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03
Vie, May
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Política
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Así calificó a la declaración de la emergencia almentaria nacional, la Mesa contra el Hambre que acaba de conformarse en Entre Ríos con la participación del Partido Comunista.

Desde diferentes organizaciones sociales que actúan en Entre Ríos, se coincidido en advertir que durante los últimos dos meses creció en alrededor de un cuarenta por ciento la demanda de alimentos que se hace en los comedores y merenderos que administran, pero además que esto sucede en un contexto en el que la ministra de de Capital Humano, Sandra Pettovello, decidió no ejecutar ni un centavo del presupuesto que quedó de la disuelta cartera de Desarrollo Social.

Con este telón de fondo, la Presidencia Milei no dudó en favorecer con un convenio que le entrega 170 millones de pesos a la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera), para que con total discrecionalidad atienda temas inherentes a asistencia alimentaria (Ver ¿Hacia la tierra de leche y miel?). Y, asimismo, Petovello también renovó con Cáritas Argentina un acuerdo que permite que la entidad dependiente de la Iglesia Católica Apostólica Romana, reciba 310 millones para la adquisición de alimentos
destinados a los comedores que administra (Ver Volveré y seré DNU).

¿Tendrá algo que ver todo esto con las sonrisas y elogios que intercambiaron el Papa Francisco y Javier Milei en la reciente visita que el presidente de Argentina hizo al Vaticano? Lo cierto es que después de ese encuentro, al que en un tramo se sumó la ministra Petovello, el vocero presidencial Manuel Adorni, sostuvo que el Sumo Pontífice “está entusiasmado” con la asistencia social que brinda el Gobierno y aseveró que “sabemos que el Papa Francisco siempre estuvo muy alineado con el concepto de capital humano”Pero más allá del entusiasmo papal, la cosa es que el Ministerio de Capital Humano decidió suspender el envío de alimentos a comedores comunitarios con el pretexto de “revisar los circuitos administrativos”, lo que hace que muchas personas se queden sin recibir un plato de comida diario en medio de una remarcación de los precios de laCanasta Básica de Alimentos que se viene espiralizando desde octubre y que se catapultó cuando, apenas asumido como Presidente, Mieli determinó una devaluación del 119 por ciento.

Así las cosas, ante este panorama, en Entre Ríos organizaciones sociales y sindicales acaban de conformar una Mesa contra el Hambre, desde la que se solicita la declaración de la emergencia alimentaria en todo el país, ante el “escenario de urgencia que vive nuestro pueblo y la decisión de recortar todo tipo de asistencia alimentaria hacia nuestros comedores y merenderos por parte del Gobierno Nacional”.

En este sentido, por medio de una declaración, coincidieron en advertir que “las políticas económicas de las últimas semanas, la creciente inflación, el aumento de los alimentos, servicios, transporte y el congelamiento de los salarios generaron un golpe directo al bolsillo de las familias, que cada vez son más las que asisten a los espacios sociocomunitarios”, tras lo que denunciaron que “por cada comedor popular al que no llegan los alimentos, familias enteras dejan de recibir un plato de comida, los gurises se quedan sin meriendas, nuestros adultos mayores se quedan sin la posibilidad de comer al menos una vez en la semana”.

Entre otros integran este espacio de organizaciones que actúan como una suerte de red de contención contra el hambre, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular, Somos Barrios de Pie, ATE, las dos CTA, Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos, CGT Regional Paraná, Apyme, Hijos y la Federación Juvenil Comunista. Y frente a este difícil escenario, desde Gualeguaychú, el PC denunció que con el apoyo que sus legisladores brindaron al proyecto de Ley Ómnibus, “el gobierno de Frigerio define la opción de clase que representa: antifederal y antipopular porque cede recursos del pueblo entrerriano a costa de avanzar en limitar derechos cuyo primer ejemplo es el pago, de muchos años, de un bono salarial en negro a los trabajadores estatales”.

Y alertó que esto representa “sólo un anticipo de lo por venir” en el contexto de la consumación “del avance del programa de ajuste, saqueo y represión sobre nuestra libertades y derechos” que se vuelve explícito con la aplicación de “un programa de represión de las luchas populares, del cual el plan Bulrrich es sólo la superficie de la estrategia por disciplinar y desarticular los espacios donde se organiza nuestro pueblo”.

Por lo que convocó “a reagrupar las fuerzas del campo democrático, popular y antiimperialista, dispuestas a trabajar en una perspectiva de liberación de nuestra clase” y sostuvo que para ello “es necesaria la conformación de espacios multisectoriales amplios que no sólo se expresen en las calles, sino en todos los espacios donde sea posible construir una unidad programática donde nuestra clase, sus fracciones, y el pueblo estén expresados en un programa de lucha que contenga propuestas de transformación social”.