Desde la Conat, José Chapu Urreli y Cristian Poli, fija postura. “Asumimos nuevos desafíos que vendrán con la asunción del gobierno que viene”, recalcó Urreli.
El Plenario Nacional del Congreso anual de la CTA de los Trabajadores que tuvo lugar bajo las consignas “por un contrato social por empleo digno y producción nacional” y “hacia la unidad del movimiento obrero en una sola central” contó con una importante participación de la Conat y el MTL, así como los docentes de La Violeta.
Ahí, además de Alberto Fernández, compartieron escenario –entre otros- el candidato a intendente de Lanús, Edgardo Depetri, Verónica Magario, Máximo Kirchner, Hugo Yasky, Daniel Catalano, Pablo y Hugo Moyano; así como la secretaria de Previsión de la central, Sandra Zapatero, y su par de Actas, José Chapu Urreli.
Ahí, Yasky definió al momento como “histórico” y definió que “independencia y autonomía de clase no es neutralidad y mucho menos cuando hay dos proyectos en pugna y uno es antipopular que endeudó y fugó capitales”.
Por eso, “desde la independencia de clase, pero con el compromiso político de ser parte de la construcción de un tiempo nuevo de esperanza y trabajo”, Yasky propuso que la CTA de los Trabajadores haga explícito su apoyo a la fórmula integrada por Alberto Fernández y Cristina Fernández.
En este contexto, desde la Conat, Urreli aclaró que lo que acordó el Congreso no es disolver la CTA, sino la incorporación a la central a la CGT.
“Esto es asumir la decisión que surge de la necesidad de tener una sola central que, por historia, sería la CGT”, señaló y advirtió que en este proceso “debe haber una transición”.
Y recalcó que “tenemos en cuenta los nuevos tiempos que vivimos y la necesidad imperiosa de defender las conquistas de los trabajadores”, pero también “asumimos nuevos desafíos que vendrán con la asunción del gobierno que viene”.
Ureli recordó que recién durante 2020 está previsto que la CGT realice su Congreso y, tras evaluar que “de acá a esa fecha pueden pasar muchas cosas”, fue claro cuando recordó que, “producto de su cúpula, la CGT jugó un papel lamentable desde 2016”.
Pero se mostró optimista cuando resaltó que “apostamos a una central única, en el marco de una perspectiva que ponga por delante la agenda de los trabajadores dentro de un proyecto de emancipación de nuestra clase”.
Además, sostuvo que “el contrato social que propone Alberto Fernández, debe tener en cuenta la necesidad de avanzar en las demandas de los trabajadores” y destacó que “desde la Conat aspiramos a un sindicalismo clasista de liberación, que se construye día a día en función de poder aportar de la mejor manera a este proyecto que se avecina”.
Reflexiones
“La propuesta de unificar al movimiento obrero en una sola central, es una demanda histórica de la clase obrera –fundamentalmente- de las bases de cada uno de los conflictos que se vivieron durante estos años”, recalcó el secretario de la CTA Rivera Paraná, Cristian Poli.
Pero, aclaró, que “esta demanda también va unida a la exigencia de que la central de trabajadores tenga un rol protagónico en la lucha por la defensa de los intereses de la clase obrera” y que, además, “sea actor fundamental nacional, preceptos que son fundamentales para una corriente clasista”.
Por eso, insistió que “vamos por una unidad que lleve la lucha de las reivindicaciones inmediatas de la clase obrera” así como “desde una perspectiva política de liberación nacional y social”.
Asimismo, Poli fue contundente cuando señaló que la decisión de la CTA de apoyar las fórmulas del Frente de Todos, “es absolutamente valida”, ya que “es el reclamo de gran parte de la clase trabajadora para derrotar al neoliberalismo, al macrismo como expresión del neocolonialismo en nuestra Patria”.
Después, al referirse al pacto social que anunció Alberto Fernández, Poli sostuvo que este tipo de herramientas, “hacen referencia a un intento de conciliar las clases institucionalmente, donde el Estado sería el garante de esa lucha de clases en el sistema capitalista”.
Y aclaró, “en todo caso nosotros planteamos la constitución de un contrato social, como planteo Cristina, pero que beneficie y lleve adelante las reivindicaciones históricas de la clase obrera, que tiene que ver con el derecho al trabajo, a la salud, la vivienda y educación, entre otras cosas, un contrato social que beneficie a la clase trabajadora, donde los sectores capitalistas limiten esa voracidad por las ganancias, por ejemplo en las discusiones por la paritaria, los sistemas de Educación y Salud pública, donde la clase capitalista busca mercantilizar esos espacios”.