a este cerco institucional, la consulta emerge como una vía. Pero no como un mero trámite legal, sino como un acto de participación ciudadana organizada. Los más de 60.000 comités por el "Sí" que se han formado en todo el país no solo recolectan firmas; son espacios de discusión y construcción de lo que significa realmente la dignidad en el trabajo. En barrios populares, veredas campesinas, incluso entre colombianos en el exterior, estas asambleas están recreando la energía de los cabildos abiertos del paro nacional.
Aquí radica lo transformador de este proceso: no se limita a pedir derechos, los está construyendo desde la base, saltándose los filtros de una clase política desconectada de la realidad. Como afirmó una lideresa sindical en Bogotá: "No estamos pidiendo limosnas, estamos reclamando lo que siempre nos ha correspondido".
El Paro que Viene: Entre la Negociación y la Presión Social
El anuncio del paro nacional para finales de mayo no es una sorpresa, sino un mensaje contundente: el movimiento social no tolerará otro fracaso. Las centrales obreras, junto a organizaciones indígenas, estudiantiles y de derechos humanos, han aprendido las lecciones de luchas pasadas.
No será solo una marcha en la capital. Las cuatro grandes caravanas hacia Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla buscan demostrar que el descontento es nacional, no localizado, y que la voluntad popular se extiende por todo el territorio.
Cuando Petro afirma que apoyaría una huelga indefinida, no está haciendo una declaración retórica. Es un ultimátum político a una clase dirigente que parece no comprender la urgencia del momento histórico.
Pero los riesgos son evidentes. El gobierno camina sobre una cuerda floja: necesita mantener el apoyo popular sin caer en la ineficacia institucional frente a la arremetida de la oposición. Los movimientos sociales, por su parte, enfrentan el desafío de sostener la movilización sin agotar a sus bases, en un contexto económico cada vez más difícil para las familias trabajadoras. La unidad y la conciencia colectiva serán claves para superar estos obstáculos.
Más Allá de la Consulta: ¿Hacia Dónde Se Dirige Esta Lucha?
Incluso si la consulta popular logra superar todos los obstáculos y se convierte en ley, el verdadero reto comenzará después. La historia de Colombia está plagada de normas progresistas que nunca se implementaron o que fueron vaciadas de contenido por reglamentos y sabotajes institucionales orquestados por grupos de poder.
Como demostró el caso de la reforma a la salud, las élites poseen mil formas de frenar los cambios, aunque estén escritos en papel. Abogados corporativos, recursos en tribunales, presiones económicas y mediáticas serán las armas utilizadas para desvirtuar la voluntad popular.
Por ello, lo crucial es la capacidad de mantener la organización popular activa y vigilante. Las asambleas barriales, las veedurías a los acuerdos, la solidaridad entre sectores, son la única garantía para que esta lucha no termine en otra frustración. La organización desde las bases es el verdadero motor de la transformación social.
La Dignidad No Se Consulta, Se Conquista
En medio de las discusiones jurídicas y las estrategias políticas, no debemos perder de vista lo esencial: esta lucha no es solo por artículos en un código laboral. Es por el reconocimiento de que todo trabajo tiene derechos, sea formal o informal, en oficina o en el campo, con contrato o sin él.
Hoy, Colombia está discutiendo qué significa justicia laboral y social. Si esta consulta y el paro triunfan, habrán demostrado que el pueblo puede decidir sobre su propio destino y conquistar sus derechos. Si fracasan, al menos habrán dejado en claro quiénes son los que se oponen al cambio.
Referencias
Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). (2023). Empleo informal y seguridad social. Recuperado de https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/mercado-laboral/empleo-informal-y-seguridad-social
Telesur. (2025, mayo 20). Más de la mitad de los colombianos apoyan la consulta sobre reforma laboral. TelesurTV.net. https://www.telesurtv.net/encuesta-mas-de-la-mitad-de-los-colombianos-apoyan-la-consulta-sobre-reforma-laboral/