Así lo aseveró Jorge Kreyness y en el contexto del 107 aniversario del PC, definió que es preciso “adecuarnos a la nueva realidad a la que asistimos, que demanda revitalizar al Partido para ponerlo a la altura de las nuevas circunstancias”, algo que reclama “darle mayor importancia a la lucha ideológica y a la visibilización partidaria”.
—Poco más de un año atrás Javier Milei ganaba las Presidenciales y cambiaron muchas cosas desde entonces ¿Cuáles son las fundamentales?
La contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación de las ganancias, nunca se ha modificado en la Argentina. En el mejor de los casos lo que hubo fueron algunas reformas, entre las que se destacan la estatización de los fondos de jubilaciones y pensiones y la recuperación de algunas empresas del Estado que habían sido privatizadas. El discurso, en estos casos, era el del capitalismo humanizado, que también se expresaba en los planes asistenciales, financiados desde el Estado, que venían a atenuar los efectos de la incapacidad del capitalismo de garantizar el pleno empleo, y que a su vez limitaban la autonomía de los movimientos sociales. Con Milei, Argentina se subordina directamente a la hegemonía del capitalismo global sin el más mínimo sesgo de humanismo. La variable de ajuste principal son los jubilados, hay un desguace del Estado, excepto en los organismos de represión, y se habilitan las condiciones para una extrema concentración y extranjerización de la riqueza, con su contracara de exclusión, hambre y miseria para la mayoría de la población.
Estamos gobernados por agentes que trabajan para el gran capital financiero y tecnológico internacional y atan a nuestro país a la política internacional de los Estados Unidos, el Reino Unido, Israel y otros países. La política exterior argentina ya no existe como tal, seguimos el mandato de los Estados Unidos e Israel, incluso el gobierno, de hecho, deja de reivindicar la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y espacios marítimos circundantes. Entrega empresas estatales al capital extranjero y pretende destruir los desarrollos científicos y tecnológicos para reprimarizar nuestra economía y hacernos aún más dependientes.
—¿Cómo evalúa la respuesta que se viene dando desde el abanico de actores que resisten las políticas gubernamentales?
Los actores que resisten no son todos los que debieran. Gran parte del campo sindical y político que sostiene la teoría de la conciliación de clases le está dando una tregua al gobierno, que favorece la aplicación de sus planes antipopulares.
Debemos recordar el apoyo masivo que tuvieron las convocatorias a los paros generales con movilización y las grandes movilizaciones universitarias, pero luego parece haberse llegado a un compromiso con el gobierno, y estas acciones, que tuvieron gran respuesta popular no tuvieron continuidad en un plan de lucha sistemático. Incluso, gobernadores, senadores y diputados electos por la Unión por la Patria pactaron de distinta forma un respaldo al gobierno.
La carencia de convocatorias y la ausencia de una alternativa política confluyen en un momento de baja combatividad que tenemos que revertir. Sin embargo, se están produciendo diversas luchas locales contra los despidos y otras, especialmente en el Estado, luchas que será importante unificar, y en eso, creemos que tienen que jugar un rol las dos CTA, algunos sectores de la CGT y las fuerzas políticas y sociales que se oponen de verdad y resisten esta brutal ofensiva contra los trabajadores, el pueblo y la soberanía nacional.
—¿Cuáles son los desafíos que tiene ese espacio que es diverso y por momentos muestra reacciones atomizadas?
Algo dijimos en la pregunta anterior. El Partido Comunista levantó la consigna “ni un minuto de tregua” a este gobierno ultraliberal y neofascista. Por lo tanto, el principal desafío de las diversas fuerzas que resisten estos embates es la gestación de un centro coordinador de todas las luchas y la construcción colectiva y plural de una alternativa política que proponga un proyecto de reconstrucción del Estado y de la República. Que ya, desde nuestra opinión, no deberá estar orientado por las ideas que sostienen personajes como Scioli, Alberto Fernández o Sergio Massa.
Otro tema, es si esos espacios de unidad serán “ordenados” desde arriba o ello se producirá en una dialéctica entre las direcciones y la base social en la que ésta tenga principal protagonismo.
—Este año el PC realizó un proceso que culminó con su 28 Congreso ¿Qué balance se puede hacer de ese proceso y de las conclusiones a las que arribó el Congreso?
Algunas cosas hemos venido diciendo. El nuestro fue un Congreso de gran importancia, cuya tesis principal remite al paulatino agotamiento de un modelo de país que permitía la convivencia de las ganancias extraordinarias de los grandes monopolios, con un cierto desempleo bajo y un salario relativamente suficiente. Esa duplicidad ya no es posible en el capitalismo global y menos en el capitalismo argentino. Quienes que siguen pensando en un reparto de la riqueza cincuenta por ciento para el gran capital y cincuenta por ciento para el pueblo están retrasados en los análisis y desactualizados en relación a cómo es la estructura económica y social de la Argentina de hoy.
