Entrevista a Estela Díaz, Ministra de Mujeres y Diversidad de la provincia de Buenos Aires, al frente del nuevo Ministerio que aborda esos urgentes temas específicos.
-¿Qué significa para Usted un Ministerio de Mujeres y Diversidad, que no existía y cuáles son las principales líneas de trabajo?
Bueno, es fundamental que el área que lleva adelante las políticas de género tenga rango ministerial, eso fue un reclamo del movimiento feminista histórico, pero incluso tiene que ver también con el cumplimiento de los tratados de derechos humanos para la igualdad de género que hace años venían reclamándole al país, que el mecanismo mujer del Estado, en todos los niveles, debía tener el principal rango en la gestión, porque ¿es justamente esto no?
Por un lado que las políticas sustantivas de género tengan un ámbito con capacidad de decisión, de implementación de la política, que tengan recursos, que puedan abordar la diversidad de temas que un área de estas características debe llevar adelante, pero también hay otro aspecto, que es la transversalización, la perspectiva de género y te da una interlocución de primer orden que sea un Ministerio porque digamos dialogás al más alto rango de la gestión, claramente en los ejecutivos. Y esto pasa tanto a nivel nacional como de la provincia de Buenos Aires y no solo para el poder ejecutivo sino también cuando tu diálogo es con los otros estamentos del Estado como el poder judicial o el legislativo también.
Esto lo venimos comprobando en el transcurso de la gestión que esa demanda era justa y necesaria; y las líneas principales de trabajo, bueno, un poco son las líneas que soñamos, imaginamos y empezamos a delinear previo a la pandemia y otras situaciones con las que estamos trabajando ahora en este contexto donde las prioridades han puesto el centro en los temas que tienen que ver con violencia de género.
-¿Qué sucedió con la pandemia?
Claramente el aislamiento obligatorio nos lleva a que una de las modalidades de violencia histórica, persistente, sostenida y mucho de lo que tiene que ver con los femicidios, es el hogar, lo doméstico, las relaciones afectivas, de pareja y que el aislamiento las lleva a una mayor situación de vulnerabilidad, de exposición, de dificultades de intervención para dar respuesta. Estamos trabajando mucho en esa línea, reforzando todo lo que tiene que ver con las líneas remotas de atención como es la línea 144 a la que le agregamos whatsapp, a las que respondemos también por todas las redes que tiene el Ministerio, porque no solo entran por ahi las demandas sino que también fortalecimos los equipos de trabajo que tienen que ver con el seguimiento de casos y con casos críticos y de alto riesgo. Allí aparece una gran necesidad de articulación con el territorio porque la respuesta concreta cuando se corre riesgo de vida, cuando hay amenaza de muerte, cuando hay situaciones de violencia más extrema que no es solo una consulta, una orientación como te puede hacer la línea 144, sino que es intervenir en la situación de riesgo, ahí los equipos se han fortalecido, se han discutido y reconfigurado los mecanismos de intervención, la definición de qué es riesgo, qué procedimiento se sigue, ahí hay trabajo de equipos muy especializados y bueno, con directoras provinciales y directoras de línea que trabajan especialmente en esto y muchas compañeras que en Ministerio iban a hacer otro tipo de tareas y que han ido al fortalecimiento de estos equipos por la necesidad justamente de una demanda constante de 24 horas del día y muchas situaciones muy extremas a las que se ha tenido que responder.
-¿Cómo fue el proceso de armado de las diferentes áreas de trabajo del Ministerio?
Seguimos construyendo el Ministerio, fortaleciendo los equipos de trabajo, construyendo dispositivos y mecanismos y además trabajando en las mesas locales de violencia, el trabajo con las áreas de género y el fortalecimiento de las áreas de género local, la articulación en la mesa interpoderes, porque hay mucho que articular con el poder judicial, más en esta situación en que necesitamos que de respuesta el poder judicial donde atienden solamente con líneas de turno. Bueno hoy, ya en muchos de los casos están atendiendo con más servicios porque es imprescindible.
