En el contexto de agudización de la crisis energética en nuestro país, nos enfrentamos a cortes de luz y tarifazos impagables. El dirigente del Partido Comunista de San Luis, ingeniero y diputado provincial mandato cumplido, Juan Larrea, escribió al respecto esta columna para NP.
Los cortes de luz que dejaron a más de cuarenta mil usuarios sin el servicio en el Amba, incendio mediante, en un túnel de cables en Parque Avellaneda -en Ciudad de Buenos Aires-, más el apagón en Santa Fe, se repetirán porque existe un plan político de miseria planificada para destruirnos como pueblo soberano.
Lo de Santa Fe se debió a que el transformador R1 de Transener, sistema nacional, salió de servicio, y por sobre carga le acompañaron el R2 y R6. El primero no soporto la demanda en 132 kv por falta de capacidad, es decir de inversión y, los restantes, ante la fata de seccionamiento automático de la Empresa Provincial de Energía de Santa Fe (EPE), quien tampoco invierte en ese equipamiento.
El resultado es un treinta por ciento de la demanda no atendida, que incluyen 850 MW en Santa Fe, 250 MW en Chaco y 125 MW en Formosa. Un corte litoraleño que afectó a un sinfín de compatriotas por una decisión del actual gobierno nacional de suspender todo tipo de obra.
Si tenemos en cuenta que más de la mitad de la matriz energética del país es de origen térmico (50.9 %), con peso fundamental sobre el gas y que este suministro debería ser transportado, mayoritariamente desde el yacimiento no convencional de Vaca Muerta que no puede hacerlo porque las plantas compresoras cuyo cometido es asegurar el funcionamiento a pleno del gasoducto Néstor Kirchner no están terminadas, el futuro se presenta complicado.
La decisión del gobierno nacional, impide que de los 22 millones de metros cúbicos que debería transportar solo sea la mitad y, si tenemos en cuenta que tal gas tiene un costo máximo de 4,8 dólares por millón de Medida de Unidad Térmica Inglesa (BTU) y que el ultimo embarque de Gas Natural Licuado (GNL) fue a 13,9 dólares por millón de BTU, (septiembre 2024) ya vemos por dónde va la cosa, una nueva estafa a nuestro pueblo, pues en compras no programadas, el GNL es mucho más caro.
A esto se debe agregar que las dos Centrales Térmicas licitadas, (3340 MW) y contratadas por alrededor de 4000 millones de dólares, fueron canceladas, cuando ya los proveedores estaban realizando los correspondientes depósitos de garantía de obra.
Siguiendo el análisis de los precios se debe tener en cuenta que la remuneración de las energías renovable, que son las primeras en ser contratadas por el despacho y las primeras en cobrar, todas en manos de los amigos del “régimen”, tienen un costo que varía entre 77 dólares y 186 el MWh, el doble del monómico (valor promedio), unos 60 dólares, a la fecha, un poco más que el de origen nuclear.
Así las cosas, el gobierno orienta su accionar hacia la importación de energía eléctrica, por fuera de los convenios de intercambio preexistentes, que son, por lo tanto, con cargo de devolución en la especie intercambiada, ergo energía eléctrica, sino importada o sea pagando en dólares. Tal operación, por el verano, según cual sea el país proveedor, implicara un monto entre, 89 y 314 millones de dólares.
Esta supuesta “no planificación”, no es otra cosa que el plan de Milei y de los empresarios de la industria Eléctrica, para hundir al país, arrasándolo con la política tarifaría de hambre energética, con el negocio atado de las renovables.
El no pago a Cammesa que no es otra cosa que un subsidio, ya que deben 1300 millones de dólares (durante 2024), en concepto de energía eléctrica, que sí se lo cobran a los usuarios, pero no han pagado a Camesa. Frente a ello el gobierno les concede 12 meses de gracia y 72 para cancelar la deuda, a una tasa del cincuenta por ciento de la del mercado, lo mismo que hizo el gobierno anterior.