Hay un ciclo que está terminando, que se inició en diciembre de 2001 y perdió su impulso. Se trata de abrir una nueva perspectiva, con un proyecto que confronte con los monopolios, recupere la justicia social y la soberanía del país.
No se trata de un proyecto sectario; convoca a una gran unidad con vocación mayoritaria, que parte de la confianza en que el pueblo argentino, como tantas veces lo ha hecho, saldrá a las calles y derrotará los planes de nuestros enemigos.
En ese marco, el 28 Congreso resolvió un conjunto de debates, y otros quedaron pendientes, los que resolveremos con las prácticas democráticas de nuestro Partido, donde la militancia y los organismos básicos tienen un papel preponderante.
—¿Cuáles son los desafíos que se le plantean al Partido en el actual escenario?
Venimos de una fase en que se constituyeron distintos movimientos frente a determinadas formas de gobernar. Y eso desarrolló un modo de intervención del Partido en la situación política. Pero ahora necesitamos adecuarnos a la nueva realidad a la que asistimos, que demanda revitalizar al Partido, para ponerlo a la altura de las nuevas circunstancias. Eso reclama darle mayor importancia a la lucha ideológica y a la visibilización partidaria.
—¿Cómo ve usted panorama global, sobre todo a la luz de la próxima asunción presidencial de de Donald Trump?
No tenemos ninguna expectativa. “En el imperialismo no se puede confiar ni un tantico así” decía el Che. En Estados Unidos gobierna el complejo financiero tecnológico militar que no cambia, con un sistema político basado en la pseudo democracia bipartidista.
Las figuras que se van mencionando para el gabinete de Trump son terroríficas y magnates tales como Elon Musk parecen estar interesados no sólo en actuar detrás del trono sino en el centro mismo de la escena política, desnudando la realidad de quienes mandan en los Estados Unidos.
Ya nadie discute los desajustes de la economía de los Estados Unidos, agudizados desde el 2008. Pero cuando ellos se ven más débiles se tornan a su vez más agresivos, y ponen en riesgo la paz y la seguridad internacionales. Ahora Donald Trump quiere adueñarse de Groenlandia y del Canal de Panamá, propone a Canadá como una nueva estrella en la bandera de los Estados Unidos y profundizar todas las políticas de Joe Biden.
—¿Qué incidencia puede tener para nuestra región la vuelta de Trump a la Casa Blanca?
La designación del gusano de origen cubano Marco Rubio es un indicio de un aumento de la prepotencia yanqui sobre América Latina y el Caribe, del reforzamiento del bloqueo contra Cuba, de las medidas contra Venezuela y Nicaragua, de los intentos de desestabilizar a los gobiernos progresistas, de las políticas contra los migrantes y de intentar apropiarse de los recursos naturales de nuestra región.
Habrá que poner por delante la idea de que “el antiimperialismo es la estrategia y la táctica para la revolución latinoamericana". Y que la unidad y la integración regional son el camino para confrontar con esos planes.
—¿Y en concreto para Argentina?
En concreto para la Argentina, Elon Musk, el propietario de Starlink, así como financió el golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales para apropiarse del litio para su empresa Tesla, vendrá por ese mineral acá a la Argentina. Larry Fink, CEO de Black Rock, que ya es el dueño de las llanuras cerealeras de Ucrania, vendrá por la Pampa Húmeda asociando de forma subordinada a la actual oligarquía terrateniente. Y el Comando Sur y la Mossad israelí pretenderán hacerse cargo de las políticas de represión, espionaje y participación argentina en las acciones yanquis y de la Otan en el mundo.
—Recientemente usted estuvo en la República Popular China ¿Qué lo llevó hasta ahí y qué balance deja ese viaje?
Estuvimos en la República Popular China para participar del Cuarto Foro de Partidos Políticos de los países Celac+China, del cual participaron por Argentina el PJ, la UCR, el PRO, el Frente Renovador y el PC. Allí se emitió una declaración en favor de una comunidad de destino compartido para toda la humanidad. Se valoró el peso internacional de las iniciativas chinas de la Franja y la Ruta y se planteó la defensa de la paz mundial, de la multipolaridad, de la no intervención en los asuntos internos de otros Estados y la necesidad de democratizar las Naciones Unidas.