Y ahora, como va cambiando la demanda, trabajamos también con la presencialidad, estamos articulando mucho con salud, con educación, con justicia, desarrollo en la comunidad para que los servicios de atención también articulen en los territorios de manera presencial.
Tenemos también el programa “bonaerenses solidarias y solidarios” en el acompañamiento cuando se está en situaciones de violencia de género o en el acceso a derechos, con promotoras en el territorio.
Lo primero que hicimos fue por supuesto construir la estructura, que se pensó basada en dos áreas sustantivas vertebrales del Ministerio, la subsecretaría de políticas contra las violencias por razones de género que plantea abordar todo el marco de las violencias, no solo la violencia doméstica y familiar sino todos los tipos de violencia. Pensamos en la construcción de estadísticas, registro único, bueno, muchas deudas que había en esa área y además sobre todo cambiar el enfoque, pensar en la política desde la integralidad, desde la interseccionalidad y también lo interjurisdiccional. Por la dimensión de la provincia nosotras necesitamos pensar en la articulación con municipios, provincia y nación en los distintos tipos de intervenciones. Y la otra área sustantiva es la de políticas de género y diversidad sexual, que allí trabajamos más lo que tiene que ver con promoción, con igualdad, con acceso a derechos y a poblaciones especiales.
Después tenemos unidades transversales como es la de comunicación, como es la de formación y la de políticas transversales que específicamente trabaja con organismos gubernamentales, ya que el género debe ser una política transversal al conjunto de la propuesta de gobierno y entonces allí hay un consejo en el ejecutivo. Tenemos un consejo de articulación con municipios, trabajamos mucho regionalmente, por la dimensión de la provincia necesitamos ir a escalas más accesibles y entonces son por regiones. Tenemos la Mesa de trabajo interpoderes que es con el ejecutivo, legislativo y nuestro Ministerio y el Consejo consultivo de sociedad civil, que articula fuertemente con las organizaciones territoriales, sociales, con sindicatos, con agrupaciones y partidos políticos y con el feminismo en general.
Esta es la estructura que también va organizando programáticas, políticas de trabajo. Empezamos con la planificación al poquito tiempo, al mes empezamos con talleres de planificación participativa, con talleres de sensibilización con todas las áreas participando, todos los equipos de conducción y el funcionariado del Ministerio y los gabinetes, pero también las trabajadoras que ya venían, las que eran del instituto de las mujeres que pasaron al Ministerio, bueno, esa planificación nos ha dado mucho material e insumo para el trabajo hacia adelante, porque hoy mucho de eso está en suspenso, estamos en modo pandemia, pero vamos a una planificación estratégica que para nosotras es importantísima.
-¿Qué estrategias plantea el Ministerio en este contexto de pandemia, qué significa que se declare la ley de emergencia de violencia de género?
Para mí la agenda de trabajo es una agenda que se cruza todo el tiempo con la agenda feminista, las pienso inescindibles. Tenemos diálogo permanente con el movimiento sindical organizado y con las compañeras trabajadoras organizadas así que nuestra agenda política del Ministerio está pensando propuestas en torno a las condiciones de trabajo, los temas de cuidado pero también pensando en las trabajadoras y trabajadores del propio Ministerio, lo que nos parece fundamental, e incluso cuando pensamos nuestra organización ministerial, nuestra estructura y nuestras dinámicas de trabajo siempre está el orden de lo humano, la voz de cada una de las trabajadoras y trabajadores, en el e y x de la diversidad que también nos acompaña y que ha cobrado importancia en la agenda del trabajo y el cuidado en estos últimos años del feminismo, un peso significativo y creo que eso es bueno porque era una agenda que estaba relegada.
Estos temas tienen que pasar a ser de primer orden porque construir el camino de la reducción de las brechas salariales para las mujeres, colocar la agenda del cuidado como una agenda clarísima de la corresponsabilidad social, del Estado, familiar, doméstica, la re- distribución de las tareas del cuidado, toda esa agenda es central en el camino de la justicia social, la igualdad, la no discriminación, así que para nosotras es un tema prioritario del Ministerio.
