Donald Trump incluyó a Cuba en la nómina de países que desde su particular perspectiva “no cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas”. La Embajada cubana ante nuestro país advierte que se trata de una decisión que busca justificar la vergonzosa política de genocidio y bloqueo que EE.UU. viene aplicando contra La Isla.
El gobierno que encabeza Donald Trump anunció que vuelve a incorporar a Cuba dentro del listado de países que desde su particular perspectiva “no cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas”, por lo que decretó más sanciones contra La Isla en una medida que va en sintonía con la decisión que adoptó el mismo día de su investidura, el 20 de enero, cuando revocó la orden ejecutiva que Joseph Biden adoptó en las postrimerías de su mandato, cuando retiró a Cuba de otra lista negra, la de países patrocinadores del terrorismo.
Cabe mencionar que Cuba ya fue incluida en esta lista que confecciona el Departamento de Estado estadounidense, desde 1982 hasta 2015, cuando Barak Obama decidió retirarla en el marco de su política de deshielo con La Habana. También figuran en ella la República Popular Democrática de Corea, la República Islámica de Irán y la República Bolivariana de Venezuela, entre otros.
Al respecto, la Cancillería cubana advirtió que quien en realidad no hace nada por enfrentar al terrorista es el propio EE.UU. “Son ellos quienes se niegan a cooperar con Cuba y otros países en la lucha contra el terrorismo, lo cual es comprensible”, reflexionó el viceministro de Relaciones Exteriores cubano, Carlos Fernández de Cossío, por medio de la red social X y recordó el vasto “historial de complicidad y participación de agencias gubernamentales estadounidenses en el terrorismo”, algo que “está bien documentado”.
Por su parte, la Embajada cubana ante Argentina fue clara al denunciar que la decisión de Washington no es otra cosa que “una decisión absolutamente política con un fin punitivo” que busca “justificar la vergonzosa política de genocidio y bloqueo que vienen aplicando contra Cuba” y en tal sentido, el titular de esa delegación diplomática, Pedro Pablo Prada, reconoció que no sorprende tal determinación, ya que los gobierno estadounidenses “se respetan muy poco a sí mismos”, ya que con este tipo de definiciones “desprestigian más su política exterior”.
Y fue claro al hacer hincapié en que mientras Estados Unidos adopta tal medida, “se mantiene la protección a los grupos terroristas en la Florida que siguen entrenando…que siguen preparando acciones en Cuba y sigue fluyendo el financiamiento de fondos federales hacia las actividades de subversión dentro de Cuba”, por lo cual es Washington “el que tiene que dar cuenta de ese accionar inmoral de patrocinio, protección y práctica del terrorismo”.