En Gran Bretaña, el gobierno estudia que miembros de las Fuerzas Armadas sean empleados para romper la huelga que desde hace más de un mes llevan a cabo los trabajadores de Servicios Públicos y la Sanidad.
El gobierno que preside Rishi Sunak, amenaza con utilizar al Ejército Británico en su afán de romper las huelgas que vienen llevando a cabo los trabajadores nucleados en el Sindicato de Servicios Públicos y Comerciales, así como sus pares agrupados en el Colegio Real de Enfermería (CRE), que desde hace más de un mes, entre otras cosas, afectan la prestación de los servicios de transporte público y del sistema sanitario.
Las medidas de fuerza también son protagonizadas por los trabajadores portuarios y de los aeropuertos, así como a aquellos del área de seguridad social y, en todos los casos, las demandas salen al cruce del brutal ajuste que, desde el 10 de Downing Street, se viene profundizando desde la gestión de Boris Johnson y la que efímeramente protagonizó Elizabeth Truss.
A la hora de explicar la crisis, el gobierno británico le echa la culpa a Rusia y a la operación militar especial emprendida por Moscú hace diez meses en la zona del Donbass. Sin dudas se trata de una argumentación bastante floja de papeles, pero más aún lo es la excusa que emplea para justificar por qué utilizaría militares para romper huelgas que realizan trabajadores.
Nadhim Zahawi preside el Partido Conservador, además es canciller de la Hacienda y al reconocer que el Gobierno del Reino Unido estudia la posibilidad, sostuvo que “es el momento de unirnos y enviar un mensaje muy claro a Putin de que no vamos a estar divididos de esta manera”, por lo que “nuestro mensaje a los sindicatos es decir que no es el momento de hacer huelga”.
Ante esto, la secretaria general del CRE, Pat Cullen, se mostró alarmada por la decisión que analiza el gobierno que, de este modo, “pasa a un nuevo nivel con esto de utilizar la guerra en Ucrania como justificación para un recorte salarial en términos reales para las enfermeras del Reino Unido”.
La amenaza gubernamental también fue repudiada desde el Partido Comunista de Gran Bretaña que, en este contexto, reafirmó que esta situación vuelve a demostrar que es preciso que se avance en la constitución de “un frente unido contra los monopolios”, por lo que instó a que se apuntale “la determinación de los sindicatos para coordinar las acciones de huelga y las estrategias de negociación colectiva”, algo que es preciso “para acabar con la congelación salarial”.