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Sáb, May
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Política
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En el marco de la Marcha Federal Universitaria, organizaciones estudiantiles, políticas, de Derechos Humanos, gremiales, sociales y culturales se movilizan en todo el país contra la política de ajuste que el gobierno de Javier Milei perpetra contra la educación.

“La discusión de fondo que debemos ganarle al gobierno es que las universidades no sean las que tengan que salir a autofinanciarse para sostenerse, sino que es el Estado el que debe seguir sosteniendo ese papel”, sostuvo Lucas Alfieri, quien es responsable de la Mesa de Universidad de La Fede y militante del MUI en la Universidad de San Martín (UNSaM) al participar, al cierre de esta edición, en la Marcha Federal Universitaria convocada para defender a la universidad pública de los ataques del gobierno que encabeza Javier Milei, que está organizada por las universidades nacionales y la Federación Universitaria Argentina (FUA).

Esta movilización cobra especial relevancia en un contexto marcado por las medidas de ahogo dispuestas por el Gobierno Nacional, que recortan drásticamente los recursos destinados a la educación y la ciencia, a punto tal que si continúan, en breve, buena parte de las universidades no van a poder proseguir funcionando con normalidad.

En Buenos Aires, la concentración se da ante el Congreso Nacional y, desde allí, las columnas irán hasta Plaza de Mayo donde está previsto que alrededor de la hora 18, se lleve a cabo el acto central frente a Casa de Gobierno, donde se leerá un documento que fue elaborado de manera unitaria por los distintos actores convocantes a la jornada, entre los que se cuentan las 73 universidades del sistema estatal de todo el país, cuyos rectores decidieron sumarse a la manifestación en defensa del sistema público de educación superior y contra las políticas del gobierno actual, encabezado por el presidente Javier Milei.

La marcha es apoyada también por las dos CTA, diferentes organizaciones sociales y políticas, así como por la CGT que el viernes pasado anunció su adhesión. Y este es un aspecto más que alentador ya que por el sentido de su convocatoria, pero también por quiénes se suman entre los convocantes, la movilización aparece concatenada con la que va a tener lugar durante el Día Internacional de los Trabajadores y con el paro nacional del 9 de mayo.

En este contexto, durante las últimas semanas se vienen llevando adelante clases públicas, asambleas interclaustros, conferencias de prensa unitarias, movilizaciones, concentraciones en rectorados, banderazos, carpas, ruidazos y abrazos simbólicos en distintas facultades. Estas fueron algunas de las cientos de iniciativas que se realizaron en todo el país en defensa de la universidad pública y del salario de sus trabajadores.

Vale mencionar, que el día sábado, la Presidencia Milei anunció un acuerdo que según su versión, había celebrado con los rectores de las universidades quienes, rápidamente, lo desmintieron. No es la primera falsedad del gobierno de Milei en este tema, ya que durante febrero anunció una recomposición del presupuesto universitario que nunca se concretó.

El engaño de esta oportunidad tiene un sentido concreto: confundir e intentar desalentar la participación en la que ya por estas horas aparece como una enorme movilización. Pero asimismo, La Rosada pretende embarrar la cancha, porque la marcha adquirió un tono de denuncia de carácter claramente político y en el mileísmo comienzan a temerle a sus consecuencias.

Cabe señalar que 2023 inició con un presupuesto destinado a financiar a las universidades nacionales de 5,1 billones de pesos (millones de millones). Pero como suele suceder, no alcanzaba y fueron necesarios algunos ajustes.

El panorama empeoró para este año que arrancó con la misma cifra porque el gobierno resolvió no enviar un proyecto de presupuesto al Congreso, por lo que automáticamente se prorrogó el del año anterior. Pero la clave de esa decisión fue que esos fondos no serían actualizados en función del paso de la inflación, que sumó 211,4 por ciento durante 2023. Es decir, los 5,1 billones de pesos de 2023 equivalían a 1,4 billones al inicio de este año, apenas un veintiocho por ciento de lo que las universidades deberían recibir en todo el año.

¿Cuál fue el aumento que anunció el gobierno días atrás? Los fondos de la universidad financian el gasto de cinco ítems diferentes: salarios de docentes, salarios de no docentes, funcionamiento, hospitales universitarios y otros.

Los aumentos que anunció el gobierno fueron dos: del 140 por ciento en dos cuotas de setenta cada una, sobre la base de enero, destinado al ítem funcionamiento, y la duplicación del monto para los hospitales universitarios.

En una mirada amplia, ese aumento impacta apenas sobre el siete por ciento del gasto total. Por eso, si antes del anuncio el presupuesto universitario para este año equivalía al veintiocho por ciento del que existió en 2023, después ese porcentaje subió al treinta por ciento.

Pero el aumento en los ítems de Funcionamiento y Hospitales ni siquiera garantiza que puedan funcionar hasta fin de año. Y, en realidad, apenas les estira la sobrevida durante un par de meses más. El ajuste brutal sigue.

Al respecto, Alfieri puntualizó en “hay una estrategia de ahogamiento presupuestario y de agresión por parte del gobierno de Milei a la universidad pública”, por lo que dejó en claro que “nuestra tarea es exponer eso, volverlo visible y accesible para toda la comunidad”.

Entre las principales exigencias del movimiento estudiantil, el militante de La Fede remarcó que es preciso que “cese el recorte presupuestario, que se restituyan las becas Progresar, que se implante el boleto estudiantil a nivel nacional, se instalen comedores en todas las universidades con precios populares y se recomponga el salario docente y no docente”.