Esta es la situación actual, sin invertir un peso, las rasportadoras, (Transener y otras) en el sistema de 500 KV, pero pretendiendo que las necesarias ampliaciones las paguen los usuarios creando un fidecomiso por 1100 millones de dólares, a fin de resolver un nuevo y necesario vínculo entre Mar del Plata y Buenos Aires en 500 KV siempre a cargo de los usuarios, que lo verán reflejado en las facturas con un incremento del tres por ciento.
Este “cuello de botella”, señala que el principal déficit en las inversiones es el sector de transmisión en 500 KV, y de no resolverse esto, ni con importación de energía, ni con el funcionamiento a pleno del gasoducto NK, ni con cualquier otra iniciativa de generación podrán resolverse los cortes, ya que estos se producirán en el sector de 500 KV, incapaz en su actual situación, de trasportar la energía que reclama el consumo.
Esto es lo que trae de nuevo el gobierno de los “anarcos liberales”. Los capitalistas no invierten un peso para mejorar el sistema, la calidad del servicio es cada vez peor y las tarifas son aumentadas permanentemente.
En abril, el costo de la energía y el gas de orden nacional, será aumentado un diez por ciento, con el agregado del aumento mensual por la actualización del dólar. Adicionalmente todas, las distribuidoras solicitarán aumentos, ya la santafecina estatal (EPE) está reclamando un 25 % en el Valor Agregado de Distribución (VAD).
Este es el verdadero plan, una monstruosa transferencia de ingresos desde los usuarios a los industriales de la energía apalancado en una sistemática política de desinversión científica tecnológica y productiva industrial.
Así lo demuestra, la parálisis y suspensión del proyecto Carem, reactor nuclear modular de pequeña/mediana potencia, 32 MW en su última versión, que se trata de un desarrollo íntegramente nacional, de vanguardia mundial, y sobre el que la propia Generala Richardson exigió el desmantelamiento.
Hoy completada su construcción en un ochenta por ciento en Atucha, la obra fue detenida por orden de Milei y se denunció un hackeo a la Comisión Nacional de Energía Atómica donde se alojaban los planos para la construcción del Carem.
A esto se suma la privatización de Impsa, estatal y proveedora de la mecánica pesada y de detalle para la industria eléctrica nuclear y afines. El mismo destino que la pequeña central, Carem a corrido el proyecto de la Central Atucha III (1200 MW), de tecnología y financiamiento Chino (reactor Haulong) que también atrajo la atención de la mencionada generala yanqui, o las centrales hidráulicas Cepernik (360 MW) y Kirchner (950 MW), con idéntico origen y financiamiento, abandonadas en etapa de construcción en la provincia de Santa Cruz y que permitirían un ahorro anual en combustible del orden de los 1.500 millones de dólares.
También por interés de los Industriales de la energía se han abandonado los proyectos de energías distribuidas, sustentados en renovables, donde los consumidores, de pequeño y mediano tamaño (residenciales y pymes), puedan inyectar en la red la energía que generen y no consuman, aumentando la generación y democratizándola.
Buen ejemplo de ello es el de la provincia de San Luis, donde el proyecto presentado por nuestra bancada, “duerme el sueño de los justos”, desde 2015, sin haber nunca merecido tratamiento.
Está clara la política energética de este “gobierno”, desindustrializar es su objetivo, de esta manera convierte al país solo en extractivista, genera una inmensa masa de desocupados, logrando abaratar así el costo de la mano de obra, favoreciendo a los agroexportadores, a las petroleras y mineras reduciendo el consumo interno y aumentado los saldos exportables a fin de generar los dólares con los cuales “honrar” la deuda y llenar sus bolsillos.
Hablando de generación, habrá que generar nuevos 1806 con la reconquista de Bueno Aires de manos de los imperialistas británicos y devolvérsela al Pueblo de la Nación, debemos, hoy en el siglo 21, recuperar el país y volver a tener Patria, pues hoy gobiernan una banda de infames traidores….a la Patria que supimos conquistar.