Mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, informará al Congreso sobre el avance de las negociaciones con el FMI, el PC marchará bajo la consigna “la deuda es con el pueblo”. El PC se moviliza.
El Partido Comunista junto a otras organizaciones políticas, sociales y sindicales se moviliza –al cierre de esta edición- al Congreso bajo la consigna “la deuda es con el pueblo”, cuando se presente el ministro de Economía Martín Guzmán a una sesión informativa convocada por diputados para informarse sobre los avances de la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario.
La última semana de marzo culmina el plazo que acordó el gobierno con el organismo que conduce Kristalina Gueorguieva para cerrar las negociaciones. Mientras, los principales resortes de la economía no parecen mostrar signos de recuperación y las medidas implementadas en el marco de la Ley de Emergencia Económica ya se muestran insuficientes. Ante este panorama, la consigna “la deuda es con el pueblo” recobra valor y se vuelve un imperativo frente a los desafíos económicos, políticos y sociales de la etapa.
En ese sentido, es importante instalar la discusión sobre la legitimidad de origen de la deuda contraída por Macri con el FMI y, al mismo tiempo, investigar el destino que tuvieron los casi 57 mil millones de dólares que recibió el gobierno de Cambiemos en poco más de un año ¿A dónde fue a parar todo ese dinero? ¿No es acaso información fundamental para encarar la discusión con el Fondo?
Tampoco ha habido en estos dos meses definiciones sobre la nueva política tarifaria e impositiva, una cuestión que se ha vuelto prioritaria para todos trabajadores. ¿Los usuarios deberemos seguir pagando con nuestros ingresos los servicios prestados por empresas privadas que han multiplicado como nunca antes su tasa de rentabilidad?
Estos interrogantes resumen apenas algunos de los desafíos de la etapa. Para enfrentarlos, es preciso consolidar la organización popular. Es imposible que los sectores perjudicados por la política económica del macrismo pueden mejorar sus condiciones de vida y que el país supere la crisis económica sin afectar los intereses de los grandes ganadores de la política económica de la derecha, como por ejemplo agroexportadores, empresas prestadoras de servicios públicos y bancos, entre otros.
El punto de partida no está exento de dificultades, pero es positivo. Los pueblos de América Latina que en todo el continente se vienen movilizando contra las políticas de ajuste, no admiten fracasos. En ese contexto, el nuevo gobierno que encabeza Alberto Fernández tiene la obligación, y necesidad, de resistir a las políticas imperialistas en la región y pasar a la ofensiva en materia económica y social. Cualquier tentativa que no siga este camino, profundizará las condiciones económicas de la mayoría de la población.
Por ello, hay que insistir en que si bien las primeras medidas adoptadas por el nuevo gobierno marcan un cambio de rumbo y sensibilidad frente a lo que fueron los cuatro años de macrismo, estas son insuficientes.
En ese sentido, cabe remarcar que el movimiento popular tiene también una responsabilidad mayor. La responsabilidad de mantenerse movilizado, de reunir nuevas adhesiones a una política antiimperialista y anticapitalista, de plantear con fuerza y sin ambigüedades quienes son los enemigos del pueblo e impulsar medidas estructurales que den sustento material a las demandas de los trabajadores.
La deuda es con el pueblo
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