Asimismo, fue contundente cuando dijo que el gobierno miente cuando dice haber cerrado un acuerdo con los rectores de las universidades. “La metodología de anunciar este acuerdo, previo a la movilización que se viene construyendo desde hace tiempo, busca hacer mella en los sectores que aún guardan cierta confianza en el gobierno y que criminalizan cualquier protesta”.

Lo mismo opinó Alfieri en torno a la amenaza de Patricia Bullrich de aplicar su protocolo durante la jornada de hoy. “Marchamos por un derecho constitucional y lo que busca el gobierno anunciando un falso acuerdo y queriendo amedrentar con el Protocolo Bullrich, es intentar deslegitimar el reclamo”.

Por otra parte, destacó que “es muy importante que la marcha sea de unidad con las dos centrales sindicales que anunciaron su participación, así como el movimiento estudiantil fue masivamente de la partida en el paro general y movilización del 24 de enero”. Y resaltó que “tenemos que estar mancomunados de cara al 9 de mayo, porque hay que garantizar que el paro esté a la altura de la lucha que estamos emprendiendo para poner un freno a la política de Milei”.

Asimismo, sobre la asfixia presupuestaria que perpetra el gobierno, Alfieri planteó diferentes interrogantes acerca de cuál es el objetivo de fondo que se persigue, ya que “esta gente está manejando niveles de audacia en muchos aspectos y parte de su plan puede ser establecer una mesa de negociación para presionar a los rectores, en un intento de que llevarlos a que propongan esquemas arancelarios encubiertos, como bonos contribución”.

En este sentido, recalcó que si una idea así prosperara, “depositaría en la universidad la solución del problema del financiamiento y de esta manera, muchas universidades pueden empezar a transitar un camino de financiamiento propio en detrimento del estudiantado”.

Sin embargo, Alfieri no dudó cuando denunció que “la privatización es parte de su plan ideal” y, en ese sentido, calificó como “clave el nivel de presión que podamos hacer, para que no loes quede otra que financiar a las universidades tal como lo dice la ley”. Y advirtió que “lo que están haciendo, impacta en la universidad de forma feroz, pero el límite está en que no toquen ciertos consensos básicos como el principio del no arancelamiento”. Por eso es que “la discusión de fondo que debemos ganarle al gobierno, es que las universidades no sean las que tengan que salir a autofinanciarse para poder sostenerse”, sino que “sea el Estado el que continúe sosteniendo ese papel”.

 

El protagonismo estudiantil

Tal como lo viene siendo durante todo este proceso, en la jornada de hoy los alumnos organizados tienen un papel protagónico fundamental. “El movimiento estudiantil está empezando a presentar signos vitales y esto no es poca cosa”, celebró Alfieri y en el mismo sentido, remarcó que “notamos un grado de masificación de lucha contra la privatización o cualquier política que intente romper el consenso básico de universidad pública, no arancelada y con libre acceso”.

Pero asimismo y a modo de autocrítica, dejó en claro que “estamos levantándonos y es tiempo de agarrar esa gimnasia de lucha, porque veníamos paralizados”. Y, en esta línea, hizo hincapié en que “venía siendo complejo que los estudiantes participen de espacios colectivos”, mientras que ahora “empieza a ser más común el hecho de ir a una asamblea, de ir a un conversatorio, a una clase pública o a una movilización”, por lo que fue contundente cuando dijo que “eso se debe sostener en el tiempo”.

Entonces, insistió Alfieri, “es ahí donde notaremos la combatividad de un movimiento que venía planchado, no sólo desde el último gobierno, sino también con el macrismo donde tuvo un momento importante durante las tomas, pero también le ha costado sostener periodicidad en las luchas”.

Asimismo, celebró el hecho de que la UNSaM, sea por estos días escenario de “un proceso muy interesante”, caracterizado por la realización de “asambleas con mucha más participación, ruidazos al centro de San Martín que son organizados por distintos centros de estudiantes y clases públicas”, al tiempo que “ahora en el marco del paro, se puede ver un nivel acatamiento y decisión a movilizar en esta fecha que antes no hubiera sido tan fuerte”.

Sin embargo, la cuenta pendiente de la UNSaM, resaltó Alfieri, es la creación de su propia Federación Universitaria. “El no tener federación, hace que unirnos y no estar fragmentados, sea doblemente difícil si lo comparamos con lo que pasa en otras universidades”, enfatizó y siguiendo esta línea, no dudó en destacar que “este es un proceso abierto y debemos saber conducirlo con el resto del estudiantado”, por lo que aclaró “no hay que pretender ponerse adelante, sino estar codo a codo con los compañeros”. De este modo, “en función de los consensos generales, poder ir avanzado, aumentando la combatividad, las discusiones y poniendo sobre la mesa qué universidad queremos” y para eso “debemos tener la capacidad de seguir organizando al movimiento estudiantil, haciendo todo lo posible para incorporar compañeros a la lucha”.

Es por eso que hizo hincapié en que es preciso “construir todas las instancias debate posible, fortalecer la formación con el sujeto a interpelar y no sólo desde las organizaciones”, ya que es necesario “abrir espacios con las capas que son permeables a la narrativa de la derecha, que hace creer que el enemigo está entre los compañeros de tu propia clase”. Por lo que “más allá de la lucha contra el gobierno de Milei, todo esto es parte de una batalla de ideas que debemos entender como estratégica en nuestro proyecto político”.