A 49 años de su fallecimiento tres referentes de la CoNaT, Emanuel Ríos, Pedro Ferrer y Leandro Pozzi recuerdan a Agustín Tosco, reflexionan acerca de la vigencia de su pensamiento y sobre las tareas que se deben llevar a cabo a partir de su legado.
La actualidad que tiene el legado de Agustín Tosco es algo en lo que coincidieron tres referentes de la CoNaT a la hora de reflexionar sobre El Gringo a 49 años de su fallecimiento. La siembra de Tosco, su pensamiento, sigue más vigente que nunca”, puntualizó el secretario adjunto de Suteba, Emanuel Ríos, tras lo que manifestó que “las luchas que tenemos por delante estarán atravesadas por su legado profundamente antiimperialista”, algo que calificó como algo clave “en este momento histórico donde el gobierno de Milei se alinea con el eje de EE.UU., Gran Bretaña e Israel para entregar nuestros bienes comunes y soberanía”.
Y, en este sentido, precisó que “hay que debatir con los compañeros y compañeras de otras centrales y gremios la enorme tarea que debemos realizar para desburocratizar muchos sectores que hoy acuerdan con el gobierno nacional, algo que Agustín Tosco siempre combatió desde las entrañas de la CGT”. Por otro lado, recordó que “creó que el Sindicalismo de Liberación que es un gran abono para llevar adelante la liberación nacional y social que tanto soñamos” una tarea que “en la que hay que avanzar “desde la unidad, con diferencias y matices, para construir un programa amplio de organización y lucha contra este gobierno”.
Mientras tanto desde Mar del Plata, el integrante de La Violeta Docente, Pedro Ferrer, resaltó que actualmente “la figura y el pensamiento de Agustín Tosco tiene plena vigencia porque la idea de la unidad de los trabajadores con un proyecto antiimperialista para derribar los planes del Imperio, es tan actual como durante las jornadas del Cordobazo, tal como tiene vigencia la confrontación contra la burocracia sindical y la posibilidad de construir un espacio sindical que, con la mayor unidad posible, tenga la mayor profundidad en cuanto a las reivindicaciones y sobre todo una mirada política integral, no con un reclamo economicista sino con una demanda integral que comprenda cuál es el papel de la clase obrera en la actualidad, poniendo eje en la confrontación… en la lucha de clases”. Por lo que “El Gringo Tosco tiene una vigencia tremenda, cada vez que resulta preciso unir a los trabajadores combativos, por más que muchos ya no sean obreros industriales como lo eran entonces”.
Por su parte, el secretario de Condiciones Laborales de Agmer, Leandro Pozzi, enmarcó la vigencia de Tosco en la necesidad de volver a poner a los trabajadores “como sujeto central de una alternativa política de liberación”. Y en este sentido, recordó que “se debate en ocasiones sobre la centralidad o no de la fuerza de trabajo en los procesos de producción de la riqueza y en la apropiación de la ganancia que produce aquella por la clase capitalista, en contextos de revoluciones tecnológicas que la maximizan con creces, a través de su financierización o de las llamadas Inteligencias Artificiales”.
Tras lo que acotó que “basta constatar que en Argentina con seis de cada diez argentinos empobrecidos por ese capitalismo y que de ellos dos son indigentes, es decir no pueden acceder al sustento alimentario indispensable para la vida humana”, mientras que “actores del complejo agroalimentario, los hidrocarburos y las finanzas son los grandes ganadores del sistema”.
Después añadió que en términos globales “hablamos de los mil millonarios que prescinden de actores de la conducción del Estado, pero es gracias a mecanismos de apropiación de la riqueza facilitados por los Estados lo que explica sus ganancias siderales”, ya que “la apropiación de la riqueza generada por la fuerza de trabajo a manos de los capitalistas adquiere ribetes escandalosos”. Y ejemplificó este escenario con “dos ilustres apellidos de la farándula capitalista que se vale con creces de la hegemonía cultural: Marcos Galperín o Elon Musk”.
Por lo que “recuperar tal noción, centralidad de los trabajadores en la producción de la riqueza y en el reconocimiento de la apropiación capitalista, redimensionando su lugar en los procesos de producción, distribución y apropiación de la riqueza, y en la disputa por las políticas de Estado nos coloca en el enfoque del sindicalismo de liberación, concibiendo a los sindicatos como ‘factor fundamental de la lucha por la liberación nacional y la justicia social’”.
Al respecto, puntualizó Pozzi, “padecemos la cruda aplicación del programa de Alzogaray, Martínez de Hoz, Cavallo, Caputo, Macri y Milei”, por lo que “la clase trabajadora y el pueblo precisamos la unidad en torno a un programa de liberación que se constituya como expresión de nuestras luchas y anhelos, basamento fundamental de una alternativa política de liberación”. Y con ese telón de fondo “tiene suma vigencia el desarrollo de un sindicalismo que supere ‘el ejercicio de los cargos sindicales con el criterio de reducir todo al sindicalismo; de administrar desde posiciones de poder los beneficios sociales; de discutir especialmente los convenios colectivos de trabajo; de quedarse gobernando al movimiento obrero desde posiciones administrativas’, que expresara Agustín Tosco en la respuesta a Rucci, en otro tiempo pero bajo las mismas contradicciones”.
Se trata de “luchas que se han expresado contra la infame Ley Base para el saqueo nacional, por la dignificación de los jubilados, por los salarios, contra los despidos, la represión y la violencia institucional”, así como “en defensa de la universidad y la educación pública y un Estado al servicio del pueblo, entre tantas otras”.
De ahí que es necesario “un sindicalismo que se trascienda en la unidad de las centrales obreras, movimientos sociales y expresiones populares que busquen reconstituir ese proyecto y que precisará como prefiguró el Gringo ‘la unidad de todas las fuerzas democráticas, populares, revolucionarias y antiimperialistas’”. Esto es, “un sindicalismo de liberación que al decir de Tosco sea el que atienda a la defensa de los derechos y reivindicaciones de carácter inmediato y plantee la lucha contra el imperialismo internacional del dinero, su manifestación concreta de monopolios de la producción, la distribución, los servicios y las finanzas internacionales”, al tiempo que plantee “la transformación revolucionaria de las estructuras y reclame en lo inmediato que los grandes medios de producción y las palancas fundamentales de la economía sean de propiedad estatal-social y no privada”.
Por lo que “en momentos en que toca padecer el triunfalismo del gobierno neofascista”, Pozzi recordó que Tosco recalcó que “nuestra experiencia nos ha enseñado que, sobre todas las cosas, debemos ser pacientes, perseverantes y decididos. A veces pasan meses sin que nada aparentemente suceda. Pero si se trabaja con ejercicio de estas tres cualidades, la tarea siempre ha de fructificar; en una semana, en un mes o en un año”, por lo que “nada debe desalentarnos. Nada debe dividirnos. Nada debe desesperarnos”.