Esta vez fue en Hipólito Yrigoyen, una localidad pequeña donde trabajadores municipales que ganan una miseria y piden al menos una mínima recomposición salarial. Fuerte repudio del Partido Comunista desde donde se denunció la responsabilidad del gobernador Gustavo Sáenz.
El Partido Comunista de Salta hizo público su repudio a un nuevo hecho represivo que, en esta oportunidad, tuvo por escenario a Hipólito Yrigoyen, una localidad pequeña donde trabajadores municipales que ganan una miseria y piden al menos una mínima recomposición salarial, fueron golpeados y gaseados por personal policial que fue llevado desde la capital provincial, ubicada a 265 kilómetros.
En lo que ya parece ser una costumbre, también esta vez los efectivos policiales dispararon directamente al rostro de quienes se manifestaban, por lo que provocaron lesiones de gravedad a varios trabajadores, entre ellos hay uno que perdió un ojo, otro que está en riesgo de perderlo y un tercero permanece bajo evaluación médica ante la posible afectación de una de sus retinas.
Todo transcurrió en el contexto de una protesta que los municipales venían desarrollando desde hacía una semana y ante la decisión de la intendenta, Soledad Cabrera, de no recibirlos ni dar ningún tipo de respuesta favorable a las demandas laborales y salariales.
Hipólito Yrigoyen está ubicada dentro del departamento Orán, al norte de la provincia de Salta, zona que se convirtió en el epicentro de la aplicación del Plan Güemes que en connivencia con el gobernador Gustavo Sáenz, implementa el Ministerio de Seguridad Nacional que preside Patricia Bullrich, por el que se pretende militarizar una amplia región de la frontera norte del país, en cuyo contexto el 18 de diciembre personal de Gendarmería ultimó al trabajador bagayero Fernando Gómez.
“La represión es brutal ante todo reclamo”, advirtió desde el PC salteño Arturo Bordón, quien además resaltó que “al parecer, el tiempo del disciplinamiento de la sociedad para estos ultraneoliberales ya parece haber pasado y entonces para ellos ahora ya es tiempo casi exclusivamente para el garrote”. Al respecto, hizo hincapié en que “los trabajadores van a pedir aumento salarial y se los reprime ferozmente disparando a la cara, sabiendo que los daños que puede provocar algo como eso pueden ser letales, pero nada de eso les importa”.
Ante este escenario, denunció que “la represión es justificada por el gobernador de la provincia y avalada por el gobierno nacional”, por lo que “corresponde que como comunistas repudiemos, pero también que seamos capaces de aportar a la organización de la bronca, uniendo a todos los trabajadores y el pueblo para resistir y dar la lucha que pueda frenar y derrotar a este neofascismo”.