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Jue, May
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Política
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La inflación de julio asciende a 6,3 por ciento. Tras las Paso y la devaluación, el Ministerio de Economía se vuelve a sentar con los empresarios del sector para definir una canasta para el Programa Precios Justos.

Ayer por la tarde, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dio a conocer la evolución que tuvo el Índice de Precios al Consumidor (IPC) durante julio, que fue de un 6,3 por ciento con lo que lleva acumulando un 60,2 por ciento durante los primeros siete meses del año, mientras que la suba interanual registra un 113,4 por ciento.

Si bien esta suba es de sólo un 0,3 más que la que el Indec midió en junio, se prevé que esta suerte de amesetamiento se rompa durante este mes como consecuencia de la devaluación del veintidós por ciento que el gobierno aplicó el lunes pasado después de que se conociera el resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias.

Al revisar el desagregado del informe del Indec, se advierte que empujado por las vacaciones de invierno, los rubros donde aparecen los aumentos más fuertes, son comunicación con un 12,2 por ciento, seguido por recreación y cultura 11,2, mientras que el podio lo completan bebidas alcohólicas y tabaco, que junto con salud tuvieron incrementos del nueve por ciento.

Durante julio la categoría alimentos y bebidas no alcohólicas no tuvo demasiada incidencia sobre la variación mensual del IPC, pero varias estrellas parecen alinearse para que esto amenace con modificarse este mes. El resultado de las Paso es una excelente excusa para que los formadores de precios de estas categorías metan mano a la remarcadora. Y el combo es perfecto si a esto se le suma la devaluación del tipo de cambio oficial, la corrida cambiaria que bandas de especuladores vienen profundizando desde la semana pasada y el hecho de que para estos días esté pautada la renegociación del Programa Precios Justos que venció ayer.

Como se recordará, el lunes se anunció que el gobierno abandonó su estrategia de producir los continuos y pequeños ajustes que venía haciendo en Banco Central. Con la devaluación pretende comprimir los que preveía hacer hasta octubre, con el objetivo de lograr establecer una especie de pax hasta después de la fecha en que se van a celebrar las Presidenciales.

En la misma dirección, en medio de la devaluación del tipo de cambio oficial, la Afip redujo la percepción del impuesto País sobre el dólar Qatar, de veinticinco a cinco por ciento. Esto da marcha atrás, parcialmente, una medida que el Ministerio de Economía había adoptado no hace mucho con la intención de recaudar algo así como un punto del PBI. Si bien la modificación de ahora morigera el potencial recaudatorio que tenía, todavía sigue siendo una herramienta que permite hacer un margen como volcar hacia una política más activa vinculada a los ingresos, algo que resulta imperioso.

Pero desde el gobierno también recalcan que la decisión de devaluar busca sostener en nivel de actividad y empleo, mientras que con la suba de la tasa de interés que fue asociada a esta medida, se pretende fomentar la inversión en pesos para evitar que se vayan al mercado ilegal de dólares, lo que explica la tasa record de 188 por ciento.

Así las cosas, desde La Rosada se dejó trascender que se tiene confianza en que con el magnífico crecimiento en la tasa de rentabilidad que vienen teniendo, las empresas alimenticias hicieron un colchón suficiente como para no trasladar el efecto de la devaluación a precios. Difícil que el chancho vuele.

No queda claro si la devaluación va a ser capaz de asegurar que se pueda cumplir con estos objetivos. Pero lo que sí es evidente, es que después del cimbronazo de las Paso, se trata de una forma por la que se busca garantizar que el directorio del FMI que se reunirá el 23 de agosto, confirme el envío de los 7.500 millones de dólares que comprometió merced al acuerdo alcanzado en julio.

Lo que sí está claro que hubo un nuevo apriete: mediante un comunicado oficial, desde el organismo dieron el visto bueno inmediatamente después de que se anunciara la devaluación del veintidós por ciento.

Por que lo cierto es que enrollado en la trampa de la deuda contraída ilegal e ilegítimamente por la Presidencia Macri, al gobierno ya no le quedan demasiados lugares para pasar la gorra (Ver Deuda, elecciones…¿y después?), echó mano a diferentes herramientas de control de cambio, pero como era previsible, no logró romper el circuito que va de la evasión a la corrida cambiaria y de ahí a la fuga de divisas que aportan significativamente a la configuración de un escenario en el que la inflación que pinta para fin de año puede llegar a 120 por ciento.

Con este telón de fondo, días atrás se hizo público un trabajo confeccionado por el Centro de Estudios por la Soberanía Popular Mariano Moreno, que da cuenta de que el Programa Precios Justos registra un nivel de incumplimiento por parte de las principales marcas alimenticias que durante junio ascendió al cincuenta por ciento. Y también revela que en el ochenta por ciento de los supermercados del Área Metropolitana de Buenos Aires presentó incumplimientos, fundamentalmente vinculados a la faltante de stock de productos del Programa.

La lista de los que no cumplen con el Programa que firmaron, tiene a la cabeza a AGD con el 83,33 por ciento, Adecoagro con un 76,67, Papelera Samseng con 71,11. En un rango superior al cuarenta por ciento aparecen Hreñuk SA, Molinos Río de La Plata, Productos de Agua, Unilever, Molinos Cañuelas, Danone, Arcor y Morixe. Y un poco más atrás La Española SA, Coca Cola, La Cachuera S.A. y La Serenísima.

¿Cuáles son los productos que registran mayor incumplimiento? Arroz, aceite, rollo de cocina, detergente, fideos, gaseosas cola, jabón en polvo, yerba, derivados de tomate, desodorante, agua, galletitas, harina, pan rallado, yogurt, leche y dulce de leche.

Estos son los actores con los que el Ministerio de Economía se va a volver a sentar para intentar establecer una lista de productos para el Programa Precios Justos. Son los mismos de siempre, por lo que si el abordaje el idéntico al de otras veces, difícilmente se pueda obtener un resultado diferente.