Tras los ataques de su policía una sede de la Universidad Nacional de Jujuy y otra que la UBA tiene en Tilcara, Gerardo Morales quiso pavonearse en la Universidad Nacional del Nordeste, pero la movilización popular se lo impidió. “No estamos dispuestos a arrodillarnos ante el fascismo”, advirtió desde el PC del Chaco, Duilio Jorge Ramírez.
Desde las heroicas jornadas de resistencia al golpe de Estado franquista, la frase “No pasarán” se convirtió en bandera de cada acto de rebeldía que se plantó ahí donde el fascismo quiso hacerse fuerte, en cualquiera de sus formas. Pero también es una señal que indica un estado de toma de conciencia, personal y colectiva, por lo tanto de carácter político, que aclara que existe una línea que no se está dispuesto a dejar que se vulnere.
En la escalada que lleva adelante lo peor de la clase capitalista que actúa en nuestro país, en su afán por cercenar derechos de los trabajadores, durante los días que corren, desde el bloque de representación política de la derecha, Gerardo Morales se esfuerza por exhibir que es el más apto para llevar a cabo esa tarea.
En este camino, no cesa de traspasar líneas rojas. Durante las últimas semanas, el territorio jujeño exhibe imágenes de brutal violencia institucional, detenciones ilegales y torturas amparadas por un Superior Tribunal de Justicia cuya composición es tan amañada como el nuevo texto constitucional (Ver Movilizar antes que se haga la noche y Una represión con olor a litio).
Y a esto se suma la irrupción violenta de personal policial en una sede de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJ), en momentos en los que ahí se realizaba una reunión del Consejo Superior que fue convocada para hablar sobre el alcance regresivo que presenta la reforma constitucional sancionada a instancias de Morales y se decidía si esta universidad se presenta como querellante en la causa judicial abierta a partir de denuncias que piden que se investigue la represión y criminalización de la protesta desatada en Jujuy.
Pero este hecho que la UNJ denunció como una flagrante “violación de la autonomía universitaria”, no es el único embate contra la universidad que el gobernador jujeño perpetró en estos días, ya que también acusó a funcionarios y trabajadores de la sede que la Universidad de Buenos Aires (UBA) posee en Tilcara, de cometer delitos y apoyar a quienes se movilizan en esa localidad. “Sabemos quiénes son, tenemos la identificación…todos esos están cometiendo delitos, todos esos van a tener condena, todos esos van a tener problemas”, amenazó en clave mafiosa el postulante a vicepresidente por Juntos por el Cambio y pretendió llevar su campaña hasta la ciudad de Resistencia, pero ahí le dijeron “No pasarán”.
Fascistas
Morales llegó a Resistencia con la intención de protagonizar una charla en la Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), junto a la ex rectora Delfina Veiravé y a Leandro Zdero que es quien Juntos por el Cambio propone como candidato a gobernador de Chaco.
“Vino a difundir su idea de que el país se puede gestionar a los palos, con ajuste y con la extracción ilimitada de recursos naturales, porque ese es su modelo”, advirtió Duilio Jorge Ramírez, quien como abogado intervino en varios juicios abiertos por causas de crímenes de lesa humanidad y es militante del Partido Comunista en esta provincia.
Lo hizo a poco de participar en la manifestación popular que el sábado por la mañana tuvo lugar ante la sede de la Facultad, que bloqueo el ingreso de Morales y su comitiva, lo que impidió que se efectuara lo que ampulosamente se había presentado como una “charla magistral”.
“Morales es responsable de la aprobación espuria de un texto constitucional que afecta los derechos de movilización, de huelga y el que tienen los pueblos originarios sobre sus tierras y todo con un saldo de varios heridos, detenidos y procesados”, recalcó Ramírez y recordó los recientes episodios en los que Morales puso en la mira a la sede tilcareña de la UBA y al Consejo Superior de la UNJ.
“Todo esto señala que no está dispuesto a respetar el claustro universitario”, alertó y destacó que, paradójicamente, “pretendía dar una charla en otra universidad nacional como es la Unne que, además, fue epicentro de grandes luchas contra el terrible ajuste al presupuesto universitario y el intento de cerrar carreras durante la época del menemismo y La Alianza”.
Tras lo que recordó que la sede en la que estaba prevista la actividad que iba a encabezar Morales, durante el gobierno de La Alianza, fue escenario de una toma con la que docentes y estudiante buscaban evitar el cierre de carreras que imponía el ajuste que durante esos días perpetraba el gobierno nacional que, entre otros, integraba el propio Morales. “Entonces decana que no era otra que Delfina Veiravé, quien llamó a Gendarmería para detener a quienes protestaban”, en un episodio que recordó a la tristemente célebre Noche de los Bastones Largos de 1968, cuando fuerzas policiales irrumpieron con extrema violencia en sedes universitarias.
Así las cosas, sería ingenuo pensar que en todo esto existe algo de casualidad. “Aquí hay una historia, hábitos, conductas y posiciones ideológicas que pertenecen al mismo sector, que van en idéntico sentido y que quieren volver a repetir”, reflexionó el abogado Ramírez y sin ambages definió: “esto es represión a la protesta social, algo que ya hicieron durante el gobierno de La Alianza que acabo con 37 personas asesinadas durante las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, y ahora proponen la misma receta”.
Por eso resaltó la pertinencia de la movilización que movimientos sociales y partidos políticos protagonizaron para bloquear el acceso de Morales “quien no se atrevió a llegar hasta la sede universitaria, dio la media vuelta y no dio su charla, lo que para ha sido una pequeña gran victoria, porque hemos logrado que no pueda dar su mensaje fascista”.
De ahí que Ramírez no dudara en destacar que “mientras Morales venía a decir que debemos contentarnos con el ajuste que quieren imponer y que tenemos que hacerlo sin protestar, se hizo lo contrario: una demostración importante la firmeza por parte de un pueblo que dice que no vamos a aceptar ese modelo”, pero también que “no estamos dispuestos a arrodillarnos ante el fascismo y que, lejos de eso, le vamos a dar batalla”.
Pero tampoco tuvo dudas a la hora de hacer hincapié en que “siempre vamos a estar presentes para enfrentar al fascismo, porque aquí no hay que andar con eufemismos: son el fascismo que viene por la eliminación del adversario como Morales hizo en Jujuy con Milagro Sala, y están dispuestos a hacerlo por medio del encarcelamiento y hasta de la supresión de la vida. Porque eso es el fascismo”.