-¿En qué condiciones se encontró la Provincia de Buenos Aires en relación a las políticas de género, además teniendo en cuenta que es la provincia con mayor cantidad de femicidios y travesticidios del país?
Encontramos que las políticas de género de la Provincia de Buenos Aires estaban situadas en un denominado instituto de políticas de género y diversidad sexual, se había desjerarquizado, una subsecretaría y pasó a ser una dirección provincial y la línea telefónica de atención y asistencia estaba tercerizada, sin dispositivos de los que se supone que una línea que atiende emergencia y violencia tenga, con mucha precariedad en todos los mecanismos de la relación con los lugares de derivación de esa línea, sin equipos que atiendan todo lo que pasa después de una llamada de consulta, con seguimientos que no estaban organizados. Erancriterios absolutamente aleatorios y no sistematizados, así que la verdad que nos encontramos con enorme debilidad para la atención de una problemática muy persistente, muy generalizada.
En la Provincia de Buenos Aires tenemos casi el cuarenta por ciento de los femicidios de la Argentina y somos casi el 40% de la población; pero entendemos que eso es la punta del iceberg de la problemática y que subyacen muchos problemas de violencia de género que no estaban abordados, esa es la realidad que encontramos, sin presupuesto, sin personas, sin la estructura que se requiere para llevar adelante una política cierta de género y que sea una política que promueva la igualdad.
-¿Qué medidas tienen pensadas para esta realidad particular?
Todos los dispositivos de atención remota, combinados con presenciales, el territorio, la población de encierro, la población travesti trans, trabajamos focalizadamente en colectivos de determinada vulneración de sus derechos, y eso es mujeres en situación de violencia, el colectivo travesti trans y las y los familiares de víctimas de femicidio que son así como grandes poblaciones que hemos buscado. Además cómo tienen apoyos específicos, alimentarios, sociales, el acceso y el ingreso al programa Potenciar trabajo, que antes era el Hacemos futuro, que es un salario social complementario, así que esto es lo que nos focalizamos en este contexto y la ley de emergencia en violencia viene a reforzar estas líneas de trabajo. Esos son los programas y los temas que la ley plantea para llevar adelante políticas. Entonces en articulación con poder judicial, articulación provincia- municipios, el facilita en las situaciones de emergencia el fondo permanente especial, que estamos firmando los convenios, ya llevamos cerca de veinte municipios, vamos a estar superándolos, cercanos ya a los cuarenta municipios en la firma de convenio. Y la aprobación de las mesas locales de violencia, porque ése para nosotros es el lugar privilegiado de la atención, donde está la mesa que articula todos los actores locales, provinciales y de la sociedad civil que tienen que ver con la prevención, la atención, la asistencia en la situación de violencia y ahí bueno, lo fortalecemos nosotras dándole el fondo de emergencia cuando hay que atender situaciones de emergencia en violencia con asistencia técnica, con protocolos de atención y con todos nuestros recursos que los asisten a ellos cuando tienen que intervenir en distintas situaciones.
-¿Qué rol cumple para vos en la lucha actual el legado de Lohana Berkins y de la organización travesti trans?
Bueno, Lohana es de las imprescindibles, una líder integral que ha sido un faro fundamental en la visibilidad de la lucha travesti trans, de la diversidad sexual, pero además con una perspectiva política enorme, gigantesca. Ha sido central en ese sentido Lohana y además en el sentido de la articulación de un feminismo de intersección, de un feminismo que reúna luchas diversas y que dialogue y que ponga en cuestión esa idea de un feminismo más binarista, más de las mujeres, ella fue de las que peleó enormemente para que participen las travestis trans de los encuentros nacionales de mujeres y recuerdo haberme ido con ella de una comisión porque la echaban, porque le decían que no era mujer, así que la verdad que ha dado peleas que son históricas para los saltos cualitativos, absolutamente significativos, de la perspectiva que el movimiento feminista de la Argentina ha tomado, así que eso creo que es su gran legado.