El oficial Cristian Foschiatti, el sargento Cristian Benítez, el cabo Cristian Flores y el agente Orlando Cabrera terminaron detenidos luego del ataque a la familia Fernández Saravia.
En Chaco se perpetró un brutal ataque a una familia qom que recorrió los medios y visibilizó un grave hecho de violencia institucional en la provincia. Semanas después, cuatro miembros de esa patota policial que atacó y torturó a la familia Fernández-Saravia en Fontana, Chaco, fueron detenidos: el oficial Cristian Foschiatti, el sargento Cristian Benítez, el cabo Cristian Flores y el agente Orlando Cabrera terminaron detenidos luego del impacto nacional que generó el ataque a la familia indefensa.
Los uniformados fueron imputados por los fiscales de la causa Sergio Cáceres Olivera y Lilian Irala por los delitos de privación ilegítima de la libertad, vejaciones agravadas, torturas, allanamiento ilegal y apremios. Los mencionados aparecen en el video que los muestra ingresando a las patadas al hogar de la familia de la comunidad qom, donde secuestraron a cuatro jóvenes, entre ellos a una menor de edad a la que abusaron.
En la comisaría a los jóvenes les dieron una paliza, los rociaron con alcohol y los amenazaron con prenderles fuego al tiempo que les decían “indios infectados”. La fiscalía a cargo del caso señaló que las declaraciones por videoconferencia de tres de las víctimas y una testigo fueron fundamentales para reconstruir los hechos.
Al respecto, Raúl Toto Galván, del Partido Comunista de Chaco, recalcó que “lo que pasa acá sucede también en varias provincias, con casos como estos donde se han dado el lujo de hacer un allanamiento ilegal y llevarse detenidos a los menores”.
En ese sentido, el también integrante de la CTA dejó en claro: “las fuerzas de seguridad son fuerzas represivas, que en la menor posibilidad que tengan que un Estado brinde impunidad, pasan estas cosas. Creo que por el tema de la pandemia, la policía se aprovecha del Aislamiento Social para actuar de esta manera, no hay que olvidarse lo de Tucumán con Espinoza, que es parte de un esquema estructural que tenemos en nuestro país con la Policía”.
En cuanto a la detención de los policías, Galván señaló que “lo conversamos y hablamos con las organizaciones de que tienen que estar presos, pero no se resuelve así. Estamos ante una práctica represiva que viene desde hace muchos años y requiere cambios profundos para eliminarla”.