Reproducimos la columna de Ariel Elger, secretario político del Partido Comunista de la Ciudad de Buenos Aires y candidato a legislador por Confluencia por la Igualdad y la Soberanía, publicada ayer en Tiempo Argentino. Anoche Confluencia cerró su campaña con un acto en el centro porteño, en el que se reafirmó como una alternativa política real frente al macrismo y a una oposición parlamentarista que fue cómplice, por acción u omisión, de muchas de las leyes que profundizaron la desigualdad social en la ciudad más rica del país a lo largo de dos décadas de gobierno neoliberal.
Las elecciones en Santa Fe, Chaco, Salta, Jujuy y San Luis muestran que una importante porción de la ciudadanía no se siente interpelada por las diferentes opciones y procesos electorales. La abstención de gran parte del electorado y el voto en blanco o nulo en cada provincia, explicitan una frustración y apatía de las mayorías populares. Además, estas elecciones revelan una relativa estructuración nacional de La Libertad Avanza que logró trascender los límites de la Ciudad de Buenos Aires.
Venimos de 10 años de un crecimiento lento y solapado de resentimiento, hastío y cansancio. Desde el año 2012 el estancamiento económico, el crecimiento inflacionario y la perdida año tras año del poder adquisitivo de la clase trabajadora permitieron el ensayo de experimentos reaccionarios, de ajuste y traición a los intereses populares.
El brutal ajuste y endeudamiento de Macri, la legitimación de una deuda ilegal e ilegítima junto a la frustración de la perspectiva de mejorar las condiciones de vida por parte de Alberto Fernández y las peleas intestinas de los micros mundos de la política, entre otros, dieron lugar a la posibilidad fáctica del peor ensayo político-económico del poder concentrado transnacional.
En la Ciudad de Buenos Aires, los casi 20 años de gestión de los Macri -incluida la gestión Larreta- permitieron una profunda gentrificación naturalizada por el conjunto de los porteños y porteñas. El crecimiento de las personas en situación de calle, el aumento de jubilados y jubiladas pidiendo limosna y yendo a comer a las iglesias y comedores comunitarios, el alquiler inviable para la juventud, adultos mayores y trabajadores de diferentes ramas, lo imposible de la compra de una propiedad al menos que tengas una herencia, las pérdidas de espacio público, acceso a la cultura, deporte, salud, educación de calidad para las mayorías, son pautas de una Ciudad pensada únicamente para los negocios de un pequeño grupo de familiares y amigos.
Las marchas universitarias del año pasado, la marcha anti-racista y anti-fascista de les feministas y diversidades del 1 de febrero de este año, las marchas de los jubilados y jubiladas todos los miércoles articulando con las hinchadas de fútbol, con las centrales sindicales, con la sociedad en su conjunto son destellos de un pueblo que no se resigna y lucha. Hoy hay una fragmentación electoral de la derecha en la Ciudad, pero el proyecto político sigue siendo su terreno común. Las expresiones de resistencia de los sectores más castigados y sus organizaciones también enfrenta un proceso de atomización, pero la experiencia colectiva del movimiento de jubilades es el ejemplo en el camino hacia esa articulación por abajo tan necesaria en estos tiempos.
El desafío de quienes luchamos por los intereses de nuestro pueblo, quienes no somos indiferentes a las injusticias que vemos todos los días, quienes pensamos que otro presente y futuro es posible y necesario, es construir un nuevo sueño colectivo. Como nos invita a reflexionar “El Eternauta”, nadie se salva solo, y de lo que se trata es de pensar cómo construir ese proyecto participativo y colectivo de nuestro pueblo.
Hoy, un conjunto de organizaciones políticas y sociales, dirigentes sindicales, estudiantiles, ambientales, referentes de la cultura y los derechos humanos, dimos un paso en una articulación electoral en la Ciudad de Buenos Aires, dando origen a Confluencia por la igualdad y la soberanía. Este armado tiene un objetivo: volver a construir un sueño y esperanza de las grandes mayorías articulando la lucha social con la construcción político-electoral. Es por este motivo que en nuestra lista, encabezada por María Eva Koutsovitis, están representados los intereses de los sectores más agredidos a través de candidatas y candidatos que provienen de esas luchas.
No queremos que nos gane el escepticismo y la apatía. La traición de quienes defendieron el acuerdo con el FMI, quienes votaron en contra de la profesionalización de los enfermeros y enfermeras en la Legislatura, quienes se abstuvieron frente a los negocios inmobiliarios, no pueden ser parte del sueño colectivo sin una autocrítica. Confluencia tiene un programa y un proyecto, y este 18 de mayo se juega la posibilidad de llevar esta propuesta colectiva a la Legislatura para seguir en la lucha de cada sector agredido y continuar la construcción de una plataforma participativa para hacer realidad los sueños colectivos de las grandes mayorías.