Personalmente me tocó estar, además de Beijing, en la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, y en la ciudad de Shangai. Hemos podido verificar los altos niveles de desarrollo productivo y científico tecnológico de China, el éxito de los planes iniciados con la Reforma y la Apertura hace más de cuatro décadas, así como la mejora significativa de la calidad de vida del pueblo chino. El PCA respaldó el principio de una sola China y se pronunció contra las acciones de los Estados Unidos en la isla de Taiwán y agradeció las políticas de cooperación de China con la República Argentina y el apoyo a nuestra causa nacional de soberanía de las Islas Malvinas.
—¿Cómo ven las autoridades chinas al proceso político en marcha en nuestro país?
Intercambiamos información. La parte china sobre la actualidad china y nosotros sobre la de nuestro país, compartiendo miradas sobre la situación internacional. El PCCh y el PCA mantienen relaciones en pie de igualdad y de respeto mutuo. Ambos partidos reivindicamos nuestra condición marxista y leninista. Y nosotros consideramos la importancia global de la implementación del socialismo en China, con sus particularidades nacionales, y verificamos que el marxismo está en la base de la transformación de China, de un país colonial y con altos índices de pobreza e indigencia a un nivel de desarrollo como el actual, que la coloca como el primer productor y el primer exportador mundial de bienes materiales.
El PCA agradeció que China, como integrante de los Brics, contribuyera a la invitación a la Argentina para formar parte de ese espacio y en el Cuarto Foro, y en todas nuestras intervenciones, condenamos la decisión de Milei de bloquear nuestro ingreso, dejándonos atados de pies y manos a las políticas de los Estados Unidos, la Otan, el FMI e Israel.
—Usted está pronto a viajar a Venezuela para asistir a la ceremonia de asunción presidencial de Nicolás Maduro. Y lo hace en un contexto en el que arrecian los ataques de la Presidencia Milei y el Poder Judicial contra la República Bolivariana…
Tenemos el honor de estar invitados a ese importante momento institucional venezolano. Nos solidarizarnos con la República Bolivariana ante las medidas de los Estados Unidos, a las que el gobierno de Mieli se suma subordinadamente con la entrega del avión comercial de la empresa Emtrasur (que había sido secuestrado ilegalmente en otro acto de sumisión del gobierno de Alberto Fernández) y ahora con el envío del famoso gendarme.
—También en estos días el juez Lijo ordenó la captura internacional con fines de extradición del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y su vicepresidenta Rosario Murillo, lo que se suma a otra orden similar que a mediados de 2024 se emitió contra Nicolás Maduro y Diosdado Cabello…
Es la misma política de seguir fielmente las órdenes de Washington y de conspirar contra la unidad latinoamericana y caribeña.
Las relaciones del PCA con el Fsln y con el Psuv se han desarrollado inmejorablemente. Por supuesto que también con el PC cubano. El Foro de Sao Paulo es un espacio que ayuda a esas relaciones con esos partidos y con muchos otros del continente.
—2025 es un año electoral ¿Cuál es la mirada del PC respecto a ese frente que se abre?
Nuestra posición en el momento táctico electoral no podrá estar al margen de la política general del Partido referida a la unidad de las luchas en curso y a la construcción de una alternativa política. Tenemos que desarrollar una mirada crítica y autocrítica de las experiencias pasadas, y compartir este análisis con las fuerzas con las que podamos alcanzar niveles de coincidencia. Son elecciones de medio término, en general de tipo parlamentario, y tendrían que contribuir a fortalecer un polo antagónico y no conciliador con el proyecto ultraliberal y neofascista, que levante un programa de transformaciones profundas y utilice métodos democráticos, participativos y plurales para designar sus representantes.
Lo de la crítica y autocrítica es algo que muy especialmente debieran hacer los sectores que han hegemonizado las experiencias anteriores y que todavía no registramos.
—Pero 2025 también promete ser un año en el que la movilización y la resistencia en la calle están llamadas a tener protagonismo ¿Cómo se puede complementar eso con las tensiones y necesidades que va a imponer el proceso electoral?
Priorizaremos la movilización y la resistencia en la calle, y no sobre estimaremos ni subestimamos el factor electoral.
Querría referirme especialmente a que el 6 de Enero celebraremos el 107 aniversario de nuestro Partido. Tenemos historia, no somos un partido de circunstancia. Realizaremos un acto de conmemoración, en el cual daremos opiniones sobre temas de actualidad, y dentro de ellas reivindicaremos la pertinencia de la lucha por el socialismo desde las ideas de Marx, Lenin, Gramsci, Mariátegui, Fidel y el Che. Y la necesidad perentoria de contar en la Argentina con un Partido Comunista que se referencie en el sujeto pueblo con centralidad en los trabajadores y trabajadoras, que son los que producen las riquezas que, en el capitalismo, otros se apropian. Insistiremos en nuestra estrategia que gira en torno a la necesidad de construcción de un Frente de Liberación Nacional y Social, que pueda encabezar una Revolución Socialista patriótica en el país.